Alimentos para personas con alzhéimer: ¿qué dieta se recomienda?

26/05/2025
frutas y hortalizas

¿Qué papel juega la alimentación en el alzhéimer? ¿Lo que se ingiere podría retrasar la evolución de la enfermedad? Todavía se necesita investigar más para responder más concretamente a estas preguntas. Hasta el momento, los estudios recomiendan llevar una dieta correcta para proteger al cerebro y al organismo. En este artículo, se abordan los beneficios de alimentarse bien, qué tipo de dieta es la más recomendable, cómo afecta el alzhéimer al apetito y cómo luchar contra la inapetencia.

Muchos estudios sugieren que la dieta afecta a la capacidad que tiene el cerebro para pensar y recordar. Sin embargo, todavía se necesita investigar más para determinar si la alimentación puede prevenir o retrasar el alzhéimer.

Llevar una correcta alimentación, permite ingerir nutrientes que pueden proteger al cerebro del estrés oxidativo y de la inflamación, procesos relacionados con el alzhéimer. Parece ser que la inflamación del tejido cerebral es clave para el desarrollo de esta enfermedad.

El estrés oxidativo puede dañar las membranas de las células, las proteínas y el ADN. Un antídoto contra el estrés oxidativo se puede obtener a través de la dieta, al ingerir antioxidantes. Las verduras y las frutas son excelentes antioxidantes.

La dieta también puede influir de forma indirecta sobre esta enfermedad, al actuar sobre los factores de riesgo relacionados con el alzhéimer, como la diabetes, la obesidad y el riesgo cardiovascular.

Otra área en la que se está estudiando mucho es en la relación entre los microbios intestinales (pequeños organismos del sistema digestivo) y los procesos relacionados con el envejecimiento que, finalmente, conducen al alzhéimer.

Existe una conexión entre el cerebro y la microbioma intestinal: la comunidad de virus, bacterias y otros microbios del sistema digestivo. Las investigaciones muestran que el cerebro y la microbioma intestinal están conectados mediante el eje intestino-cerebro, una red de nervios, neuronas y neurotransmisores que recorren el tracto gastrointestinal. Ciertas bacterias son capaces de estimular la producción de neurotransmisores, como la serotonina, que se encarga de enviar mensajes al cerebro.

¿Las personas con alzhéimer deberían seguir una alimentación especial?

Las personas que viven con esta enfermedad no necesitan seguir una dieta especial, salvo que sufran diabetes, tengan la presión arterial alta o el colesterol alto. Pero sí tienen que cuidar su alimentación.

Entre las recomendaciones que deberían seguir se encuentran:

  • Tomar una dieta equilibrada que incluya verduras, frutas, cereales integrales, productos lácteos bajos en grasa y alimentos con proteínas magras (ricos en proteínas y bajos en grasa, como el pollo, el pavo y el pescado).
  • Limitar los alimentos con alto contenido de grasas saturadas y colesterol. Algunas grasas son esenciales para salud, pero hay que evitar las que son malas para el corazón, como la mantequilla, la manteca vegetal sólida, la manteca de cerdo y los cortes grasos de carne.
  • Reducir el consumo de azúcares refinados. Los azúcares refinados, que se suelen encontrar en los alimentos procesados (sometidos a procesos industriales), proporcionan calorías, pero carecen de vitaminas, minerales y fibra.
  • Cuando la enfermedad avance, si la persona pierde el apetito, puede que añadir azúcar a la alimentación sea una manera de incentivarla para que coma.
  • Limitar los alimentos con alto contenido de sodio. Para reducir el consumo de sal es recomendable utilizar hierbas y especias como condimento.
  • Cuidar la hidratación. Beber suficiente agua, a veces, suele ser un problema. Para fomentar la ingesta de líquidos se pueden alternar el agua con sopas, batidos o alimentos con alto contenido de agua.

¿Qué tipo de dieta se recomienda?

Antes de nada, el primer paso es acudir al médico y consultarlo con él.

Según las investigaciones, hay dos dietas que podrían proporcionar beneficios a nuestro cerebro.

La dieta mediterránea que incluye frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, pescado y marisco, grasas insaturadas como el aceite de oliva y bajas cantidades de carnes rojas, huevos y dulces.

La dieta MIND (Intervención Mediterránea-DASH para el retraso neurodegenerativo), que es una combinación de la dieta mediterránea y la dieta DASH (que incluye medidas dietéticas para detener la hipertensión).

Varios estudios han demostrado que tratar y reducir la presión arterial alta puede contribuir a reducir el riesgo de demencia. La dieta MIND incluye: verduras, especialmente, las verduras de hoja verde, las frutas del bosque, cereales integrales, legumbres, nueces, una o dos raciones semanales de pescado y aceite de oliva. Se limita el consumo de carne roja, dulces, queso, mantequilla y margarina, comida rápida y frita.

Entre las investigaciones que destaca el artículo What Do We Know About Diet and Prevention of Alzheimer’s Disease? (¿Qué sabemos sobre la dieta y la prevención de la enfermedad de Alzheimer?), del National Institute on Aging de EEUU, se encuentra un estudio observacional, realizado en marzo de 2023, en el que se analizaron los cerebros de 600 adultos mayores que murieron con una edad promedio de 91 años. Las autopsias encontraron que las personas que habían seguido una dieta mediterránea o MIND tenían menos evidencias de sufrir alzhéimer, como placas amiloides y ovillos neurofibrilares de la proteína tau, anomalías características de esta enfermedad.

¿Cómo puede afectar el alzhéimer a la alimentación?

El hecho de envejecer puede alterar los hábitos alimenticios. El sentido del gusto y del olfato, a veces, cambian a medida que la persona se hace mayor. Tener problemas con los dientes, las encías o la dentadura postiza dificultan la alimentación. No ver bien, algo muy común a determinadas edades, puede hacer más difícil la preparación y el reconocimiento de los alimentos.

A estos cambios se pueden sumar los producidos por la enfermedad de Alzheimer:

  • El paciente puede olvidarse de si ha comido o bebido. Algunas personas con demencia pierden la noción del tiempo y no recuerdan que tienen que comer o, como no tienen hambre, creen que ya han comido. Si no ven los alimentos y los tienen al alcance, pueden olvidarse de tomarlos.

También puede ocurrir lo contrario, es decir, como la persona olvida que ha comido y no se siente llena, no para de picar. Si, además, desarrolla un gusto por el dulce, la alimentación puede empeorar al no parar de comer este tipo de alimentos.

  • El alzhéimer puede producir un cambio en el gusto debido a las alteraciones que experimenta el cerebro. Se puede desarrollar una tendencia, por ejemplo, por platos picantes o dulces. En estos casos, hay que adaptarse utilizando hierbas y especias para potenciar el sabor de las comidas, pero se debe huir de la sal. Si la persona muestra mayor interés por las recetas más azucaradas, se pueden utilizar salsas más dulces para acompañar las recetas.
  • El estado de ánimo del paciente también puede afectar a su apetito. Si sufre depresión, pueden disminuir sus ganas de comer. Sin embargo, si está activo, si se da un paseo antes de comer y sale a respirar aire fresco, estimulará sus sentidos y, posiblemente, coma mejor.
  • La persona puede olvidar cómo se cocina. Incluso hacer la compra le puede resultar difícil. Pero si logra mantener esta actividad, bajo la supervisión de otra persona, los olores que se desprenden al hacer la comida pueden estimular sus papilas gustativas.
  • La falta de apetito también puede estar provocado por los medicamentos que toma.

¿Qué medidas pueden favorecer que coma una persona con alzhéimer?

Cada persona puede reaccionar de forma diferente, lo que implica que hay que conocer sus gustos y probar distintas tácticas hasta que se encuentra la que es capaz de devolverle el apetito.

  • En la medida de lo posible, es conveniente respetar sus gustos. Que la persona elija los alimentos que quiere comer y dónde los quiere comer y las cantidades que desea ingerir. Puede que sus gustos hayan cambiado y que le gusten platos que antes no le agradaban. Hay que adaptarse a las nuevas preferencias.
  • Hay que convertir el momento de la comida en un acto social agradable. Ponga la mesa como a esa persona le gusta, con su plato, vaso o cubiertos favoritos. Coma con ella. Despierte su interés con temas que le gusten.
  • Un ambiente relajado y tranquilo favorecerá que la persona con demencia se concentre en lo que come. Asegúrese de que la zona está bien iluminada.
  • Usar platos y tazas con colores llamativos que contrasten con el mantel ayudarán a la persona a identificarlos. Hay que evitar los manteles y platos estampados. Disponer la comida de forma atractiva aumentará su apetito.
  • Establecer una rutina en torno a las comidas. Seguir un horario y comer siempre a las mismas horas. Antes de comer, es conveniente involucrar al paciente en la preparación de la comida o en poner la mesa, para que recuerde que después tiene que comer.
  • Flexibilidad. La persona con alzhéimer puede olvidar qué alimentos se toman juntos o el orden de los platos. Puede, por ejemplo, tomar el postre con el plato principal. Estos cambios no son importantes. Lo fundamental es que coma, no el orden en que lo haga.
  • Dejar suficiente tiempo para comer. Puede que la persona tarde más en comer, es importante no atosigarle, dejar que lleve su propio ritmo. Si deja de comer durante un rato, no hay que asumir que ha terminado. Igual solo ha perdido la concentración. Si la comida se le queda fría, use calienta platos y vasos aislantes para conservar el calor.
  • En ocasiones funciona comer menos y con más frecuencia. En lugar de tres comidas principales al día, se puede probar a tomar 5 o 6 refrigerios pequeños.
  • Si a la persona se le caen las cosas cuando come, no lo dé importancia. Utilice mantelitos que sean fáciles de limpiar.
  • Siempre que sea posible, anime a la persona a comer por sí misma. Servir alimentos que se puedan comer con los dedos puede ser una buena opción.
  • Si observa que la persona no come suficientemente, hable con su médico para que le recete alimentos enriquecidos o suplementos nutricionales.

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Referencias:

- Comer. Alzheimer’s Association.

- Association of Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay and Mediterranean Diets With Alzheimer Disease Pathology. NIH

- What Do We Know About Diet and Prevention of Alzheimer’s Disease?

- Eating and Nutritional Challenges in Patients with Alzheimer's Disease: Tips for Caregivers. Cleveland Clinic.

- Eating well with dementia. Practical tips for family carers.

Miryam Piqueras Bravo

Miryam Piqueras Bravo

Directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores

Contenido revisado por profesionales médicos y especializados de Sanitas Mayores.

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