La ciencia cada vez ofrece más motivos para la esperanza en el tratamiento del alzhéimer.
El último es el de la relación que parece haber entre el alzhéimer y el litio, y que sugiere que este mineral podría tener un papel clave en la prevención temprana de esta demencia.
Así que, si alguna vez te has preguntado si existe una manera más eficaz de prevenir o ralentizar la evolución de la enfermedad, este artículo es para ti.
Aquí descubrirás qué es el litio, cómo actúa en el cerebro, cuáles son sus beneficios potenciales, y también los riesgos y precauciones que presenta.
Como se trata de un tratamiento en estudio, a lo largo de este contenido haremos referencia a las últimas investigaciones y veremos qué opciones provisionales de tratamiento plantean a la espera de su aprobación.
Así, cuando llegue el momento, podrás tomar mejores decisiones junto a tu médico especialista.
Qué es el litio y cómo actúa en el cerebro
El litio es un metal ligero que está presente de forma natural en nuestro organismo. Lo obtenemos a través de los alimentos, como cereales, col y tomates, y a través del agua que bebemos (las rocas de los ríos por las que fluye son ricas en litio).
Aunque su existencia ya era conocida, su popularidad se ha disparado a raíz de un estudio de la Universidad de Harvard, pionero en descubrir cómo actúa litio en el cerebro.
Su acción principal se centra en la inhibición de una enzima llamada glucógeno sintasa quinasa-3 beta (GSK-3β), que cuando funciona de manera descontrolada contribuye al daño neuronal.
Al inhibir esta enzima, el litio protege las células cerebrales de la degeneración y mantiene su funcionamiento óptimo.
Además, contribuiría a reducir la inflamación cerebral, presente en los procesos de deterioro cognitivo. De ahí que el litio resulte tan prometedor en la prevención del alzhéimer.
Litio y alzhéimer: su efecto en la enfermedad
El litio actúa protegiendo las neuronas y facilitando la comunicación entre ellas, un proceso que se ve alterado en la demencia por alzhéimer.
Pero, ¿en qué beneficios se traduce esto con respecto a la aparición y la progresión de la enfermedad? Vamos a verlo.
Posibles beneficios del litio en la prevención y progresión del alzhéimer
El principal beneficio del litio para el alzhéimer es su efecto neuroprotector, que actúa a través de varios mecanismos que previenen el alzhéimer y frenan su evolución una vez está presente:
- Reduce la producción de las proteínas asociadas al alzhéimer: la beta amiloide y la tau. Al hacerlo, ralentiza el agravamiento de los síntomas existentes y la aparición de muchos otros nuevos.
- Estimula la producción de BDNF o factor neurotrófico derivado del cerebro: se trata de una proteína asociada a la supervivencia neuronal, la plasticidad sináptica y la neurogénesis. Favorece la formación de nuevas conexiones neuronales y ayuda a mantener la función cognitiva.
- Reduce la inflamación cerebral y el estrés oxidativo: dos procesos que contribuyen al daño neuronal en el alzhéimer.
- Mejora la función mitocondrial (las «centrales energéticas» de las células), y promueve procesos de reparación celular como la autofagia.
Esta acción tan positiva del litio se ha relacionado, mediante estudios poblaciones, con una menor incidencia de los diversos tipos de demencia.
Por ejemplo: en la Región de Tarapacá, norte de Chile, donde el agua contiene altas concentraciones de litio, la prevalencia de demencia en personas de 75-79 años es del 4,3%, notablemente menor al promedio nacional del 8,4%.
Riesgos y precauciones del uso de litio
El litio tiene un potencial prometedor, pero no exento de riesgos cuando se administra en su forma farmacéutica.
Y es que para que alcance la efectividad necesario, requiere de dosis altas que pueden resultar tóxicas, particularmente en adultos mayores.
Esta toxicidad presenta síntomas neurológicos que son contraproducentes para una persona con alzhéimer: temblores, confusión, problemas de equilibrio y dificultades del habla…. En casos graves, puede provocar convulsiones, coma e incluso la muerte.
También puede afectar a los riñones y provocar problemas de retención de líquidos, algo grave teniendo en cuenta que la función renal es una de las más afectadas en el proceso de envejecimiento.
Interacciones con otros medicamentos
Otro de los peligros del litio es que puede interactuar con numerosos medicamentos y causar que los niveles de dicho metal se eleven en el organismo, aumentando el riesgo de toxicidad:
- Los diuréticos, especialmente los tiazídicos.
- Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno.
- Los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), utilizados para tratar la hipertensión.
- Algunos antibióticos, como la tetraciclina.
La consecuencia del aumento de litio en sangre puede derivar en deshidratación y, con ella, provocar toxicidad.
Precauciones médicas y seguimiento profesional
Además de tener en cuenta la toma de medicación, debes saber que cualquier uso de litio debe realizarse bajo estricta supervisión médica.
De hecho, en la práctica clínica, se está estudiando el uso de orotato de litio en sustitución al litio, una forma específica de este elemento químico que sería más efectiva a menor dosis y tendría menos complicaciones para la salud:
- El carbonato de litio tradicional requeriría dosis de 600 a 1.800 mg diarios.
- El orotato de litio puede ser eficaz con tan solo 1,5 a 50 mg diarios.
Sin embargo, esto solo ha sido comprobado en ratones; todavía se necesitan ensayos clínicos en humanos para confirmar la seguridad y eficacia del orotato de litio.
Si finalmente está disponible, la toma de este componente requerirá un seguimiento médico específico y personalizado, que dependería de la forma de litio usada:
- El litio tradicional necesitaría análisis de sangre cada 3-6 meses para controlar los niveles y la función renal y tiroidea.
- El orotato de litio en dosis bajas podría necesitar menos controles frecuentes.
Presumiblemente, cualquier persona que tome dosis superiores a 20 mg diarios necesitará monitorización médica regular.
Litio en diferentes fases del alzhéimer
Los efectos del litio varían según la fase de la enfermedad en la que se encuentre la persona:
Efectos del litio en fases iniciales
En las etapas tempranas del alzhéimer, cuando la persona comienza a experimentar olvidos y dificultades cognitivas leves, el litio podría tener su mayor potencial.
Lo más relevante es que, en las fases iniciales, la cantidad de placas amiloides es menor.
Así, el litio podría estar disponible en mayor proporción para ayudar a preservar las conexiones neuronales existentes y promover la formación de nuevas.
Con ello, controlaría y prevendría la sintomatología de la enfermedad, manteniendo la función cognitiva durante períodos más prolongados.
Efectos del litio en fases intermedias y avanzadas
En las fases más avanzadas del alzhéimer, cuando la persona presenta deterioro cognitivo moderado a severo, los efectos del litio podrían ser más modestos.
Donde mayor margen de beneficio se ha visto ha sido en aspectos relacionados con la calidad de vida del paciente: mejoras en el estado de ánimo, reducción de la agitación y mejor regulación del ciclo del sueño.
Algunos estudios relacionados con ratones, en cambio, sugieren que podría ayudar a la mejora funcional de las áreas cognitivas afectadas por la patología del alzhéimer, como la memoria.
Pero el consenso científico es que, en este estadio del alzhéimer, el litio no puede frenar el avance de la enfermedad, sino mejorar el bienestar del paciente.
Estudios recientes del litio y perspectivas futuras
La investigación sobre el litio y el alzhéimer no cesa, y en los últimos años se han llevado a cabo estudios en todo el mundo. Los más importantes, y en los que hemos basado este artículo, son:
- Estudio de Harvard publicado en Nature (2025): dirigido por el Dr. Bruce Yankner, esta investigación de diez años demostró por primera vez que la deficiencia de litio en el cerebro es uno de los primeros cambios que conducen al alzhéimer.
- Estudio comparativo orotato vs. carbonato de litio (2025): publicado en BioRxiv, esta investigación comparó el uso de ambas formas de litio, confirmando que el orotato de litio es más efectivo a dosis menores y menos tóxico.
- Investigación de neuroplasticidad inducida por litio (2021): publicado en Translational Psychiatry, este estudio demostró que el litio aumenta la generación de nuevas neuronas y células gliales en el hipocampo humano, la región cerebral clave para la memoria.
- Ensayo clínico SPIN - Universidad de Chile (2025): el Dr. Paul Vöhringer lidera un estudio pionero con 250 participantes para evaluar si microdosis de litio pueden prevenir el deterioro cognitivo en personas de 55 a 75 años.
- Metaanálisis de mecanismos moleculares (2024): Publicado en Frontiers in Pharmacology, esta revisión sistemática confirmó que el litio actúa a través de múltiples vías neuroprotectoras, incluida la inhibición de GSK-3β y la estimulación de BDNF.
Estos estudios convergen en una misma conclusión: mantener niveles adecuados de litio no solo podría prevenir el alzhéimer, sino que también tiene el potencial de revertir algunos aspectos del deterioro cognitivo en etapas tempranas.
Posibles desarrollos en terapias combinadas con litio
El futuro de la investigación apunta hacia terapias combinadas que incluyan el litio junto con otros agentes neuroprotectores.
Una línea de investigación prometedora es la que examina la combinación de litio con moduladores de la inflamación cerebral y antioxidantes naturales:
- Los moduladores de inflamación cerebral son sustancias que regulan la respuesta inmunitaria del cerebro para evitar las células de defensa cerebrales (microglía) se descontrolen y dañen las neuronas. Entre estos moduladores se incluyen compuestos como la curcumina, que inhibe factores inflamatorios clave como el NF-κB y las citoquinas proinflamatorias.
- En cuanto a los antioxidantes naturales, se están estudiando especialmente el resveratrol (presente en uvas y frutos rojos), las vitaminas E y C, y los polifenoles del té verde. Estos compuestos neutralizan los radicales libres que dañan las neuronas y protegen las membranas celulares del estrés oxidativo. La combinación de litio con estos antioxidantes podría crear un efecto sinérgico que proteja el cerebro desde múltiples ángulos.
Por otra parte, se están desarrollando nuevas formulaciones con nanopartículas de litio que, por su reducido tamaño, podrían mejorar la entrega del elemento al cerebro.
Además, irían encapsuladas, una característica que permitiría liberar el litio de manera controlada y prolongada, evitando así los efectos secundarios sistémicos.
Por último, una vertiente de las investigaciones está dedicada al estudio de los biomarcadores que permitan predecir qué personas se beneficiarían más del tratamiento con litio.
Esta es la línea más avanzada y que, a día de hoy, ya se utiliza para detectar las proteínas p-tau217 y p-tau231 en sangre.
Son análisis de sangre que pueden detectar la acumulación de amiloide cerebral antes de que aparezcan síntomas, con una precisión superior al 90%.
¿Se recomienda el litio como tratamiento preventivo?
Esta es quizás la pregunta más importante que te puedes hacer como cuidador. La respuesta, aunque esperanzadora, requiere prudencia y matices importantes.
Actualmente, el litio no está oficialmente recomendado como tratamiento preventivo del alzhéimer por las principales organizaciones médicas hasta que exista mayor evidencia científica en humanos.
Los investigadores más destacados en este campo, incluido el Dr. Bruce Yankner de Harvard, enfatizan la necesidad de cautela: «Hay que tener cuidado al extrapolar los resultados de los modelos en ratones, y nunca se sabe hasta que se prueba en un ensayo clínico controlado en humanos. Pero hasta ahora los resultados son muy alentadores».
Esta precaución es especialmente importante dado que estamos hablando de personas mayores, que pueden ser más vulnerables a los efectos secundarios.
Por lo tanto, si estabas considerando el litio como opción preventiva para tu ser querido, todavía es necesario esperar.
Mientras, puedes enfocarte en otras estrategias de prevención bien establecidas: mantener una dieta saludable rica en antioxidantes, realizar ejercicio físico regular, estimular la actividad cognitiva, mantener conexiones sociales activas y controlar factores de riesgo como la hipertensión y la diabetes.
Si quieres mantenerte al día de futuros avances en el alzhéimer y seguir aprendiendo para cuidar mejor, encontrarás muchos más contenidos como este en la biblioteca de Sanitas Cuidar Bien.
