Los 10 síntomas principales de la demencia senil

04/12/2025
10 síntomas principales de la demencia senil

Reconocer a tiempo los síntomas de demencia senil es fundamental para poder ofrecer el apoyo adecuado y garantizar una mejor calidad de vida.

En este artículo encontrarás una guía clara y cercana sobre los 10 síntomas principales de la demencia senil: desde la pérdida de memoria reciente y la dificultad para tomar decisiones, hasta los cambios en el estado de ánimo y la pérdida de autonomía.

Además, te explicamos cómo identificar estas señales desde sus primeras manifestaciones, el proceso de diagnóstico y qué puedes hacer para mejorar el día a día.

Cuáles son los principales síntomas de la demencia senil

La demencia senil se manifiesta a través de una combinación de síntomas que afectan la memoria, la capacidad de juicio, el comportamiento y la vida diaria:

  1. Pérdida de memoria reciente
  2. Dificultad para concentrarse y tomar decisiones
  3. Desorientación en tiempo y espacio
  4. Cambios en el estado de ánimo y la personalidad
  5. Problemas para comunicarse o encontrar palabras
  6. Dificultad para realizar tareas cotidianas
  7. Confusión severa y desorientación constante
  8. Cambios de conducta y agresividad
  9. Pérdida de autonomía y necesidad de cuidado constante
  10. Alteraciones del sueño, apetito y pérdida de interés

Estos síntomas, aunque pueden variar en intensidad y orden de aparición, sirven para identificar a tiempo la demencia en adultos mayores.

10 síntomas de la demencia senil que debes conocer

En este apartado vamos a profundizar en cada uno de los síntomas principales de la demencia senil en todos sus tipos, con ejemplos prácticos para que puedas reconocerlos en tu día a día si estás al cuidado de una persona mayor. Empezamos:

Pérdida de memoria reciente

Los fallos de memoria reciente constituyen uno de los síntomas más característicos de la demencia senil, y se rigen por una serie de patrones específicos que van más allá de los despistes normales:

  • Olvido de información recién aprendida, incluso instantes antes.
  • Necesitar que le repitan varias veces la misma información para entenderla.
  • Dificultad para recordar acontecimientos del mismo día o el anterior.
  • Cada vez más dependencia de notas adhesivas, alarmas del móvil o la ayuda de familiares para recordar citas o cumplir compromisos.
  • Hacer la misma pregunta varias veces en una conversación.
  • Repetir la misma historia familiar sin darse cuenta.

En cambio, es habitual que otro tipo de recuerdos permanezcan intactos, especialmente los más antiguos. Esta disociación entre la memoria reciente y la memoria remota es característica de la demencia senil.

Dificultad para concentrarse y tomar decisiones

Las personas con demencia senil ven mermada su capacidad para mantener la atención y resolver quehaceres cotidianos que antes manejaban sin dificultad.

Por ejemplo, aquellas que exigen una mínima planificación, como organizar la lista de la compra, planificar las comidas de la semana o gestionar los gastos mensuales.

También, cualquier tarea en la que se deba seguir una secuencia de pasos, como una receta o la toma de medicamentos en un orden concreto.

La falta de juicio al tomar decisiones es otro rasgo característico de la demencia. Por ejemplo, pueden ponerse un abrigo en un día caluroso o que no reconozcan una situación de peligro, como dejarse una puerta abierta que compromete su seguridad personal.

Desorientación en tiempo y espacio

La desorientación es otro de los síntomas más preocupantes de la demencia senil, manifestándose tanto en el espacio como en la percepción del tiempo en situaciones como:

  • Sentirse perdido en caminos que ha realizado cientos de veces.
  • Olvidar cómo llegó a un lugar conocido, no saber dónde se encuentra exactamente o cuál es la dirección correcta para llegar a casa.
  • No estar seguro de qué día de la semana es o confundir meses o estaciones del año.
  • Tener problemas para calcular correctamente las distancias al caminar o conducir.

Estos comportamientos afectan directamente a la seguridad personal, convirtiéndose en una señal de alerta que requiere atención médica inmediata.

Cambios en el estado de ánimo y la personalidad

Los cambios emocionales y de personalidad suelen ser algunos de los primeros signos visibles de la demencia senil. Consisten en:

  • Episodios de tristeza profunda alternados con momentos de euforia descontrolada.
  • Nerviosismo constante e inquietud física que le impide permanecer quieto.
  • Desarrollar sospechas injustificadas hacia familiares cercanos, como acusar a otros de robar objetos que ha extraviado.
  • Comportarse de manera inapropiada en público, hacer comentarios fuera de lugar o desvestirse en momentos inadecuados.

Estos cambios son muy duros para ti, cuidador, porque la persona que conocías parece haber sido reemplazada por alguien desconocido y totalmente impredecible.

Problemas para comunicarse o encontrar palabras

Los trastornos del lenguaje en la demencia senil van haciéndose más evidentes con el tiempo.

Al principio, puedes notar que tu ser querido tiene dificultades para encontrar la palabra que quiere decir, haciendo pausas largas en medio de las frases mientras busca el término apropiado.

En seguida, las oraciones se vuelven más simples y básicas, o bien se alarga excesivamente para referirse a conceptos sencillos.

Con el tiempo, es posible que se detenga abruptamente durante las conversaciones porque no sabe cómo continuar o ha perdido completamente el hilo del tema.

Dificultad para realizar tareas cotidianas

El deterioro funcional en la demencia senil afecta a muchos ámbitos de actividades en la vida cotidiana:

  • Gestión económica: pierde la habilidad para contar al pagar, realizar transferencias bancarias básicas o gestionar facturas y pagos.
  • Mantenimiento del hogar: desde planificar la limpieza hasta mantener el orden y gestionar reparaciones, no sabe establecer prioridades y las tareas se acumulan.
  • Actividades de compra: olvida productos esenciales, compra artículos innecesarios y se pierde en tiendas habituales.
  • Uso de transporte: la desorientación dificulta el uso del transporte público o la conducción, al no poder interpretar horarios, señales de tráfico o rutas conocidas.
  • Preparación de alimentos: las alteraciones ejecutivas y los problemas de memoria dificultan planificar menús, recordar ingredientes, seguir recetas, controlar tiempos de cocción y mantener la seguridad.

Todas estas dificultades truncan la paz y la seguridad de su propio hogar, que acaba siendo un espacio desordenado que acrecienta su confusión.

Confusión severa y desorientación constante

La confusión mental es una de las complicaciones de la demencia a esperar. Cuando se intensifica, empeora la orientación en múltiples aspectos de la realidad.

La persona empieza por no reconocer a familiares cercanos, confunde la identidad de sus hijos o cónyuge, o no recuerda su propia historia personal, nombre o edad…

Además, se produce una pérdida total de referentes temporales: vive en una realidad temporal diferente, creyendo que está en otra época de su vida, esperando a personas fallecidas hace años, o preguntando por responsabilidades laborales que abandonó décadas atrás.

La confusión severa puede llegar a provocar delirios y alucinaciones, haciendo que la persona vea o escuche cosas que no existen, e incluso que mantenga conversaciones con personas imaginarias.

Cambios de conducta y agresividad

En la demencia senil, los cambios de conducta consisten en episodios de ansiedad y momentos de agitación que aparecen de forma imprevisible y que pueden escalar hacia comportamientos agresivos.

Puedes empezar a notar irritabilidad frecuente en tu familiar, pero también el polo opuesto: retraimiento social extremo, apatía hacia cualquier tipo de actividad y desconexión emocional con el entorno familiar.

Los comportamientos agresivos se dan ante situaciones que percibe como conflictivas, utilizando como respuesta gritos, empujones e incluso golpes dirigidos hacia quienes intentan ayudarle.

También puede oponer resistencia física a los cuidados básicos como el baño o la medicación.

Pérdida de autonomía y necesidad de cuidado constante

Si hay algo que transforma la vida tanto del paciente de demencia senil como la de sus cuidadores, es la pérdida progresiva de autonomía.

Esta conlleva una necesidad de cuidado constante en cualquier plano de la vida del enfermo: la vestimenta, el aseo personal, la alimentación y la movilidad.

Por ejemplo, se vuelve necesario ayudarle a elegir ropa adecuada para la temperatura y a abrocharse botones y cremalleras.

El aseo personal también se complica, ya que la persona olvida cómo cepillarse los dientes o bañarse adecuadamente.

En fases avanzadas, puede desarrollar problemas de deglución que requieren supervisión durante las comidas para prevenir atragantamientos.

En definitiva: la persona con demencia senil grave ya no puede quedarse sola de forma segura, por lo que necesita acompañamiento las 24 horas.

Alteraciones del sueño, apetito y pérdida de interés

Las alteraciones del patrón de sueño y el apetito son muy frecuentes y visibles de distintas formas.

Lo primero que se ve afectado es el ciclo sueño-vigilia: la persona duerme excesivamente durante el día, manteniéndose despierta y agitada durante la noche.

Pronto se unen los cambios en los hábitos alimentarios, que empiezan con un marcado desinterés hacia alimentos que antes disfrutaba.

La persona también come porciones cada vez pequeñas, u olvida completamente que debe comer, llegando a pasar horas sin ingerir alimentos.

A estos comportamientos relacionados con el descanso y la ingesta se suma la pérdida de interés por actividades que antes disfrutaba, y que se traduce en negativas que al principio pueden pasar desapercibidas.

Por ejemplo, si antes le gustaba mucho tejer o leer el periódico, ahora puede que se niegue incluso aunque le animes o le pongas el material a mano.

Cómo identificar a tiempo los síntomas de la demencia senil

¿Identificas la mayor parte de los 10 síntomas de la demencia senil que hemos visto ellos en un ser querido? Si no estás seguro/a, hay ciertas señales concretas y persistentes que deben llamar tu atención:

Señales tempranas que no debes ignorar

Los primeros síntomas de la demencia senil suelen manifestarse años antes de un diagnóstico claro, y empiezan con pequeñas dificultades que deben alertarte:

  • No recordar números, como el teléfono de familiares cercanos o la combinación del cajero automático.
  • Olvidar los pasos para cocinar un plato sencillo, por ejemplo, dejar perderse en la receta del arroz o no recordar añadir ingredientes básicos como el aceite o la sal.
  • Perder objetos en sitios inusuales, como poner las gafas dentro del congelador o las llaves en el recipiente de las verduras.
  • Confundir el día de una cita médica, por ejemplo, presentarse un día antes o después, o no reconocer la necesidad de acudir a una revisión programada.
  • No participar en conversaciones, mostrando respuestas monosilábicas, perdiendo el hilo de lo que se habla o levantándose de la mesa antes de que termine una charla familiar.

Signos tempranos que no suelen ser evidentes para la persona afectada, pero que sus familiares y cuidadores pueden detectar en el día a día para iniciar cuanto antes el procedimiento de diagnóstico temprano de la demencia.

Pruebas médicas y evaluaciones recomendadas

El diagnóstico de demencia senil requiere un enfoque integral que combine diferentes métodos de evaluación para obtener un cuadro completo del estado cognitivo del paciente.

El principal es la realización de evaluaciones o tests cognitivos estandarizados, que miden diferentes aspectos de la función cognitiva:

  • Mini-Mental State Examination (MMSE): evalúa orientación, memoria, atención y habilidades visuoespaciales.
  • Test del Reloj: analiza funciones ejecutivas y habilidades visuoespaciales mediante el dibujo de un reloj.
  • Montreal Cognitive Assessment (MoCA): más sensible para detectar deterioro cognitivo leve, evalúa múltiples dominios cognitivos.
  • Test de Pfeiffer: especialmente útil para poblaciones con menor nivel educativo, se centra en orientación y memoria básica.

En complemento, se llevan a cabo pruebas de imagen cerebral para descartar otras causas de deterioro cognitivo y detectar atrofia en áreas específicas.

Qué hacer si te identificas con los 10 síntomas de la demencia senil

Cuando detectas que un ser querido presenta síntomas de demencia senil, el primer paso es buscar apoyo médico para obtener un diagnóstico claro y un plan de atención personalizado.

Este va a incluir algunas estrategias para mantener la dignidad del enfermo durante todas las fases de la demencia, como las que ayuden a mantener las capacidades mentales:

Estrategias de estimulación cognitiva y hábitos saludables

Una vez confirmado el diagnóstico de demencia, es fundamental adoptar técnicas y terapias que mejoren la memoria, la atención, el razonamiento y el bienestar general de la persona afectada:

  • Terapia de reminiscencia: utiliza fotografías y objetos familiares, así como música de épocas pasadas, para estimular recuerdos positivos y mantener la identidad personal.
  • Estimulación multisensorial: combina estímulos visuales, auditivos y táctiles para activar diferentes áreas cerebrales.
  • Orientación a la realidad: ayuda a mantener la conexión con el presente mediante calendarios visuales, relojes grandes, fotografías familiares etiquetadas y rutinas estructuradas que proporcionan puntos de referencia temporal y espacial.
  • Método Montessori adaptado: emplea materiales sencillos y actividades estructuradas que respetan el ritmo individual, promoviendo la autonomía en tareas como clasificar objetos, doblar ropa o actividades de vida práctica.

Los avances en las distintas capacidades trabajadas se consolidarán mucho mejor si la persona mantiene hábitos diarios saludables: ejercicio físico adaptado, una alimentación basada en la dieta mediterránea, rutinas de sueño consistentes y dosis de interacción social y actividades con compañeros, familiares y amigos.

Apoyo a familiares y cuidadores

El cuidado de una persona con demencia acarrea cierta sobrecarga, física y mental. Para prevenirla, tienes muchas herramientas a tu disposición:

  • Grupos de apoyo para cuidadores: estos espacios proporcionan comprensión, consejos prácticos y alivio emocional al sentirte menos solo en este proceso.
  • Formación especializada: asistir a talleres y cursos sobre manejo de la demencia. El conocimiento reduce la ansiedad y mejora la confianza en el cuidado.
  • Servicios de respiro familiar: utilizar centros de día, servicios de cuidado temporal o ayuda domiciliaria que te permitan descansar y recargar energías.
  • Apoyo profesional: contar con trabajadores sociales, psicólogos especializados en cuidadores y equipos médicos que proporcionen orientación personalizada y apoyo emocional profesional.

Nuestro consejo es que mantengas tus propias actividades y aficiones siempre que sea posible, aunque sean en pequeñas píldoras diarias.

Son momentos que te proporcionarán la flexibilidad emocional que necesitas para adaptarte a los cambios constantes que presenta la demencia sin agotarte emocionalmente.

Además, recuerda: antes de llegar al agotamiento, pide ayuda. Hacerlo es una muestra de responsabilidad, no de debilidad.

Nosotros, desde la distancia, también te ayudamos a seguir aprendiendo sobre demencias y cómo cuidar mejor: encontrarás muchos más contenidos como este, escritos por profesionales sanitarios, en la biblioteca de Sanitas Cuidar Bien.

Miryam Piqueras Bravo

Miryam Piqueras Bravo

Directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores.

Doctora en Medicina Familiar y Comunitaria, con más de 13 años de experiencia en atención primaria, medicina socio-sanitaria, supervisión y dirección médica.
Nº de Colegiada: 282858641.

La información facilitada por este medio no puede, en modo alguno, sustituir a un servicio de atención médica directa, así como tampoco debe utilizarse con el fin de establecer un diagnóstico, o elegir un tratamiento en casos particulares. En este servicio no se hará ninguna recomendación, explícita o implícita, sobre fármacos, técnicas, productos, etc... que se citarán únicamente con finalidad informativa. La utilización de este servicio se lleva a cabo bajo la exclusiva responsabilidad de los usuarios.

En este servicio no se hará ninguna recomendación, explícita o implícita, sobre fármacos, técnicas, productos, etc... que se citarán únicamente con finalidad informativa. La utilización de este servicio se lleva a cabo bajo la exclusiva responsabilidad de los usuarios.

La utilización de este servicio se lleva a cabo bajo la exclusiva responsabilidad de los usuarios.

mujer realizando actividades con una trabajadora de residencia
Conoce nuestros servicios para mayores

Descubre nuestros cuidados adaptados para personas con demencias, con un modelo respetuoso, sin sujeciones y centrado en la dignidad de cada residente.

Llama gratis Te llamamos