La memoria episódica es un tipo de memoria a largo plazo que permite recordar experiencias personales. Gracias a ella, la persona viaja en el tiempo y revive vivencias del pasado.
Aunque la memoria episódica se desarrolla en la niñez, adquiere su máxima extensión en la edad adulta y se pierde progresivamente a medida que se envejece, aunque esto no siempre ocurre así. Es muy sensible al envejecimiento y a las enfermedades neurodegenerativas, como, por ejemplo, el alzhéimer. Cuando una persona tiene esta patología tendrá dificultades para formar y recuperar nuevos recuerdos, especialmente, los más recientes.
En este artículo te explicamos todos los aspectos relacionados con este tipo de memoria.
Tipos de memoria a largo plazo
La memoria declarativa y no declarativa son dos tipos de memoria a largo plazo, cada uno con características diferentes.
Memoria declarativa
Las memorias declarativas o explícitas son conscientes, es decir, se pueden acceder a ellas de forma voluntaria y se pueden verbalizar.
Las memorias declarativas se dividen en memorias semánticas y episódicas. La memoria semántica se refiere al conocimiento del mundo relacionado con los hechos, los conceptos, los datos, las reglas y el lenguaje. La memoria episódica, como ya hemos explicado, permite recordar eventos específicos de nuestra vida, como un viaje o una fiesta.
Memoria no declarativa
Las memorias no declarativas o implícitas no son conscientes y su contenido no se puede verbalizar. En este tipo de memorias se almacena la información necesaria para desarrollar habilidades y destrezas que son indispensables para llevar a cabo acciones secuenciadas y automatizadas, como conducir o andar en bicicleta.
Qué es la memoria episódica y en qué se diferencia de la semántica
Es un tipo de memoria a largo plazo -la información se almacena durante períodos largos de tiempo- y es declarativa, es decir, permite a la persona describir con palabras o recordar con imágenes sus recuerdos y conocimientos.
También se denomina explícita porque se puede acceder a ella para recuperar información de manera consciente y voluntaria.
Mediante la memoria episódica, la persona puede recordar experiencias o eventos personales, incluido el momento y el lugar donde se produjeron esos hechos. Su mente viaja en el tiempo para poder revivir experiencias del pasado, como, por ejemplo, cómo fue su primer día de colegio o su boda.
Recordar el día en el que una persona se casa implica saber cuándo y dónde contrajo matrimonio, cómo iba vestida, quiénes fueron los invitados, qué sucedió, cómo se sintió. Comprende el recuerdo único que cada persona tiene de esa experiencia. Estos recuerdos ayudan a que cada individuo cree su propia historia personal.
El psicólogo canadiense Endel Tuving fue el primero en introducir, en 1972, el término memoria episódica para distinguir “recordar” de “saber”.
La memoria episódica almacena experiencias autobiográficas, mientras que la memoria semántica permite acceder a conocimientos que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida, ideas, conceptos y lenguaje.
Ejemplos de memoria episódica:
- Recordar el primer beso
- Recordar lo que se hizo en las vacaciones de Navidad
- Recordar el primer día de colegio
- Recordar qué se ha desayunado esa mañana
- Recordar unas vacaciones familiares
- Recordar los detalles de una película que se vio la semana pasada
- Recordar el día de la boda
- Recordar una conversación que se tuvo, recientemente, con un amigo
Ejemplos de memoria semántica:
- Recordar conceptos y categorías, como saber que un perro es un animal y pertenece a la categoría de los mamíferos
- Recordar hechos generales, como que el sol es una estrella o que el agua está compuesta por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno
- Recordar el significado de las palabras
- Recordar datos históricos, como quién era Isabel I la Católica
- Recordar información geográfica
- Recordar reglas matemáticas
- Recordar información cultural, como quién escribió El Quijote
¿Por qué es importante la memoria?
El aprendizaje y la memoria son dos capacidades indispensables para los seres humanos. Gracias a ellas hemos podido adaptarnos y sobrevivir como especie.
La memoria es una función esencial que afecta a casi todos los aspectos de la vida, como el aprendizaje. Con ella creamos nuestra propia identidad, nos ayuda a tomar decisiones y a desarrollar relaciones interpersonales.
La memoria nos permite:
- Aprender y adaptarnos. Gracias a la memoria aprendemos de experiencias pasadas y adaptamos nuestro comportamiento. Sin memoria no podemos retener información para realizar las tareas cotidianas, resolver problemas y adquirir nuevas habilidades.
- Construir nuestra identidad personal. Recordar experiencias pasadas, relaciones y hechos importantes de nuestras vidas nos ayuda a saber quiénes somos. Se trata de acceder a nuestra historia personal, lo que define quiénes somos.
- Tomar decisiones. La memoria influye en nuestras decisiones y en nuestro comportamiento. Recordar hechos del pasado nos permite evaluar las situaciones a las que nos tenemos que enfrentar y anticipar posibles resultados.
- Facilitar las relaciones interpersonales. La memoria permite que interactuamos con otras personas al recordar sus nombres, sus rostros y experiencias que han tenido con ellos. Estos recuerdos son fundamentales para establecer vínculos.
- Desarrollar nuestras capacidades cognitivas. La memoria nos permite realizar tareas complejas, como utilizar el lenguaje, planificarnos y resolver problemas.
- Sobrevivir: nos permite recordar los lugares peligrosos, identificar alimentos seguros y aprender de experiencias negativas. Gracias a la memoria hemos podido adaptarnos y sobrevivir.
Memoria episódica y sus variantes y ejemplos
La memoria episódica recoge nuestras vivencias personales, permitiéndonos recordar dónde, cuándo y cómo ocurrieron distintos eventos. Dentro de esta memoria, podemos diferenciar varios tipos según las características de los recuerdos.
La memoria episódica recoge cronológicamente las experiencias individuales y personales que ha tenido el individuo, incluyendo detalles como dónde, cuándo y qué ocurrió en un momento específico.
Estos hechos contienen información sobre el espacio y el tiempo en el que han tenido lugar. Y sobre el estado en que se encontraba la persona. Recoge sus emociones, percepciones y pensamientos.
Cuando se utiliza la memoria episódica, se activan los lóbulos frontales (ubicados en la parte anterior del cerebro) mientras que cuando se ejercita la memoria semántica hay una mayor actividad del lóbulo temporal y del diencéfalo (situado en la parte central del cerebro, entre los hemisferios cerebrales y el tronco encefálico).
Variantes de la memoria episódica
Las personas pueden contar con distintas variantes de memoria episódica:
- Memoria autobiográfica o de eventos específicos. Recoge los recuerdos que el individuo tiene de sus propias experiencias. Incorpora elementos tanto de la memoria semántica como de la episódica, al vincular las experiencias personales con conocimientos generales.
Por ejemplo, la persona recuerda la primera vez que se bañó en el mar. En esa imagen se recogen las sensaciones y la experiencia que tuvo cuando contactó con el mar. La información sobre ese momento también está vinculada al contexto que rodeó la experiencia. Qué época era, quién gobernaba. La persona recuerda qué ocurrió, dónde ocurrió, cuándo sucedió.
- Datos personales. Esta información está vinculada con las experiencias de una persona.
Por ejemplo, el nombre de su primer perro o el color y el modelo de su primera bicicleta.
- Eventos generales. Los acontecimientos generales implican recordar los sentimientos asociados a un determinado tipo de experiencia.
Por ejemplo, recordar que se siente cuando besas a alguien. La persona no recuerda lo que sintió cada vez que ha dado un beso, pero sí sabe lo que siente, de forma general, cuando da un beso. - Recuerdos flash. Se trata de recuerdos asociados a momentos o circunstancias excepcionales. La persona puede acordarse de las circunstancias que han rodeado un suceso.
Por ejemplo, qué estaba haciendo cuando se produjeron los atentados del 11 de septiembre.
Relación entre memoria episódica y alzhéimer
La memoria episódica es muy sensible al envejecimiento cerebral y a las enfermedades neurodegenerativas. En la enfermedad de Alzheimer, uno de los primeros síntomas cognitivos que se observa en los pacientes son los problemas asociados con este tipo de memoria.
Las personas con deterioro cognitivo leve también sufren estas alteraciones. Otras enfermedades, como los trastornos disociativos, la esquizofrenia, depresión mayor, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Huntington también se han asociado con un déficit en este tipo de memoria.
El mal funcionamiento de la memoria episódica podría ser un indicador que alertara sobre si la persona tiene una patología cerebral incipiente.
Cuando aparece el alzhéimer, la persona puede acceder a los recuerdos autobiográficos que se han establecido décadas antes. Recordará el nombre de la profesora que tuvo cuando era pequeño, pero no sabrá dónde ha dejado las llaves ni lo que ha desayunado esa mañana.
La razón reside en que esta enfermedad afecta al hipocampo, una estructura cerebral que se encarga de formar y consolidar los nuevos recuerdos episódicos, nuevos hechos que ocurren en su vida.
Por ejemplo, esa mañana pueden haberle comunicado que un familiar ha muerto y, al cabo de un rato, la persona, debido a la enfermedad, no lo recordará. Otro caso es el de un paciente que puede olvidar rápidamente qué tiene que hacer para regular la temperatura del agua del grifo. No recuerda qué pasos tiene que dar. El hecho de que la enfermedad también le impida mantener su capacidad de atención, mientras lleva a cabo otra actividad, hará que le sea más difícil recordarlo.
La enfermedad de Alzhéimer se asocia con pérdida de sinapsis (permiten la comunicación entre las neuronas y son esenciales para pensar, sentir y actuar), neurodegeneración, depósitos de placa de amiloide y ovillos neurofibrilares de la proteína tau, que afectan a áreas del cerebro que se encuentran dentro del lóbulo temporal medial, como el hipocampo y la corteza entorrinal (que desempeña un papel crucial en la memoria y en el procesamiento sensorial, al conectar el hipocampo con otras áreas del cerebro).
Qué papel juega el hipocampo en la formación de la memoria
El cerebro se divide en dos hemisferios: el hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo. Cada hemisferio se divide en cuatro lóbulos: el frontal, el parietal, el temporal y el occipital. De ellos, el temporal está relacionado con la audición, la memoria y el lenguaje.
Dentro del lóbulo temporal hay una región específica, el lóbulo temporal medial, que está en la parte interna de esta zona del cerebro. De una forma sencilla y muy simplificada, esa área del cerebro cuenta con varias estructuras:
Hipocampo: desempeña un papel muy importante en la formación de los nuevos recuerdos, en la memoria a corto plazo y en el aprendizaje. También facilita que la persona sepa orientarse en su entorno. En la enfermedad de Alzheimer, una de las partes del cerebro que primero se verá afectada es el hipocampo.
Amígdala: involucrada en la regulación de emociones, como el miedo y la agresión.
Giro parahipocampal: participa en la memoria y el procesamiento espacial.
Corteza entorrinal: conecta el hipocampo con otras áreas del cerebro y juega un papel en la memoria y en la orientación (la capacidad para recordar y reconocer ubicaciones y rutas).
Una lesión en el lóbulo temporal medial puede provocar, tanto problemas de memoria como emocionales. La persona puede tener dificultades para recordar eventos recientes y para controlar lo que siente.
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