La demencia subcortical es una condición que afecta a muchas personas mayores. Por eso, si estás al cuidado de un familiar, es interesante que conozcas en qué consiste para estar prevenido/a y saber cómo actuar.
En este artículo aprenderás a identificar las señales que la caracterizan, pero también descubrirás las causas principales que dan origen a este tipo de demencia.
Además, te explicaremos los métodos diagnósticos actuales, las terapias farmacológicas y no farmacológicas que existen, y las mejores prácticas para adaptar el entorno del cuidado.
Con esta información podrás enfrentar con mayor confianza y conocimiento los retos que plantea la demencia subcortical.
¿Qué es la demencia subcortical?
La demencia subcortical es un tipo de deterioro cognitivo que afecta a las estructuras del cerebro responsables del control motor, la memoria procedimental y la regulación emocional.
Presenta un patrón de deterioro fronto-subcortical, que involucra tanto a las conexiones entre la corteza frontal como a las que tienen lugar en las estructuras subcorticales profundas (los ganglios basales, el tálamo y el tronco encefálico son las partes más dañadas).
Esto explica por qué los síntomas incluyen tanto alteraciones cognitivas como motoras, si bien son estos últimos los que tienen mayor prevalencia desde fases muy tempranas.
Causas y factores de riesgo de la demencia subcortical
En el origen de la demencia subcortical están, en gran parte de los casos, enfermedades o patologías neurodegenerativas:
Enfermedad de Parkinson
En la enfermedad de Parkinson, entre el 20% y el 60% de las personas desarrollan demencia subcortical.
En este caso, la patología presenta un déficit prominente en las funciones ejecutivas, responsables de regular el movimiento, la coordinación motora fina y de intervenir en el control de las emociones y el estado de ánimo.
Por eso, no es raro que junto a los temblores y la rigidez típicos del Parkinson, aparezcan trastornos de ánimo (como depresión, que afecta hasta a la mitad de las personas diagnosticadas).
Esclerosis múltiple
En la esclerosis múltiple se produce un daño a las sustancias gris y blanca del cerebro, que junto con la pérdida de mielina genera síntomas cognitivos típicamente subcorticales en el 40-65% de los pacientes.
Los más habituales son una disminución de la velocidad de procesamiento y de la memoria de trabajo, problemas de concentración y dificultades para dividir la atención entre varias tareas.
Enfermedad de Huntington
La enfermedad de Huntington se trata de una enfermedad hereditaria que afecta entre 1 y 10 personas por cada 100.000 habitantes y que presenta la sintomatología completa de la demencia subcortical, con síntomas motores, cognitivos y psiquiátricos.
Los cambios cognitivos más eminentes son la dificultad para organizar tareas cotidianas, pérdida de memoria a corto plazo y alteraciones en la personalidad como apatía e irritabilidad.
Conforme progresa la patología, aparecen los problemas del lenguaje y de la comprensión verbal.
Síntomas comunes de la demencia subcortical
Los síntomas de la demencia subcortical son muy característicos y claramente diferenciados de la de tipo cortical:
Lentitud en el pensamiento y el habla
En la demencia subcortical tiene lugar lo que se conoce como bradipsiquia, un enlentecimiento cognitivo y motor muy acusado que hace que la persona no pueda procesar la información de forma ágil.
Así, los enfermos de este tipo de demencia necesitan más tiempo para completar tareas mentales simples, como responder preguntas, tomar decisiones cotidianas o realizar cálculos básicos.
Esta lentitud también se refleja en el habla (bradifemia), que se produce con una entonación muy escasa y, en general, un discurso muy pobre y pausado. Aun así, esto no afecta a la capacidad de comprensión del individuo.
Cambios en la memoria y la atención
En la demencia subcortical la pérdida de memoria se relaciona más con dificultades de evocación que con retención. Tu familiar puede recordar hechos importantes, pero no cuándo ocurrieron.
Además, esta incapacidad suele ir acompañada de déficits en la atención sostenida y ejecutiva que interfieren en las tareas y actividades diarias.
En ellas, la persona se distrae fácilmente y no es capaz de mantener la concentración el tiempo suficiente para finalizarlas.
Alteraciones en el estado de ánimo y la motivación
La disfunción emocional se presenta, en la demencia subcortical, como una disminución general de la motivación.
Esta se hace visible en la falta de iniciativa y de placer al realizar actividades que previamente se disfrutaban, y que ahora pueden incluso ir acompañadas de apatía (a menudo confundida con pereza).
Si no se tratan, estas alteraciones del estado de ánimo derivan frecuentemente en depresión.
Ejemplos de demencia subcortical
Existen varios ejemplos de demencia subcortical, cada uno con causas y características particulares, aunque todos comparten cierto patrón:
Demencia asociada a la enfermedad de Parkinson
La demencia asociada al Parkinson (también llamada demencia parkinsoniana) representa el ejemplo más típico de demencia subcortical y se distingue por:
- Déficits en funciones ejecutivas como mantener la atención sostenida, cambiar de estrategia mental y resolver problemas nuevos.
- Aparición de alucinaciones visuales: suelen ser imágenes nítidas, esporádicas, de personas o animales.
- Ideación perseverante o dificultad para cambiar de tema/pensamiento (rigidez mental).
- Fluctuaciones cognitivas: periodos en los que la persona parece estar más confusa o desorientada de forma transitoria.
El deterioro es heterogéneo y pueden aparecer síntomas más cortico-centrales, como dificultades para encontrar palabras (anomia) o alteraciones pragmáticas del lenguaje en fases avanzadas.
En la demencia parkinsoniana, la memoria episódica (recuerdo de hechos recientes) suele estar bastante preservada al inicio.
Demencia por enfermedad de Huntington
La demencia por Huntington muestra una progresión gradual pero inevitable, donde los primeros signos suelen ser cambios en la personalidad, seguidos por la aparición progresiva de movimientos involuntarios.
Entre sus características distintivas se encuentran:
- Dificultad para reconocer emociones en los demás, lo que complica la interacción social y puede provocar reacciones inapropiadas.
- Alteraciones en la regulación de los impulsos, lo que se traduce en comportamientos impulsivos, obsesivos o repetitivos.
- Pérdida de flexibilidad mental, dificultando cambiar de tarea o adaptarse a nuevas situaciones.
- Alteraciones en la planificación y organización a largo plazo.
- Dificultades en el aprendizaje de nuevas rutinas o habilidades.
La enfermedad tiene una supervivencia aproximada de 6 años desde el inicio de los síntomas, ya que al combinar trastornos motores, cognitivos y conductuales tiene un avance muy agresivo.
Demencia vascular subcortical
La demencia vascular subcortical es consecuencia de pequeños infartos cerebrales o alteraciones crónicas en los pequeños vasos sanguíneos que afectan a las áreas subcorticales del cerebro.
Suele darse en personas con factores de riesgo vascular (hipertensión arterial, diabetes, colesterol alto y tabaquismo) y se manifiesta con:
- Problemas notorios para mantener la atención y concentración.
- Marcha inestable y dificultad para controlar la postura, con mayor riesgo de caídas.
- Incontinencia urinaria temprana, que se asocia a la afectación de las vías subcorticales de control vesical.
- Cambios bruscos de carácter y mayor tendencia a la irritabilidad o la apatía.
- Dificultad para adaptarse a los cambios o aprender información nueva.
A diferencia de otras demencias, los síntomas pueden aparecer de forma escalonada tras cada pequeño evento vascular, por lo que la prevención y el control precoz de los factores de riesgo son fundamentales.
Diagnóstico y tratamiento de la demencia subcortical
El diagnóstico de la demencia subcortical se basa en la evaluación neuropsicológica, combinada con pruebas de neuroimagen:
Pruebas neurológicas y de imagen
Los profesionales utilizan pruebas neurológicas y de imagen específicas, entre ellas:
- Test dígitos-símbolos del WAIS: mide la velocidad de procesamiento y la atención sostenida. Las personas con demencia subcortical puntúan bajo, reflejando su bradipsiquia.
- TMT-A (Trail Making Test-A): evalúa la capacidad de alternar la atención y la flexibilidad mental. Dificultades para completarlo rápido o sin errores sugieren afectación subcortical.
- Mini-Mental State Examination (MMSE): test global que mide orientación, memoria y atención. Puede no ser muy sensible a los primeros cambios subcorticales.
- Montreal Cognitive Assessment (MoCA): más sensible que el MMSE para detectar deterioro en funciones ejecutivas y visoespaciales, especialmente útil en la demencia subcortical.
Las pruebas de neuroimagen, como la resonancia magnética y el TAC cerebral, permiten monitorizar los cambios en la sustancia blanca y detectar la aparición de lesiones en las estructuras implicadas.
Tratamientos farmacológicos y terapias de apoyo
Aunque actualmente no existe cura definitiva para la demencia subcortical, los medicamentos aprobados para mejorar sus síntomas son los inhibidores de la colinesterasa (donepezilo, rivastigmina y galantamina):
- Donepezilo: indicado para pacientes en fases iniciales de la demencia subcortical.
- Rivastigmina: particularmente eficaz en la demencia asociada a la enfermedad de Parkinson, ya que actúa a nivel central y periférico, mejorando cognición y ciertos síntomas conductuales.
- Galantamina: tiene acción dual, potenciando la neurotransmisión colinérgica y modulando los receptores nicotínicos. Se emplea sobre todo en demencias leves y moderadas con afectación subcortical y cortical.
En complemento a la medicación, suelen prescribirse terapias no farmacológicas (estimulación cognitiva, terapia ocupacional y fisioterapia) que pueden ayudar a mantener las funciones cognitivas y físicas durante más tiempo.
Importancia de la estimulación cognitiva
En el centro de las llamadas terapias complementarias para la demencia subcortical está la estimulación cognitiva.
Lo interesante de ella es que aprovecha la neuroplasticidad del cerebro para reorganizar los circuitos neuronales y optimizar el funcionamiento mental en estadios leves y moderados de la enfermedad.
Así, los programas de psico estimulación trabajan la orientación, la atención, la memoria, el lenguaje, el cálculo, las praxias y las gnosias.
Se utilizan técnicas tan diversas como ejercicios de categorización, juegos de palabras, sopa de letras, ejercicios con tarjetas, reminiscencia a través de fotografías, entrenamientos de memoria y actividades para resolver problemas.
Consejos para el cuidado de personas con demencia subcortical
Además de las terapias médicas y las complementarias, pueden adoptarse algunas estrategias que ayuden a sobrellevar mejor el día a día:
Adaptar el entorno a sus necesidades
Las alteraciones motoras características de este tipo de demencia incrementan el riesgo de accidentes, por lo que se hace necesario realizar algunos cambios en el hogar:
- Quita o fija alfombras y felpudos, especialmente en baño y dormitorio, para prevenir tropiezos.
- Corta cables eléctricos para que no arrastren por el suelo y elimina obstáculos del paso.
- Elimina muebles con picos sobresalientes que representen riesgos durante los movimientos lentos.
- Instala bandas antideslizantes y barreras de seguridad al principio y final de las escaleras.
- Equipa las habitaciones con lámparas nocturnas para prevenir accidentes durante las horas de menor visibilidad.
- Guarda bajo llave electrodomésticos peligrosos, herramientas cortantes, medicamentos, productos tóxicos y llaves del automóvil.
- Configura dispositivos de seguridad que impidan abrir sin ayuda puertas exteriores y ventanas.
- Elimina cerrojos interiores para evitar que la persona se encierre accidentalmente debido a la confusión.
Recuerda que los pacientes con demencia subcortical necesitan más tiempo para procesar los cambios en el entorno, así que introduce las modificaciones gradualmente y explícaselas con antelación.
Mantener una rutina estructurada
Las rutinas son la base de la estabilidad y el bienestar diario de las personas con demencia subcortical, ya que contrarrestan las fluctuaciones en el ánimo y la motivación.
La clave está en establecer y mantener unos hábitos predecibles en el día a día:
- Ten horarios fijos: organiza comidas, medicación, actividades y descansos siempre a la misma hora.
- Mantén la misma secuencia de actividades: repite siempre el mismo orden en tareas rutinarias como vestirse, asearse o comer.
- Anticipa los cambios de manera sencilla: si hay alguna novedad, informa con claridad y algo de antelación, pero sin anticiparte demasiado para no crear ansiedad.
- Adapta y simplifica las rutinas: conforme avance la demencia subcortical, simplifica los pasos de las actividades diarias y elimina aquellas que resulten complicadas.
- Reserva momentos para descansar: distribuye las actividades dejando huecos para pausas, ya que la fatiga puede agravar la dificultad para concentrarse.
Una vez que el entorno está adaptado y las rutinas implantadas, puedes avanzar en el siguiente paso: favorecer la actividad física y social.
Favorecer la actividad física y social
El ejercicio regular no solo tiene beneficios físicos en las personas con demencia subcortical, sino también neurológicos.
Y es que al hacer deporte se liberan sustancias neuroprotectoras que aumentan la supervivencia de las neuronas.
Además, la actividad física mejora el estado de ánimo, disminuye los trastornos conductuales y reduce el riesgo de caídas al mejorar la movilidad, el equilibrio y la forma física. También fortalece las defensas, mejora la calidad del sueño y regula el ciclo sueño-vigilia.
En general, los programas combinados de terapia ocupacional con ejercicio aeróbico son los que han mostrado mejores resultados en pacientes con demencia leve o moderada.
En complemento, no hay que olvidar fomentar el contacto social de la persona, pues contribuye a preservar tanto las habilidades cognitivas como las emocionales. Lo ideal es hacerlo a través de actividades grupales y visitas regulares de amigos y familiares.
Para acabar, no hay que olvidar que las personas cuidadoras también deben prestar atención a su propia salud y pedir ayuda cuando así lo requieran.
Por eso, recomendamos participar en grupos de apoyo para cuidadores, donde estos comparten experiencias y aprenden estrategias efectivas.
Si quieres seguir aprendiendo sobre demencias y cómo cuidar mejor, te animamos a consultar el resto de contenidos de Sanitas.