La enfermedad de Alzheimer es una forma de demencia de origen neurovegetativo que se manifiesta como una pérdida progresiva e irremediable de la función cognitiva, la aparición de trastornos de la conducta y la incapacidad gradual de realizar las tareas más sencillas, hasta alcanzar un alto grado de dependencia.
Causas de la enfermedad de Alzheimer
Existen factores de riesgo que aumentan las posibilidades de que una persona pueda desarrollar la enfermedad de Alzheimer:
- Edad: aunque no puede considerarse como una consecuencia del envejecimiento, las personas de más de 60 años tienen un riesgo aumentado, que se duplica cada cinco años.
- Antecedentes familiares.
- Alteraciones genéticas: ser portador de una mutación del gen APOE4 confiere una elevada probabilidad de padecer la enfermedad.
- Sexo: las mujeres padecen este tipo de demencia con mayor frecuencia que los hombres.
Asimismo, aunque no se haya podido demostrar con claridad una relación causa-efecto, el tener hipertensión arterial sin controlar durante mucho tiempo o el haber sufrido un traumatismo craneoencefálico podrían también ser considerados como factores de riesgo frente a la enfermedad de Alzheimer.
enfermedad de Alzheimer
- Déficit de acetilcolina.
- Formación de placas de amiloide o proteína Tau.
- Ciertos trastornos metabólicos.
Síntomas de la enfermedad de Alzheimer
Los síntomas que pueden dar la alarma sobre el inicio de la enfermedad de Alzheimer son los siguientes:
- Pérdida de memoria, especialmente de los acontecimientos recientes.
- Dificultades de lenguaje.
- Desorientación espacio-temporal.
- Dificultad para llevar a cabo tareas que realiza de forma habitual.
- Colocar cosas en lugares erróneos.
- Problemas con el pensamiento abstracto.
- Cambios de humor y alteraciones del comportamiento.
- Cambios de carácter.
- Pérdida de iniciativa.
Evolución de la enfermedad de Alzheimer
Una vez que se han producido los primeros síntomas, la enfermedad de Alzheimer tiene una evolución relativamente rápida, siendo la expectativa media de vida de entre 7 y 10 años. No obstante, en las fases iniciales se puede retrasar la progresión de la enfermedad mediante el tratamiento farmacológico y la terapia ocupacional, la socialización y la práctica de ejercicio. Por el contrario, puede haber factores que actúen acelerando el proceso, como es un ambiente familiar dominado por el estrés, cambios bruscos en las rutinas diarias, o el cambio de domicilio.
Por último, es importante señalar que las personas de mayor actividad intelectual y capacidad cognitiva tardan más tiempo en desarrollar la enfermedad de Alzheimer que las personas que no tiene esta llamada reserva cognitiva y que tienen las mismas condiciones anatomopatológicas cerebrales (placas de amiloide).