Qué es el deterioro cognitivo, grados de avance y síntomas

21/05/2025
diferencias entre demencia y deterioro cognitivo

El deterioro cognitivo es una afección por la que una persona experimenta una disminución de sus capacidades mentales cuando se le compara con otras personas de su misma edad. Aquí te explicamos cómo lo puedes reconocer, qué tipos de deterioro hay, sus causas y cuándo debes acudir al médico. Y, por último, por qué es importante que acudas a la consulta cuando notes que algo no va bien.

Qué es el deterioro cognitivo, síntomas y señales

Se trata de una afección por la que una persona experimenta una disminución de sus capacidades mentales cuando se le compara con otras personas de su misma edad. Ese déficit se muestra en sus actividades diarias, por lo que tanto el propio individuo como las personas que están cerca de él perciben esas carencias.

Pero, a pesar de que la persona tenga más dificultades para desenvolverse, éstas no le impiden llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria, como comer, vestirse, lavarse, así como otras más complejas, como conducir, cocinar, limpiar y administrar sus finanzas. Lo que significa que puede seguir siendo independiente.

Sin embargo, la persona se suele dar cuenta de que las cosas no marchan como antes porque comienza a percibir que tiene problemas de memoria. Por ejemplo, le cuesta recordar la última conversación que acaba de tener. Observa que, últimamente, tiene más dificultades para encontrar las palabras precisas a la hora de expresarse. También se percata de que pierde objetos con más frecuencia.

¿En qué se diferencia el daño cognitivo del envejecimiento?

De la misma manera que a medida que se envejece una persona ya no es capaz de correr a la misma velocidad que cuando era joven, la capacidad que tiene para aprender, recordar o resolver problemas también se ralentiza con la edad. Sin embargo, la capacidad para dar sentido a lo que sabe, para formar argumentos y juicios razonables permanece intacta. El envejecimiento normal no afecta a la inteligencia o a la memoria a largo plazo.

En un envejecimiento normal, la persona se queja de pérdida de memoria, pero puede proporcionar muchos detalles sobre la información relacionada con ese olvido. Una persona con deterioro cognitivo se queja de que tiene problemas de memoria y eso le provoca ansiedad, aunque encuentra maneras para solventar esos fallos y poder continuar seguir siendo independiente.

En un envejecimiento normal, la persona no olvida los eventos, asuntos o conversaciones importantes. Una persona con deterioro cognitivo puede olvidar esos eventos, asuntos y conversaciones, pero conserva su capacidad para hablar sobre ellos.

En un envejecimiento normal, una persona no se pierde cuando se encuentra en un lugar familiar, aunque puede que, en un momento dado, tenga que hacer una pausa para recordar el camino. Una persona con deterioro cognitivo puede que se desoriente en un momento dado, pero, generalmente, termina encontrando el camino a casa.

¿En qué se diferencia el trastorno cognitivo leve de la demencia o el alzhéimer?

El deterioro cognitivo leve está frecuentemente asociado a la edad, hasta el punto de que lo presentan el 30% de las personas mayores de 65 años, sin que haya diferencias entre hombres y mujeres, y aumenta con el rango de edad. También es más frecuente en personas mayores institucionalizadas y en zonas rurales.

La demencia es un trastorno cerebral que produce una disminución de la función cognitiva, como la memoria y la capacidad para pensar, provocando que la persona tenga dificultades para realizar las actividades de la vida diaria. Cuando una persona sufre una demencia experimenta también cambios en la personalidad y en sus comportamientos: puede sufrir agitación y delirios.

Los signos clave para identificar una demencia son: que la capacidad intelectual de la persona disminuya y que, además, experimente un deterioro en más de un tipo de función mental, como en su capacidad de razonamiento, de juicio, en el lenguaje o en su habilidad visoespacial (sirve, entre otras cosas, para percibir la distancia que puede haber entre dos objetos).

Una persona con demencia se comporta de la siguiente manera:

- Solo se queja de que tiene problemas con la memoria cuando se le pregunta concretamente. No puede recordar los momentos en que sufrió evidentes contratiempos debido a sus olvidos.

- Una persona con demencia no puede recordar eventos recientes ni tiene la posibilidad de hablar sobre ellos.

- Una persona con demencia puede perderse en el camino de regreso a casa, a pesar de que haya hecho ese trayecto miles de veces, y puede llevarle horas encontrar la ruta correcta para volver.

La diferencia fundamental entre el deterioro cognitivo leve y la demencia es que el primero afecta de forma exclusiva a la memoria, mientras que la demencia compromete también otras funciones cerebrales así como las habilidades para desarrollar las actividades normales de la vida diaria.

A pesar de las diferencias iniciales entre deterioro cognitivo leve y demencia, estudio recientes que se han realizado mediante técnicas de neuroimagen parecen evidenciar que los pacientes con deterioro cognitivo leve tienen un riesgo mayor de desarrollar algún tipo de demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer, hasta el punto de que algunos expertos llegan a considerarlo como una fase inicial de la demencia.

Qué tipos de deterioro cognitivo hay

El deterioro cognitivo leve se divide en dos categorías amplias en función del principal déficit que se observa en la persona: deterioro cognitivo amnésico y deterioro cognitivo no amnésico.

Deterioro cognitivo amnésico

Se diagnostica cuando los problemas de memoria constituyen el principal síntoma. Es el subtipo más común. De hecho afecta al doble de personas que el deterioro no amnésico.

A menudo se considera el precursor de la enfermedad de Alzheimer. Aproximadamente, el 80% de estas personas desarrollarán una demencia tipo alzhéimer en el plazo de siete años.

Deterioro cognitivo no amnésico

Se produce cuando la memoria permanece intacta, pero otro dominio cognitivo está afectado, como el lenguaje, la atención, la resolución de problemas o las habilidades visoespaciales.

Aproximadamente un tercio de las personas diagnosticadas de sufrir un deterioro cognitivo no tienen problemas de memoria, pero sí, en cambio, experimentan problemas con otras funciones, como la ejecutiva (que se encarga de que la persona sea capaz de llevar a cabo un plan) el lenguaje o las habilidades visoespaciales.

Es más probable que esta forma de deterioro progrese hacia una demencia frontotemporal, demencia vascular o demencia por cuerpos de Lewy que hacia una demencia tipo alzhéimer.

Cómo avanza y qué grados de daño cognitivo hay

El deterioro cognitivo es un proceso gradual que afecta las habilidades mentales, como la memoria, la concentración, el lenguaje o la capacidad de planificar. Aunque cada persona puede presentar una evolución diferente, suele hablarse de tres grados principales: leve, moderado y avanzado. Conocer estos estadios ayuda a orientarse sobre las necesidades de apoyo y los posibles tratamientos o cuidados requeridos.

Deterioro cognitivo incipiente o leve

En esta primera fase, las dificultades son sutiles y pueden pasar desapercibidas para el entorno. El individuo conserva, en general, su autonomía para actividades cotidianas y suele llevar una vida independiente. Sin embargo, empieza a notar despistes más frecuentes, como olvidos puntuales o dificultad para mantener la atención. A menudo, la persona es consciente de estos fallos y los compensa con estrategias propias, como apuntar recordatorios o pedir confirmación a familiares.

Deterioro cognitivo moderado

A medida que la afección progresa, las limitaciones se vuelven más evidentes. El paciente puede experimentar problemas para gestionar actividades más complejas, como organizar las finanzas o seguir instrucciones detalladas. También es común que se presenten alteraciones leves en el comportamiento y en el estado de ánimo, como irritabilidad o apatía. Aun así, muchas personas mantienen cierto grado de independencia, sobre todo si cuentan con el apoyo de familiares o cuidadores y con un entorno adaptado a sus necesidades.

Deterioro cognitivo avanzado

En esta etapa, el deterioro se torna más severo y afecta de forma notable la capacidad de la persona para desenvolverse en las tareas diarias. Es frecuente requerir supervisión constante, ya que pueden aparecer importantes dificultades en la comunicación, la orientación y el razonamiento. En casos más complejos, se observan cambios drásticos en la personalidad y en las conductas sociales, lo que incrementa la dependencia y la necesidad de cuidados profesionales o del entorno familiar de forma continua.

Cuáles son las causas del trastorno cognitivo

En algunas personas el deterioro cognitivo es un paso previo al desarrollo de una demencia. Esto significa que el paciente ya tiene las alteraciones cerebrales que provocan esta afección neurodegenerativa. Por lo tanto, con el tiempo, los síntomas empeorarán y terminará desarrollando una demencia.

Sin embargo, en otras personas este déficit está provocado por otra patología que sí es tratable, luego cuando reciba el tratamiento adecuado mejorará su funcionamiento mental. En estos casos el deterioro cognitivo puede ser reversible.

Algunas de las afecciones que pueden provocar deterioro cognitivo leve son:

  • Depresión, estrés y ansiedad
  • Problemas de tiroides, riñón o hígado
  • Apnea del sueño y otros trastornos relacionados con el sueño
  • Enfermedades que afectan al flujo sanguíneo que llega al cerebro (tumores, coágulos de sangre, accidente cerebrovascular, lesión cerebral traumática, hidrocefalia de presión normal -acumulación del líquido cefalorraquídeo en el cerebro)
  • Niveles bajos de vitamina B12 u otro tipo de nutrientes
  • Problemas con la vista o el oído
  • Una infección
  • Efectos secundarios provocados por ciertos medicamentos (como los anticolinérgicos, que se utilizan para relajar la vejiga, para la enfermedad de Parkinson y la depresión)
  • Efectos producidos por el consumo de drogas ilegales
  • Consumo excesivo de alcohol

Cómo saber si sufro deterioro cognitivo y cuándo acudir al médico

Cuando la propia persona, un familiar o un amigo, que le conocen bien, sospechan que las cosas no marchan bien en su cerebro.

Estos son algunos de los síntomas que puede experimentar:

  • Tener problemas frecuentes para recordar cosas sencillas
  • Olvidar citas o eventos programados o repetir la misma pregunta
  • Tener problemas para poder seguir una conversación o seguir unas instrucciones básicas. Por ejemplo, tener dificultades para llevar a cabo una receta de cocina
  • Perder frecuentemente el hilo de sus pensamientos, distraerse con mucha facilidad
  • Tardar más de lo habitual en encontrar la palabra correcta para poder expresarse
  • Notar que le cuesta mucho hacer planes o tomar decisiones
  • Perderse en trayectos familiares que ha realizado miles de veces
  • Tener dificultades para visualizar las tres dimensiones de un objeto, para calcular las distancias o para bajar las escaleras

La persona con deterioro cognitivo leve también puede sufrir cambios emocionales, como depresión, ansiedad, irritabilidad o apatía.

¿Cómo se diagnostica el deterioro cognitivo?

El médico comenzará haciendo un historial médico completo que incluirá preguntas sobre las enfermedades que ha tenido la persona y las que sufre en estos momentos. También preguntará sobre los medicamentos que ha tomado y los tratamientos actuales. Y sobre si en su familia ha habido casos de demencia o si algunos de sus miembros han tenido problemas de memoria.

Pero la piedra angular a la hora de realizar este diagnóstico consiste en mantener una entrevista detallada en presencia de un familiar o amigo que conozca bien a la persona. El médico preguntará, tanto al paciente como al acompañante, sobre los cambios que ha observado en cuanto a su capacidad para vivir de forma autónoma.

Se le realizará un examen neurológico en el que se evaluarán los reflejos, la coordinación, el equilibrio y los sentidos. Se analizará el estado de ánimo de la persona para detectar si sufre una depresión.

El médico también buscará otras posibles causas que hayan podido provocar el deterioro cognitivo. Para ello, pedirá un análisis de sangre y alguna prueba de imagen para observar la estructura del cerebro.

El paciente se someterá a una serie de test para evaluar su memoria, su nivel de atención y otras funciones cerebrales.

Puede que el doctor también solicite que el paciente complemente otras pruebas neuropsicológicas, que implican responder a una serie de preguntas para evaluar la memoria, la planificación, la toma de decisiones y la capacidad para comprender la información, entre otras.

Tratamientos farmacológicos para el deterioro cognitivo

Actualmente no se cuenta con medicamentos aprobados para tratar el deterioro cognitivo leve. Inicialmente se esperaba que los medicamentos para tratar la enfermedad de Alzheimer, como el donezepilo, la rivastigmina y la galantamina mejorarían los síntomas o ralentizarían la progresión de la enfermedad. Sin embargo, los ensayos realizados no han demostrado que aportaran ningún beneficio para estos pacientes.

Hay muchas acciones que el paciente puede adoptar para reducir sus probabilidades de desarrollar demencia. Para ello puede descargarse la Guía rápida para la prevención del deterioro cognitivo.

¿Es reversible el deterioro cognitivo?

La reversibilidad del deterioro cognitivo depende, en gran medida, de la causa subyacente. Cuando está provocado por factores tratables, como una deficiencia nutricional, un trastorno metabólico o el efecto de ciertos medicamentos, su resolución o mejora es posible si se aborda la causa y se recibe el tratamiento adecuado. En estos casos, el paciente puede experimentar una recuperación de parte de sus capacidades o, al menos, una ralentización en el avance de los síntomas.

En cambio, cuando el deterioro está vinculado a enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, demencia frontotemporal o cuerpos de Lewy), la regresión del cuadro cognitivo no suele ser factible con los tratamientos actuales. Sin embargo, la intervención temprana y los cambios en el estilo de vida (ejercicio, estimulación mental, dieta equilibrada y un buen control médico) pueden retrasar la evolución de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de la persona afectada.

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Miryam Piqueras Bravo

Miryam Piqueras Bravo

Directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores

Contenido revisado por profesionales médicos y especializados de Sanitas Mayores.

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