Dificultades para orientarse, recordar el propio nombre o reconocer el entorno… son síntomas de la desorientación que puedes atajar mediante ejercicios de orientación personal para adultos y personas mayores con alzhéimer, pensados para que tu familiar mantenga su identidad y autonomía el máximo tiempo posible.
En este artículo conocerás qué implica la pérdida de orientación y cuáles son las actividades que puedes aplicar en el día a día para conseguir mejoras reales en la calidad de vida de tu ser querido.
¿Qué es la orientación personal y por qué es importante en el alzhéimer?
La orientación personal representa la capacidad de reconocer nuestra identidad y conectar con ella.
Esta se construye a través de nuestro entorno temporal y espacial, y por ello esta función cognitiva esencial tiene tres dimensiones fundamentales:
- Saber quién somos (orientación personal).
- Conocer dónde nos encontramos (orientación espacial).
- Ubicarnos en el tiempo presente (orientación temporal).
En las personas con alzhéimer, la desorientación es uno de los primeros síntomas más visibles y va surgiendo de manera progresiva conforme avance la enfermedad.
Así, llega un momento en que la historia de vida se desdibuja y la identidad personal se pierde, coincidiendo con las etapas de mayor deterioro cognitivo.
De ahí que sea importantísimo trabajar la orientación personal y sus variantes mediante ejercicios desde el inicio de la patología, pues es lo que permitirá a la persona mantener su conexión con la realidad y preservar su autoconciencia.
Beneficios de los ejercicios de orientación personal para mayores
Las actividades de orientación personal para personas mayores tienen muchos otros beneficios relacionados con la cognición y el comportamiento de adultos con algún tipo de demencia:
- Favorecen la autonomía personal: contribuyen a conservar durante más tiempo la capacidad de tomar decisiones y realizar actividades básicas de forma independiente.
- Mejoran la autoestima: la preservación de la independencia fortalece la autoestima y reduce la sensación de vulnerabilidad que acompaña al proceso neurodegenerativo.
- Estimulan la memoria autobiográfica: los ejercicios de orientación personal activan los recuerdos de la historia vital, creando puentes entre el pasado y el presente que nutren la identidad personal.
- Proporcionan bienestar psicológico: la conexión con los propios recuerdos genera bienestar emocional y reduce los niveles de ansiedad característicos de la desorientación.
- Activan las funciones ejecutivas: al ser más conscientes del espacio y el tiempo, los pacientes consiguen dirigir su foco atencional y procesar mejor la información del entorno.
Para conseguir todos estos beneficios, la orientación temporal, espacial y personal se trabaja mediante la terapia de orientación a la realidad (TOR), de la que descubriremos algunos de sus ejercicios más efectivos.
Ejercicios de orientación personal para adultos mayores con alzhéimer
Los ejercicios de orientación personal para adultos y personas mayores trabajan de forma integral sus tres componentes:
Identificación de datos personales básicos
Los ejercicios de identificación de datos personales básicos forman el núcleo fundamental de la orientación personal.
Estos ejercicios trabajan la información más resistente al deterioro, como son el nombre completo, la fecha de nacimiento y la edad actual.
Para favorecer su permanencia en la memoria de tu ser querido, pregúntale por alguno de ellos a diario.
Además, puedes usar fotografías recientes de tu familiar para estimular la autopercepción. Muéstraselas y pregúntale quién es esa persona.
Incorpora cuestiones acerca de su profesión anterior, sus aficiones principales o sus logros más importantes para activar la memoria ocupacional.
Reconocimiento de familiares y cuidadores
Los ejercicios que tienen este objetivo buscan preservar las conexiones emocionales y sostener la red de apoyo social del paciente.
Por ejemplo, se suele crear un álbum de fotografías familiares actualizado con imágenes recientes y de diferentes épocas, cada una con el nombre de la persona, su parentesco y una breve descripción del momento capturado.
Consultarlo no solo va a estimular la memoria, sino que va a reforzar la información relacional y facilitar identificar en la vida real a los individuos fotografiados.
En complemento, puede añadirse el ejercicio de asociar objetos a sus distintos dueños para alentar la memoria semántica familiar: las gafas del abuelo, el bolso de la hija o la herramienta favorita del yerno.
Son actividades muy eficaces que pueden contribuir a reducir la ansiedad que genera no reconocer a las personas cercanas, tan común en enfermos de demencia por alzhéimer.
Actividades de orientación temporal con calendarios y relojes
Las actividades de orientación temporal ayudan a las personas con alzhéimer a comprender el paso del tiempo y a interiorizar sus rutinas.
Para lograrlo, se sirven de calendarios y relojes, ambos con números grandes y colores llamativos para facilitar la lectura.
En el caso del calendario, cada mañana puedes animar a tu familiar a tachar el día anterior y marcar el día actual, mencionando en voz alta la fecha completa: día de la semana, número, mes y año.
Con los relojes (a ser posible, digitales), podéis practicar ejercicios de lectura de la hora en diferentes momentos del día, asociando cada hora con actividades específicas.
Y, por supuesto, utiliza el calendario para anticipar fechas especiales como cumpleaños, Navidades o aniversarios familiares. Así, también trabajas la orientación temporal a largo plazo.
Actividades de orientación personal para personas mayores
Las actividades de orientación personal aprovechan los recursos autobiográficos para crear momentos de conexión profunda con la historia personal:
Juegos de preguntas y respuestas sobre la vida cotidiana
Lo interesante de los juegos de preguntas y respuestas sobre la vida cotidiana es que aprovechan la conversación espontánea para trabajar múltiples aspectos de la orientación personal:
- Sesiones de entrevista familiar: prepara preguntas abiertas sobre diferentes etapas de la vida de la persona con alzhéimer. Por ejemplo: «¿Cómo era tu pueblo cuando eras pequeño?», o «¿Cuál fue tu primer trabajo?».
- Adivinanzas con objetos de su época: muestra fotografías u objetos antiguos y anímale a que explique para qué servían o cómo se utilizaban. Esta actividad estimula la memoria semántica y genera satisfacción al demostrar conocimientos preservados.
- Asociación entre fechas y acontecimientos personales: menciona años específicos de su vida y pregunta qué sucedía en esos momentos: «¿Qué hacías en 1955?», o «¿Dónde vivías cuando nacieron tus hijos?».
Otra actividad, muy divertida si se comparte con otros miembros de la familia o amigas, es la del «antes y ahora».
Podéis jugar a comparar aspectos de la vida cotidiana actual con su época pasada: medios de transporte, formas de comunicación, costumbres familiares…
Conversaciones guiadas sobre recuerdos significativos
Las conversaciones guiadas sobre recuerdos combinan estimulación cognitiva con bienestar emocional, y se conocen con el nombre de terapia de reminiscencia.
Consiste en establecer momentos específicos de conversación en lugar tranquilo de la casa que facilite la relajación y la concentración (un ambiente íntimo que favorece que los recuerdos fluyan).
Para iniciar las conversaciones, piensa en distintos «disparadores de memoria»: una canción de su época, el aroma de una comida tradicional o una fotografía familiar pueden desencadenar cascadas de recuerdos relacionados.
Una vez hayáis empezado a hablar, deja que tu familiar dirija la conversación hacia los aspectos que más le interesen o emocionen.
Si notas que para o no sabe cómo continuar, introduce la técnica del «cuéntame más sobre... ». También puedes formularle preguntas específicas como «¿Cómo te sentiste en ese momento?", «¿Quién más estaba contigo?» o «¿Qué fue lo que más te gustó de esa experiencia?».
Grabar estas conversaciones (con su consentimiento) puede ser una herramienta de estimulación cuando la capacidad de narración se vea más limitada, además de ser un archivo de la historia personal y familiar mágico.
Uso de álbumes de fotos para estimular la memoria
Las investigaciones demuestran que el uso de álbumes de fotos genera mayor entusiasmo en las sesiones de estimulación de la memoria personal, y que permiten recordar información más detallada.
Siempre, eso sí, que se utilicen de la manera adecuada. Lo recomendable es acompañarlas de una descripción completa con nombres de las personas que aparecen, lugar donde se tomó la foto, fecha aproximada y contexto de la situación para facilitar el reconocimiento y la activación de recuerdos.
Lo ideal, además, es organizarlas cronológicamente en un álbum que refleje la evolución personal y familiar del paciente a lo largo del tiempo.
Ejercicios de orientación espacial para adultos
El trabajo de orientación espacial se centra en mantener la capacidad de navegación en el entorno inmediato, mediante tres tipos de ejercicios:
Identificación de lugares dentro del hogar
Una de las prioridades de la orientación especial es reforzar la asociación lugar-función, que puedes hacerse de diversas formas:
- Denominación de habitaciones: realiza recorridos diarios por la casa preguntando el nombre de cada habitación y su función principal. Por ejemplo: «¿Cómo se llama este lugar?», y «¿Para qué utilizamos esta habitación?».
- Localización de objetos cotidianos: solicita a tu familiar que busque objetos específicos en sus lugares habituales: «¿Dónde guardamos los platos?», o «¿En qué habitación está tu cama?».
- Creación de mapas mentales: pide a la persona que describa el camino desde su habitación hasta la cocina o desde el salón hasta el baño. Esta verbalización del recorrido fortalece la representación mental del espacio doméstico.
Para facilitarlas, coloca carteles con el nombre de cada habitación o símbolos que identifiquen su función. Servirán de apoyo visual en momentos en que se oriente un poco peor y evitarás que entre en una espiral de confusión y frustración.
Recorridos guiados en entornos seguros
Los recorridos guiados son una herramienta que se adaptan a todos los pacientes, porque permiten expandir gradualmente el área de orientación espacial a medida que el enfermo se siente seguro.
La mejor manera de llevarlos a cabo es estableciendo rutas fijas que conecten las habitaciones principales del hogar.
Puedes empezar por recorridos cortos, como ir desde el dormitorio al baño o desde la cocina al salón, y practicarlos a diario.
Camina junto a tu familiar, verbalizando cada paso del camino y señalando elementos del entorno que actúen como puntos de referencia: plantas, muebles, elementos decorativos...
Este ejercicio también puede realizarse fuera de casa, en la calle, mediante paseos cortos hasta la esquina de la calle o el establecimiento más cercano.
Actividades con mapas sencillos o planos del entorno
Las representaciones visuales del entorno, como mapas o planos, también ayudan a la comprensión espacial y mantienen activa la capacidad de interpretación gráfica.
Puedes usarlas solas o como apoyo a los ejercicios de orientación espacial para adultos anteriores, y consisten en crear planos simplificados de la vivienda utilizando dibujos simples y colores diferenciados para cada habitación.
Incluye solo los elementos esenciales: paredes, puertas y muebles principales. Utiliza estos planos para ejercicios de localización: «Señala dónde está la cocina», o «¿Cuál es el camino hasta tu habitación?».
En un segundo paso, pregúntale por la ubicación de lugares familiares para que los señale en el mapa para afianzar la memoria espacial ya consolidada.
Consejos para aplicar los ejercicios de orientación en casa
Para hacer ejercicios de orientación en el hogar tienes que tener en cuenta tanto las necesidades específicas de tu familiar como las características del entorno doméstico.
De lo contrario, la terapia de orientación podría tener el efecto contrario. Estos son algunos consejos que te ayudarán a aplicar los juegos que hemos visto en este artículo:
Adaptar la dificultad según el nivel de deterioro
La adaptación de la dificultad según el nivel de deterioro asegura que las actividades sean desafiantes pero no frustrantes, manteniendo la motivación y la autoestima de tu familiar.
Si conoces en qué fase de la enfermedad se encuentra el paciente, esta sería una guía básica del tipo de actividades a realizar:
- Para personas en fase leve: utiliza ejercicios complejos que requieran múltiples pasos cognitivos. Por ejemplo, pedirle que organice cronológicamente una serie de fotografías familiares o que planifique la secuencia de actividades para el día siguiente.
- En fases moderadas: simplifica las tareas dividiéndolas en pasos más pequeños y proporcionando ayudas visuales adicionales. En lugar de preguntar «¿Qué día es hoy?», puedes ofrecer opciones: «¿Es lunes o martes?». Esta adaptación reduce la carga cognitiva manteniendo la participación activa.
- Para etapas avanzadas: enfócate en ejercicios sensoriales y de reconocimiento básico. Utiliza estímulos familiares como música de su época, aromas conocidos o texturas agradables que generen respuestas emocionales positivas sin exigir respuestas verbales complejas.
Mantener un entorno estructurado y sin distracciones
El ambiente físico puede actuar como un facilitador o como una barrera. Por eso, lo ideal es que designes un espacio específico de la casa para realizar los ejercicios de orientación.
Elige una habitación tranquila, bien iluminada y libre de elementos distractores como televisores, radio o conversaciones de fondo.
En ella, coloca cajas o carpetas etiquetadas para guardar fotografías, calendarios, juegos y otros recursos que vayas a utilizar en las actividades de orientación personal.
La idea es que lo tengas todo a mano para no retrasar el inicio de los juegos.
En este sentido, trata de establecer y respetar horarios fijos para las sesiones de ejercicios, preferiblemente en momentos del día cuando tu familiar se encuentre más alerta y receptivo (la mayoría de las personas con alzhéimer muestran mejor rendimiento cognitivo por las mañanas, tras el desayuno y antes del almuerzo).
Reforzar los logros con estímulos positivos
Para mantener la motivación y autoestima durante las sesiones, se aconseja reforzar los logros con estímulos positivos.
Este refuerzo debe ser inmediato, específico y auténtico para generar el suficiente impacto emocional. Por ejemplo:
- En lugar de un «muy bien» genérico, utiliza refuerzos más elaborados: «¡Excelente! Has recordado perfectamente el nombre de tu hermana» o «Me encanta cómo has descrito tu boda».
- Utiliza refuerzos no verbales como sonrisas, aplausos o abrazos, que conectan a un nivel emocional más profundo.
- Termina cada sesión con una actividad agradable que genere sensaciones positivas: escuchar una canción favorita, tomar un té juntos o simplemente conversar sobre algo que le guste. Esta manera de concluir asocia las sesiones de estimulación con experiencias placenteras.
Recuerda que la orientación personal se puede trabajar a cualquier edad y en cualquier fase de la enfermedad para que las personas con alzhéimer puedan mantener su identidad y autonomía.
Siempre que adaptes las actividades y el nivel de dificultad de cada ejercicio, estarás ayudando a tu ser querido a disfrutar de una vida más segura y plena.
¿Necesitas más información? Consulta el resto de contenidos sobre tratamientos para el alzhéimer y técnicas de rehabilitación, escritos por nuestros profesionales sanitarios, para que puedas seguir apoyando el bienestar de tu ser querido en cada etapa.
