Estatinas y Alzheimer: qué sabemos sobre su relación

09/12/2025
Estatinas y Alzheimer: relación

El uso de las estatinas en el alzhéimer ha sido estudiado para el manejo de los factores cerebrales que pueden influir en la evolución de la enfermedad.

Sin embargo, la evidencia científica arroja muchas luces y sombras que exigen precaución al iniciar cualquier tratamiento con ellas.

Por ello, en este artículo analizaremos en un lenguaje sencillo si, según estudios, las estatinas pueden prevenir o ralentizar la progresión del alzhéimer, junto con sus beneficios y riesgos.

Antes, conocerás qué son las estatinas, cómo funcionan, y cuál es su impacto real en la salud cerebral.

Al final encontrarás una pequeña guía de los alimentos con estatinas naturales y cómo incorporarlos en la dieta para apoyar la salud cerebral y cardiovascular de tu ser querido.

Qué son las estatinas y cómo funcionan

Las estatinas son medicamentos que bloquean la HMG-CoA reductasa, la enzima responsable de la producción de colesterol en el hígado.

Su función principal es reducir los niveles de colesterol «malo» (LDL) que circula en la sangre, contribuyendo a disminuir el riesgo cardiovascular.

Aunque el cerebro produce su propio colesterol de forma independiente al sanguíneo, los niveles elevados de colesterol en sangre durante la mediana edad se asocian con un mayor riesgo de desarrollar alzhéimer décadas más tarde.

Además, las estatinas poseen propiedades neuroprotectoras que van más allá del simple control del colesterol y que pueden beneficiar la salud cerebral.

De ahí que la relación entre las estatinas y el alzhéimer sea una de las más investigadas en la actualidad. Pero, ¿qué impacto real tienen en la salud cerebral y en la evolución de la enfermedad? Veámoslo.

Estatinas y colesterol neuronal: impacto en la salud cerebral

El colesterol es imprescindible para la actividad cerebral: las neuronas usan el colesterol no solo para mantener su estructura interna, sino también para transmitir señales cuando se comunican unas con otras.

Pero, a diferencia de otros tejidos, el cerebro no toma colesterol directamente de la sangre porque la barrera hematoencefálica impide su paso; todo el colesterol neuronal se fabrica localmente a partir de las llamadas células gliales y se transporta a las neuronas mediante lipoproteínas específicas.

Sin embargo, en algunas enfermedades como el alzhéimer y especialmente en personas con la variante genética APOE4, se produce una disfunción en la captación y utilización neuronal del colesterol: se sigue produciendo, pero las neuronas no son capaces de captarlo.

Al no poder hacerlo, estas sufren deficiencia funcional de colesterol, fenómeno conocido como disfunción metabólica.

Esto favorece un entorno inflamatorio y oxidativo en el cerebro que bloquea la comunicación entre neuronas y desencadena la degeneración típica del alzhéimer.

Aquí es donde entrarían en acción las estatinas, que tendrían un efecto beneficioso indirecto en el cerebro al reducir la inflamación, favorecer la salud neuronal y mitigar los procesos degenerativos de la enfermedad.

Estudios sobre estatinas y prevención o progresión del Alzheimer

Numerosos estudios internacionales respaldan que el uso prolongado de estatinas disminuye el riesgo de desarrollar alzhéimer y contribuye a ralentizar la progresión del deterioro cognitivo, especialmente en adultos mayores o personas con colesterol elevado.

Entre las investigaciones más relevantes destacan:

  • En Suecia, un estudio longitudinal con más de 15.000 participantes observó que el tratamiento con estatinas durante tres años se tradujo en una mejora de la cognición en pacientes con hipercolesterolemia.
  • En la investigación del Instituto Karolinska, publicada en Alzheimer Research and Therapy, casi 11.000 pacientes que tomaban estatinas elevaron su puntuación en las pruebas cognitivas.
  • En Estados Unidos, un análisis de datos de Medicare con cerca de 400.000 personas de más de 65 años confirmó que el uso de estatinas por al menos dos años reduce el riesgo de alzhéimer: un 15% menos en mujeres y un 12% menos en hombres.

Estos estudios también revelan que no todas las estatinas ofrecen los mismos beneficios.

En concreto, la simvastatina y la atorvastatina, que forman parte de las siete estatinas comercializadas en España (junto a lovastatina, pravastatina, fluvastatina, rosuvastatina y pitavastatina), demostraron ser las más eficaces.

Beneficios y riesgos de las estatinas en el alzhéimer

Las estatinas tienen beneficios, pero también potenciales riesgos en el manejo de la enfermedad de alzhéimer:

Efectos positivos observados en pacientes

El principal beneficio de las estatinas para el cerebro tiene que ver con sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antitrombóticas.

Estas podrían reducir la inflamación en el cerebro, uno de los desencadenantes del deterioro cognitivo.

Según la literatura científica, esto tendría varios efectos positivos en personas ya diagnosticadas de alzhéimer:

  • Mejor mantenimiento de la función cognitiva durante al menos tres años de tratamiento continuo con estatinas.
  • Ligero aumento de puntuación en tests de memoria y lenguaje frente a quienes no toman estatinas.
  • Reducción de la progresión de la enfermedad y del riesgo de institucionalización en centros residenciales.
  • Disminución de la incidencia de trastornos neuropsiquiátricos ligados al alzhéimer, como la agitación y la ansiedad.

Respecto a adultos sanos, los principales ensayos y revisiones afirman que las estatinas son eficaces para prevenir la enfermedad siempre que su toma se inicie antes de los 65 años.

Posibles efectos secundarios y precauciones

La relación entre estatinas y alzhéimer sigue generando debate, sobre todo por los posibles efectos secundarios que pueden aparecer cuando se tratan con estatinas personas con deterioro cognitivo leve o demencia.

De hecho, en 2012 la FDA ya alertó sobre casos de pérdida de memoria o confusión en algunos pacientes tratados con estatinas.

Aunque estos síntomas suelen desaparecer al dejar el medicamento, han sido suficientes para que muchos especialistas extremen la precaución, especialmente en pacientes con alzhéimer ya diagnosticado.

El debate se reabrió en 2021, cuando un estudio presentado en la Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular analizó tomografías PET de personas que tomaban estatinas lipofílicas (como simvastatina y atorvastatina).

Los resultados mostraron que en estos usuarios había una reducción marcada del metabolismo en el córtex cingulado posterior, una región cerebral que se ve afectada en las primeras fases del alzhéimer, y que esto podía ocasionar la aparición o el empeoramiento de diversos síntomas cognitivos.

La investigación concluyó que el uso de estas estatinas duplicaba el riesgo de progresar hacia demencia clínica en personas con deterioro cognitivo leve.

Además de los efectos en la memoria y la cognición, las estatinas pueden provocar otros efectos adversos: dolores musculares, fatiga y, en casos muy poco frecuentes, daño hepático severo (rabdomiólisis).

Por todo esto, algunos especialistas recomiendan evitar las estatinas en pacientes con alzhéimer ya diagnosticado.

Estatinas naturales: alimentos que las contienen

La alternativa a los medicamentos sintéticos son las estatinas naturales, que pueden ayudar a controlar el colesterol de forma más suave. Principalmente, proceden de los alimentos.

Principales alimentos con estatinas naturales

Una dieta equilibrada y variada contiene alimentos con estatinas naturales. Aun así, conviene saber cuáles son más ricas en ellas si se quieren aprovechar sus propiedades:

  • Arroz de levadura roja: contiene monacolina K, que actúa igual que las estatinas farmacéuticas inhibiendo la producción de colesterol en el hígado.
  • Avena y cebada: ricas en betaglucanos, que ayudan a reducir la absorción de colesterol a nivel intestinal.
  • Frutos secos (nueces, almendras, pistachos): contienen esteroles vegetales, que dificultan la absorción del colesterol en el intestino y favorecen su eliminación.
  • Aceite de oliva extra virgen: fuente de grasas monoinsaturadas, que mejoran el perfil lipídico sin elevar el LDL.
  • Aguacates: aportan ácido oleico y betasitosterol, con propiedades antioxidantes y reguladoras del colesterol.
  • Legumbres (lentejas, garbanzos): gracias a su fibra soluble, contribuyen a la reducción del colesterol LDL.

Como complemento, puedes incluir semillas (chía y lino), verduras de hoja verde, manzanas y zanahorias, que aunque contienen menos estatinas y fitoesteroles, tienen fibras y antioxidantes que apoyan la salud cardiovascular y cerebral.

Cómo incorporarlos a la dieta diaria

Si estos alimentos no estaban presentes en la alimentación de tu ser querido, incorpóralos de manera gradual y apetecible.

La avena puede servirse como desayuno caliente con frutas, los frutos secos como snack entre comidas, y el aceite de oliva para cocinar o aliñar ensaladas.

También puedes preparar lentejas guisadas, usar aguacate en tostadas o incluir cebada en sopas nutritivas.

Mantén los sabores familiares mientras introduces estos ingredientes, así la transición resulta más sencilla y agradable.

Respecto a las cantidades, la evidencia recomienda consumir al menos 2-3 gramos diarios de esteroles vegetales para lograr una reducción efectiva del colesterol LDL (equivalente a una ración generosa de frutos secos, aguacate o alimentos enriquecidos).

La variedad y la regularidad en el consumo son más importantes que la cantidad exacta diaria: lo importante es incorporar estos grupos varias veces por semana.

Diferencias entre estatinas naturales y medicamentos

Una de las principales diferencias entre las estatinas naturales y las que proceden de medicamentos es que las primeras no presentarían, a priori, efectos secundarios.

Con una excepción: la Comisión Europea prohibió en 2024 el uso de monacolinas procedentes del arroz fermentado con levadura roja a niveles iguales o superiores a 3 mg diarios, debido a que pueden producir efectos adversos similares a las estatinas farmacéuticas.

Pero no es la única diferencia. Al tener una menor concentración de principio activo, el efecto de las estatinas es poco predecible e incierto, pues varía en función del alimento concreto. En general, su acción es más suave, incluyendo la del arroz de levadura roja.

Recomendaciones del uso de estatinas en personas con alzhéimer

La decisión de utilizar estatinas, sean naturales o sintéticas, debe estar supervisada por el médico responsable del paciente, adaptando la terapia según la respuesta individual y la aparición de posibles efectos adversos o cambios cognitivos. El primer paso es la consulta y evaluación médica:

Consulta médica y seguimiento profesional

El equipo médico que lleva a tu familiar decidirá si la toma de estatinas es adecuada en función de:

  • La fase del alzhéimer en la que se encuentra la persona y su nivel de deterioro cognitivo-
  • Los niveles de colesterol en sangre y el riesgo cardiovascular individual.
  • La edad del paciente (los criterios START recomiendan precaución en mayores de 85 años).
  • La presencia de otras enfermedades como diabetes, hipertensión o antecedentes de ictus.
  • Los medicamentos que ya está tomando para evitar interacciones peligrosas.
  • Su estado general de salud y esperanza de vida estimada.
  • La presencia de factores genéticos como la variante APOE4 que afecta al metabolismo del colesterol cerebral.

Durante la evaluación, se aplicarán los criterios STOPP/START, utilizados para optimizar la medicación en personas mayores.

Estos indican que las estatinas están contraindicadas en prevención primaria en pacientes con demencia en cualquier estadio de la enfermedad, mientras que en prevención secundaria (personas con antecedentes cardiovasculares) la decisión es más individualizada.

En específico, el neurólogo o geriatra evaluará si los beneficios potenciales superan los riesgos.

En caso de iniciarse el tratamiento con estatinas, el seguimiento será regular, con controles cada 3-6 meses que sirvan para evaluar la respuesta al tratamiento, los posibles efectos secundarios causados y la evolución cognitiva de la persona.

Si no se observan beneficios claros o si aparecen efectos adversos, el médico considerará la suspensión gradual del medicamento.

Aun así, es importante que si observas cambios en la memoria, confusión o deterioro cognitivo tras iniciar las estatinas, lo comuniques inmediatamente al médico o especialista.

Mientras, es importante incorporar estrategias de cuidado probadas: rutinas estructuradas, aplicar la estimulación cognitiva y procurar un ambiente seguro contribuyen decisivamente al bienestar y la calidad de vida de la persona que cuidas.

Si quieres mantenerte al día de futuros avances en el alzhéimer y seguir aprendiendo para cuidar mejor, encontrarás muchos más contenidos como este en la biblioteca de Sanitas Cuidar Bien.

Miryam Piqueras Bravo

Miryam Piqueras Bravo

Directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores.

Doctora en Medicina Familiar y Comunitaria, con más de 13 años de experiencia en atención primaria, medicina socio-sanitaria, supervisión y dirección médica.
Nº de Colegiada: 282858641.

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