Demencia cortical: qué es, síntomas y ejemplos

10/10/2025
demencia cortical

La demencia cortical es una de las principales preocupaciones para quienes cuidan de adultos mayores, pues provoca pérdida progresiva de la memoria, el lenguaje y la capacidad de reconocer objetos o personas queridas. 

Si tienes un familiar o persona a tu cargo diagnosticada con alguno de estos trastornos, saber identificar sus síntomas desde el principio puede ser determinante para actuar a tiempo y facilitar el día a día de ambos. 

En este contenido te explicamos de forma sencilla qué es la demencia cortical, qué áreas del cerebro se ven más afectadas y en qué se diferencia de la demencia subcortical

Además, descubrirás métodos para el diagnóstico, los tratamientos actuales y, sobre todo, estrategias prácticas para ofrecer el mejor apoyo posible y mantener la calidad de vida de la persona cuidada durante más tiempo.

¿Qué es la demencia cortical?

La demencia cortical es un trastorno neurocognitivo caracterizado por el deterioro progresivo de las funciones mentales superiores, como son la invención, el juicio y el razonamiento, fundamentales para el desarrollo de las actividades cotidianas.

Este tipo de demencia es debida a la degeneración de las neuronas ubicadas en las capas externas del cerebro (la corteza cerebral), tal y como detallaremos a continuación.

Áreas del cerebro afectadas en la demencia cortical

La demencia cortical afecta a las regiones corticales del cerebro, específicamente a los lóbulos frontal, temporal y parietal. 

Cada una de estas áreas tiene funciones concretas que, al verse comprometidas, generan los síntomas característicos de esta condición:

  • El lóbulo frontal, situado en la parte anterior del cerebro, es responsable de las funciones ejecutivas, la planificación, el control de impulsos y parte del lenguaje. Cuando esta región se ve afectada, surgen dificultades para tomar decisiones, planificar actividades y regular el comportamiento social.
  • El lóbulo temporal, localizado detrás de cada sien, está relacionado con el procesamiento auditivo, la memoria y el lenguaje. Cuando se daña, provoca problemas en la comprensión verbal, la formación de nuevos recuerdos y el reconocimiento de sonidos familiares.
  • El lóbulo parietal se encarga de integrar la información sensorial, la percepción espacial y el reconocimiento táctil. Las lesiones en esta área dificultan la comprensión de las relaciones espaciales y la coordinación.
      

En la enfermedad de alzhéimer, la demencia cortical  se inicia en el hipocampo y posteriormente se extiende a las regiones temporoparietales. 

Esta progresión explica por qué los primeros síntomas suelen ser problemas de memoria, seguidos de dificultades en el lenguaje y las habilidades visuoespaciales.

Demencia cortical vs demencia subcortical

En las demencias es habitual confundir la de tipo cortical con la subcortical, pues están detrás de patologías tan comunes como el alzhéimer o el párkinson.

Sin embargo, no son lo mismo, pues se producen en regiones cerebrales distintas y sus síntomas y tratamientos varían. 

Lo más importante a saber de ellas es que:

  • La demencia cortical es la que se da de manera habitual en la enfermedad de alzhéimer y causa el deterioro de las funciones cognitivas más complejas, como el lenguaje, la memoria y el reconocimiento.
  • La demencia subcortical está detrás de condiciones como la enfermedad de Parkinson, donde el 30% de los pacientes desarrolla demencia . Afecta a estructuras más profundas como los ganglios basales, el tálamo y el tronco encefálico, responsables funciones motoras esenciales y aspectos relacionados con el estado de ánimo y el procesamiento cognitivo básico.
      

Pero si algo las distingue es en su sintomatología, y que vamos a ver ahora.

Diferencias en síntomas y evolución

Las demencias corticales y subcorticales presentan patrones clínicos muy distintivos:

  • En las demencias corticales las funciones motoras se mantienen preservadas, pero enseguida son visibles alteraciones cognitivas como afasia, apraxia y agnosias. Estas causan pérdida severa de memoria episódica, dificultades significativas en el lenguaje y problemas en el reconocimiento. 
  • En las demencias subcorticales los problemas de movimiento, como rigidez y bradicinesia, aparecen desde el principio. Además, hay un enlentecimiento cognitivo general que suelen ir acompañado de fluctuaciones en el estado de ánimo.
      

Por lo tanto, en la demencia cortical hay un deterioro progresivo en las capacidades de comunicación y reconocimiento de objetos familiares, y en la subcortical el patrón de deterioro es más uniforme y afecta a múltiples funciones desde un inicio.

Causas comunes de cada tipo de demencia

En el origen de la demencia cortical y subcortical están, en gran parte de los casos, enfermedades o patologías neurodegenerativas.

  • En la demencia cortical, la causa más frecuente es la enfermedad de alzhéimer (entre el 50 y 70%). Le siguen la demencia por cuerpos de Lewy, la enfermedad de Pick (demencia frontotemporal), y la atrofia cortical posterior. Son menos frecuentes que el alzhéimer y se manifiestan entre los 45 y 60 años de edad.
  • En la demencia subcortical, son comunes la enfermedad de párkinson, la enfermedad de Huntington, la parálisis supra nuclear progresiva y la demencia vascular subcortical. 
       

Es importante señalar que, aunque estos son los tipos más frecuentes, en ocasiones pueden coexistir síntomas corticales y subcorticales en un mismo paciente, o presentarse de formas atípicas según otras enfermedades de base o factores de riesgo.

Impacto en las funciones cognitivas y motoras

El impacto de casa tipo de demencia en las funciones cognitivas y motores difiere mucho de una a otra:

  • Las demencias subcorticales son las que tienen mayor impacto en las funciones motoras básicas, con manifestaciones precoces como rigidez, temblores y alteraciones de la marcha. Inicialmente, la memoria y el lenguaje resisten a la degeneración.
  • Las demencias corticales presentan un patrón inverso en el que, al principio, estas funciones se preservan. En cambio, la cognición se deteriora muy rápido: se ven afectada la memoria declarativa (en especial, la que se produce a corto plazo y la episódica), la fluencia verbal, y el reconocimiento visuoespacial. En este, se hace cada vez más difícil interpretar la información del entorno e identificar objetos y rostros.
      

No obstante, la evolución concreta puede variar: algunos pacientes muestran síntomas mixtos, y en todos los casos el progreso depende tanto del subtipo de demencia como de la salud general del paciente y otros factores personales.

Síntomas frecuentes de la demencia cortical

La progresión de los síntomas en la demencia cortical suele seguir una secuencia predecible:

  1. Inicialmente, aparecen alteraciones en la memoria y el lenguaje.
  2. A medida que la condición avanza, emergen problemas visuoespaciales.
  3. Por último, aparecen los cambios en la personalidad. 
      

Veamos cómo se manifiestan y qué señales pueden ayudarte a reconocerlos:

Pérdida de memoria y dificultades en el lenguaje

La pérdida de memoria es uno de los síntomas más característicos y tempranos de la demencia cortical, y el primero en aparecer en la enfermedad de alzhéimer.

En concreto, se ven afectados varios tipos de memoria:

  • Memoria a corto plazo: es la que posibilita  formar nuevos recuerdos y recuperar información reciente.
  • Memoria episódica: la que nos permite recordar eventos específicos de nuestra vida. 
       

Esto explica que las personas con demencia cortical puedan recordar eventos de décadas pasadas, pero no lo que desayunaron ese mismo día o las conversaciones mantenidas horas antes. 

En cuanto al lenguaje, en las fases iniciales suele aparecer la anomia, que impide encontrar las palabras adecuadas al expresarse. 

A medida que la enfermedad progresa, surgen parafasias (sustituciones de palabras), estereotipias (repetición de frases o palabras) y perseveraciones. 

En fases avanzadas, puede desarrollarse una afasia global con pérdida casi completa de la capacidad verbal, reduciéndose la comunicación a gemidos, balbuceos o mutismo. 

Problemas en la percepción y orientación espacial

Los trastornos visuoperceptivos y la desorientación espacial se manifiestan de diversas formas:

  • Dificultades para encontrar el camino incluso en lugares familiares.
  • Problemas para aprender nuevas rutas.
  • Alteraciones en el reconocimiento de lugares conocidos.
  • Incapacidad para explicar verbalmente una ruta o comprender mapas.
      

Al principio, sucede en entornos poco conocidos, pero progresivamente se extiende a ámbitos más familiares, incluyendo el propio domicilio. 

En fases avanzadas, la desorientación espacial puede ser total, requiriendo supervisión constante.

Junto a estos síntomas puede aparecer la agnosia visual, que es la dificultad para reconocer objetos, que aparecen irreconocibles o confusos. 

Cambios en la personalidad y el comportamiento

Los cambios de personalidad y comportamiento en la demencia cortical varían según el tipo específico y las áreas cerebrales afectadas. 

En la enfermedad de alzhéimer, la apatía es el trastorno de conducta más común, junto a la ansiedad, la desorientación y la retracción social.

A medida que progresa la enfermedad, pueden aparecer psico-rigidez, agresividad, irritabilidad y alteraciones del sueño. 

La persona también puede mostrar resistencia a los cambios en su rutina, reacciones desproporcionadas ante situaciones menores, y alteraciones en el ciclo sueño-vigilia que afectan tanto al paciente como a sus cuidadores.

En la demencia frontotemporal o enfermedad de Pick, se observan trastornos del humor y de la afectividad, hiperoralidad (cambios en los hábitos alimentarios o introducción de objetos no comestibles en la boca) e hipersexualidad.

En muchos casos, las personas con enfermedad de Pick pueden presentar conductas socialmente inadecuadas, como orinar en público o hacer comentarios sexuales explícitos. 

Aunque menos habitual, en fases más avanzadas de esta patología también se dan síntomas psicóticos como delirios o alucinaciones.

Diagnóstico y tratamiento de la demencia cortical

El diagnóstico de la demencia cortical combina distintas evaluaciones médicas, neuropsicológicas y de neuroimagen, pues no existe una única prueba que lo pueda confirmar (tampoco una cura definitiva).

Pruebas médicas y neuropsicológicas

El diagnóstico de la demencia cortical es, como decíamos, multidisciplinario. Se basa en la identificación de patrones específicos de deterioro cognitivo y la exclusión de otras causas tratables, mediante distintas herramientas:

  • Pruebas de screening inicial: el Mini Mental State Examination (MMSE) y el test de dibujo del reloj (TDR), junto a las pruebas de fluidez verbal, son una primera aproximación al estado cognitivo, aunque se complementan con otras evaluaciones más específicas.
  • Evaluación neuropsicológica: determina el patrón de deterioro cortical mediante la detección de signos afaso-apracto-agnósicos y la afectación predominante de la memoria declarativa (retención verbal y visual, y memoria de aprendizaje). Se utilizan distintas pruebas, como la Escala de Memoria Wechsler y el Test de aprendizaje verbal de Rey para la memoria; el Test de Stroop y el Trail Making Test para las funciones ejecutivas; el Test de denominación de Boston para el lenguaje; y la figura compleja de Rey para las habilidades visuoespaciales.
  • Estudios de neuroimagen: para identificar la atrofia cortical específica y descartar otras patologías como tumores, hematomas o hidrocefalia. Las principales pruebas son la tomografía computarizada (TC), la resonancia magnética (RM) y la tomografía por emisión de positrones (PET) con FDG. 
      

Opciones terapéuticas y manejo de síntomas

El tratamiento farmacológico para la demencia cortical se centra en los inhibidores de la colinesterasa: donepezilo, rivastigmina y galantamina. 

Aunque el mecanismo de actuación de los tres medicamentos es similar, tienen algunas indicaciones específicas: 

  • La rivastigmina tiene la particularidad de inhibir tanto la acetilcolinesterasa como la butirilcolinesterasa, lo que puede ampliar su eficacia en algunos pacientes que se encuentren en fases moderadas de alzhéimer u otras demencias.
  • La memantina se usa en fases más avanzadas, porque actúa sobre los receptores NMDA, ayudando a regular la actividad del glutamato y proteger las neuronas frente a la toxicidad de este neurotransmisor.
  • El donepezilo destaca por su perfil de uso cómodo, ya que suele administrarse en una sola dosis diaria y es adecuado para todas las etapas de la enfermedad de alzhéimer.
      

En complemento a la medicación, suelen prescribirse terapias no farmacológicas (estimulación cognitiva, terapia ocupacional y fisioterapia) que pueden ayudar a mantener las funciones cognitivas y físicas durante más tiempo.

Cuidados y apoyo para personas con demencia cortical

Además de las terapias médicas, el cuidado y el apoyo que tú puedas ofrecerle a la persona con demencia cortical van a ser decisivos para que mantenga cierto bienestar, tanto físico como mental.

Se trata de llevar a cabo pequeñas adaptaciones en el hogar y adoptar algunas estrategias que ayuden a sobrellevar vuestro día a día. Te las contamos a continuación.

Adaptación del entorno y rutinas diarias

La adaptación del entorno es importantísima para la autonomía del enfermo de demencia y su seguridad, pues la incidencia de caídas es dos o tres veces mayor en ancianos con demencia que en aquellos sin deterioro cognitivo.

Algunos cambios que puedes implementar son: 

  • Quita o fija alfombras y felpudos, especialmente en baño y dormitorio.
  • Acorta cables eléctricos para que no arrastren por el suelo.
  • Elimina muebles con picos sobresalientes. 
  • Instala bandas antideslizantes y barreras de seguridad al principio y final de las escaleras.
  • Equipa las habitaciones con lámparas nocturnas para prevenir accidentes durante las horas de menor visibilidad.
  • Guarda bajo llave electrodomésticos peligrosos, herramientas cortantes, medicamentos, productos tóxicos y llaves del automóvil. 
  • Configura dispositivos de seguridad que impida abrir sin ayuda puertas exteriores y ventanas.
  • Elimina cerrojos interiores para evitar que la persona se encierre accidentalmente.
       

Por último, y no menos importantes, procura planificar una rutina que tu ser querido pueda seguir y que le aporte previsibilidad.

Mantener horarios fijos para comidas, higiene personal y actividades ayuda a reducir la ansiedad y confusión. 

Estrategias para mejorar la calidad de vida

Para fomentar el bienestar y la autonomía del paciente, conviene aplicar diversas estrategias para la comunicación y la gestión cotidiana de actividades y tareas:

  • Usar frases cortas y mantener contacto visual al hablar.
  • Proponer tareas sencillas que generen sensación de utilidad, como doblar ropa, o secar cubiertos. 
  • Si la persona abandona una actividad, es mejor reconocer lo realizado en lugar de presionar para que continúe.
  • Aplicar la estimulación cognitiva mediante juegos de memoria, ejercicios de atención y actividades de lógica. 
  • Integrar terapias de reminiscencia a través de música, fotografías o conversaciones sobre el pasado.
  • Facilitar la interacción social promoviendo visitas familiares.
  • Evitar situaciones estresantes y desconocidas.
      

Además, las personas cuidadoras deben prestar atención a su propia salud y bienestar emocional, poniendo límites saludables y normalizando el pedir ayuda cuando así lo requieran. 

Por eso, recomendamos participar en grupos de apoyo para cuidadores, ya que resultan de gran ayuda para compartir experiencias y aprender estrategias efectivas de quienes atraviesan situaciones similares.

Miryam Piqueras Bravo

Miryam Piqueras Bravo

Directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores.

Doctora en Medicina Familiar y Comunitaria, con más de 13 años de experiencia en atención primaria, medicina socio-sanitaria, supervisión y dirección médica.
Nº de Colegiada: 282858641.

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