La memoria episódica es aquélla que se refiere al recuerdo de momentos, lugares, emociones y detalles de contexto de episodios de la vida que se pueden evocar de forma muy nítida. Para la formación de este tipo de recuerdos es importante la actividad del lóbulo temporal medial y de la corteza prefrontal, aunque es en el hipocampo donde almacenan. Lo que no se conoce con exactitud es si permanecen ahí para siempre o si posteriormente se consolidan en el neocórtex.
Su función es la de permitir que las personas se beneficien del aprendizaje de experiencias pasadas para la adquisición de nuevos conocimientos. Este tipo de memoria es probablemente la más vulnerable al deterioro neurológico. De hecho, aunque la memoria episódica se desarrolla en la niñez, adquiere su máxima extensión en la edad adulta y se pierde progresivamente a medida que se envejece, aunque esto no siempre ocurre así.

Posibles alteraciones
El daño en el hipocampo es uno de los factores más importantes que pueden inducir la pérdida de memoria episódica en mayor o menor grado. De hecho, hay una serie de patologías en las que este deterioro cognitivo es un signo característico:
- Enfermedad de Alzheimer: la amnesia episódica suele aparecer en las primeras fases de la enfermedad (pérdida de memoria inmediata), dado que el hipocampo es una de las primeras zonas del cerebro que se ven afectadas.
- Amnesia por envenenamiento con mariscos: es una intoxicación que produce graves daños irreversibles en el hipocampo, con la consiguiente pérdida de memoria.
- Síndrome de Korsakoff: suele producirse en alcohólicos malnutridos como consecuencia de un déficit de vitamina B1 (tiamina), aunque puede aparecer también en personas que no beben pero que llevan una dieta desequilibrada.
- Consumo de drogas: el éxtasis, por ejemplo, se relaciona directamente con un deterioro de la memoria episódica.
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Medicamentos: se ha comprobado que las inyecciones de cortisol pueden afectar negativamente a la recuperación de los recuerdos autobiográficos. Con todo, hay que señalar que en la actualidad se dispone de medicamentos que pueden mejorar a largo plazo la memoria episódica en adultos sanos.