Alimentos prohibidos para el alzhéimer y cómo afectan a la salud cerebral

12/11/2025
Alimentos prohibidos para el alzhéimer

¿Te has preguntado alguna vez si el plato que le sirves a tu ser querido cada día en la mesa contiene alimentos prohibidos para el alzhéimer?

La ciencia ya ha confirmado que elegir bien estos ingredientes puede ralentizar el avance del deterioro, prevenir complicaciones y procurar mayor calidad de vida a la persona a tu cargo.

Por lo que en este artículo descubrirás cuáles conviene evitar, los riesgos que implican para la salud cerebral y, sobre todo, qué alternativas sanas puedes incorporar en el día a día para cuidar de la memoria y el bienestar.

Antes, profundicemos en la relación que existe entre alimentación y alzhéimer y cómo los hábitos alimenticios contribuyen a afianzarla.

Relación entre alimentación y alzhéimer

La relación entre lo que comemos y la evolución del alzhéimer es cada vez más reconocida.

Y es que nuestro cerebro construye sus células y conexiones a partir de los nutrientes que recibe.

Por ejemplo, el DHA (un tipo de omega-3 presente en el pescado azul), la uridina, la colina y vitaminas como la B6, B12, C y E, además del selenio y otros compuestos. Juntos, para crear y mantener las membranas de las neuronas.

Si alguno de ellos falta, el cerebro no puede renovarse y sus capacidades, como la memoria, dejan de funcionar.

Por lo tanto, la alimentación es uno de los factores de riesgo que predisponen a padecer la enfermedad de alzhéimer.

Pero, ¿qué responsabilidad tienen los alimentos, exactamente, en la aparición y el avance del deterioro cognitivo propio de esta demencia? Veámoslo en detalle:

Cómo influyen los hábitos alimenticios en el deterioro cognitivo

La evidencia científica es clara: cuando la alimentación diaria se basa en una amplia variedad de nutrientes, vitaminas y minerales presentes en alimentos frescos y poco procesados, el cerebro está más protegido frente al daño oxidativo, la inflamación y los desequilibrios metabólicos que favorecen el avance del alzhéimer.

Es más: según la Sociedad Neurológica Argentina, ciertos alimentos influyen en los síntomas de comportamiento, como son «las sensaciones, las percepciones, el estado de ánimo y diversas funciones mentales, tales como el estado de alerta, la memoria, la atención y la velocidad de reacción”».

Por lo tanto, mantener una dieta de calidad no solo previene, sino que también frena la progresión de la sintomatología y su gravedad.

Tanto es así es la nutrición ya se considera una terapia no farmacológica para los pacientes con alzhéimer, tal y como señala la Dra. Julia Álvarez.

La principal recomendación es incluir vegetales, frutas frescas, cereales integrales, legumbres y grasas saludables como el aceite de oliva.

Pero no solo cuenta lo que se incorpora, sino también lo que se limita o evita: azúcares, grasas trans, exceso de sal, alcohol…

A continuación, analizamos cuáles los alimentos prohibidos en el alzhéimer.

Principales alimentos prohibidos para el alzhéimer

Los expertos sanitarios señalan varios grupos de alimentos que deben limitarse al máximo o, directamente, eliminar de la dieta:

Azúcares refinados y alimentos ultraprocesados

Los azúcares refinados y los productos ultraprocesados aportan calorías vacías, elevan los niveles de glucosa en sangre y favorecen la inflamación cerebral.

Además, su consumo habitual se asocia con una mayor pérdida de memoria y capacidad de aprendizaje.

Los refrescos, dulces, bollería industrial y alimentos precocinados no solo carecen de fibra, vitaminas y minerales, sino que dificultan el control metabólico y contribuyen a acelerar el deterioro cognitivo.

Grasas trans y saturadas en exceso

Las grasas trans (presentes en bollería, snacks industriales, margarinas y productos precocinados) y el exceso de grasas saturadas se relacionan con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Estas grasas contribuyen a la formación de placas amiloides y a alteraciones microvasculares cerebrales, que dificultan la oxigenación y la nutrición neuronal.

En concreto, la Dra. Alonso señala a las grasas de origen animal (carne roja, embutidos grasos, lácteos enteros…), asociadas a un empeoramiento de la cognición.

Bebidas alcohólicas y su impacto en el cerebro

El alcohol interfiere en la comunicación entre células cerebrales y potencia la neurodegeneración.

En personas con alzhéimer o cualquier problema neurocognitivo, cualquier cantidad de alcohol puede afectar negativamente la memoria, incrementar el riesgo de caídas e interaccionar con los fármacos habituales.

Los especialistas recomiendan la abstinencia total de bebidas alcohólicas para proteger la función cerebral y evitar complicaciones.

Exceso de sal y sus riesgos para la memoria

El exceso de sal favorece la hipertensión y el daño a los pequeños vasos sanguíneos cerebrales.

Esto interfiere en la oxigenación del cerebro y puede agravar la pérdida de memoria y las funciones ejecutivas.

En su lugar, es preferible condimentar con hierbas aromáticas y especias, e incorporar alimentos frescos y naturales.

Por qué estos alimentos deben estar prohibidos para personas con alzhéimer

Los mecanismos por los que estos alimentos resultan perjudiciales no se limitan solo al cerebro: afectan a todo el organismo y aceleran los procesos de degeneración cognitiva que tienen lugar en el alzhéimer.

Los que están de hasta el 80% de las complicaciones, infecciones y muertes por desnutrición en pacientes con la enfermedad son la inflamación y la mala oxigenación cerebral, así como el azúcar en sangre elevado:

Efectos sobre la inflamación cerebral

Las dietas ricas en azúcares simples, grasas poco saludables y alimentos ultraprocesados aumentan la producción de radicales libres que dañan las células cerebrales.

Este daño activa las células defensivas del cerebro, que provocan un desequilibrio en el entorno químico cerebral e inflamación persistente.

Esta inflamación perpetua es uno de los motores silenciosos del alzhéimer, porque favorece la acumulación de proteínas anormales (como la tau hiperfosforilada y la beta-amiloide), responsables de la destrucción progresiva de las conexiones cerebrales y del avance de la enfermedad.

Influencia en la circulación y oxigenación del cerebro

Un consumo alto de sal y grasas saturadas reduce el aporte de oxígeno y nutrientes a las neuronas, aumentando las probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares.

En adultos mayores, es común ver aparecer patologías relacionadas como:

  • Hipertensión arterial
  • Ictus
  • Insuficiencia cardiaca
  • Enfermedad renal crónica
  • Fibrilación auricular

Cuando esta circulación de oxígeno se ve comprometida disminuye la capacidad del cerebro para responder a las lesiones propias de la enfermedad, por lo que esta empeora rápidamente.

Impacto en el control del azúcar en sangre

El cerebro utiliza hasta el 20% de toda la energía derivada de la glucosa; de ahí que sea importantísimo mantener estables sus niveles y evitar variaciones fuertes o sostenidas (ya sean subidas o bajadas).

Tener la glucosa bien controlada ayuda a mantener la memoria, la atención y el aprendizaje, y favorece la resistencia del cerebro frente a daños y enfermedades.

La inestabilidad y la resistencia a la insulina y la posible la diabetes tipo 2 asociadas, causadas por un exceso continuado de azúcares y ultraprocesados, pueden alterar la función neuronal.

Alternativas a los alimentos prohibidos para personas con alzhéimer

Elegir alimentos saludables contribuye a proteger el cerebro de las personas con alzhéimer, pero también a prevenir la patología en personas de cualquier edad (y, en especial, de aquellas con predisposición a padecerla).

Aquí te proponemos varias alternativas a los alimentos prohibidos para el alzhéimer, y que tienen respaldo científico:

Frutas y verduras ricas en antioxidantes

Elige a diario frutas y verduras frescas, especialmente aquellas de color intenso como los frutos rojos, las manzanas, los cítricos, las espinacas, el brócoli y las zanahorias. Estos alimentos aportan vitaminas, minerales y antioxidantes que ayudan a neutralizar el daño oxidativo y a preservar la memoria y la agilidad mental.

Entre los más beneficiosos para la salud cerebral y la prevención del alzhéimer destacan:

  • Fresas y arándanos: ricos en antocianinas, vitamina C y flavonoides. Su consumo frecuente ayuda a reducir la inflamación y protege la memoria y las sinapsis neuronales.

  • Manzanas y peras: contienen quercetina, vitamina C y fibra, nutrientes que protegen las células cerebrales y reducen el daño oxidativo.

  • Naranjas y otros cítricos: su contenido en vitamina C y flavonoides favorece la prevención del deterioro cognitivo.

  • Espinacas y kale: aportan folatos y vitaminas K, C y E. Ayudan a reducir la homocisteína, son antiinflamatorios naturales y contribuyen al cuidado de las neuronas.

  • Zanahorias: gracias a sus betacarotenos, actúan como potentes antioxidantes que protegen la memoria.

  • Brócoli y coliflor: contienen vitamina C, K, colina y antioxidantes que favorecen la plasticidad cerebral y cuidan las neuronas.

  • Legumbres: su aporte de polifenoles y fibra mejora la vascularización y reduce la inflamación.

  • Uvas (piel y semillas): ricas en resveratrol y flavonoides, actúan como antioxidantes naturales que regulan los mecanismos celulares del cerebro.

Grasas saludables para proteger el cerebro

Las grasas saludables son necesarias porque elevan el colesterol bueno (HDL) y poseen compuestos antiinflamatorios naturales.

Opta por el aceite de oliva virgen extra, los frutos secos como las nueces y almendras, y los aguacates.

Una dieta rica en grasas saludables está asociada con una menor prevalencia de deterioro cognitivo y un mayor rendimiento mental en la madurez.

Algunos ejemplos de alimentos con grasas saludables y su impacto en la salud cerebral son:

  • Aceite de oliva: su contenido en grasas monoinsaturadas y polifenoles ayuda a regular el colesterol, tiene efecto antiinflamatorio y protege las neuronas.

  • Nueces: aportan omega-3 (ALA) y polifenoles, con un efecto neuroprotector que mejora la memoria y la capacidad de aprendizaje.

  • Almendras: ricas en vitamina E y magnesio, combaten el estrés oxidativo y favorecen la función cognitiva.

  • Aguacate: su combinación de vitamina E y grasas monoinsaturadas mejora la plasticidad neuronal y reduce la inflamación.

  • Semillas de chía: aportan omega-3 y fibra, lo que contribuye a una mejor función cognitiva y a una adecuada vascularización cerebral.

  • Pipas de calabaza: ricas en zinc, magnesio y grasas saludables, fortalecen la sinapsis y protegen las células cerebrales.

Alimentos ricos en omega-3

El omega-3 es un ácido graso esencial que forma parte de las membranas neuronales del cerebro y que favorece la comunicación entre neuronas, además de proteger frente a la inflamación. Asegurar su consumo regular ayuda a mantener el tejido cerebral y a reducir el riesgo de deterioro cognitivo.

Entre los alimentos más destacados se encuentran:

  • Salmón, caballa y sardina: contienen DHA y EPA, que mejoran la comunicación neuronal y previenen daños cerebrales.

  • Trucha y atún: también aportan DHA y EPA, preservando el tejido cerebral y reduciendo microhemorragias asociadas a la edad.

  • Nueces: ricas en ALA, un precursor vegetal del omega-3, mejoran el metabolismo cerebral y reducen el riesgo de deterioro cognitivo.

  • Semillas de lino: con alto contenido en ALA, favorecen la resistencia a la enfermedad y ayudan a cuidar la memoria.

  • Semillas de chía: su aporte de ALA apoya la función cognitiva y mejora la circulación cerebral.

  • Aceite de lino: refuerza las redes neuronales frente a daños y contribuye a mantener la integridad del cerebro con el paso del tiempo.

Aun así, has de saber que no existe un alimento capaz de frenar por sí solo el deterioro cerebral, tal y como confirma la Dra. Alonso: «la dieta debe ser saludable de forma global, no hay un único alimento o suplemento capaz de cambiar cómo envejece el cerebro, y también deber ser parte de una intervención completa en el estilo de vida, que incluya (sobre todo) ejercicio físico, evitar el tabaco y controlar estrictamente los factores de riesgo vascular como la hipertensión, la diabetes y el colesterol”».

En otras palabras: es la suma de cada cambio en la alimentación lo que contribuye a mejorar el día a día de las personas con alzhéimer (y sus cuidadores).

Si quieres profundizar en pautas prácticas y descubrir más consejos, consulta el resto de contenidos de la sección de alimentación de Sanitas Cuidar Bien, escritos por nuestro equipo de profesionales sanitarios para que puedas a cuidar(te) bien.

Miryam Piqueras Bravo

Miryam Piqueras Bravo

Directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores.

Doctora en Medicina Familiar y Comunitaria, con más de 13 años de experiencia en atención primaria, medicina socio-sanitaria, supervisión y dirección médica.
Nº de Colegiada: 282858641.

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