¿Puede vivir sola una persona con demencia senil?

05/12/2025
Vivir sola con demencia senil

Una de las inseguridades más comunes de las personas cuidadoras es la de no saber si una persona con demencia senil puede vivir sola.

Hemos escrito este artículo para despejar tus dudas y acompañarte en esta importante decisión: conocerás cómo valorar el nivel de autonomía de tu familiar y sabrás qué situaciones requieren una supervisión más cercana.

A lo largo del texto descubrirás en qué casos una persona con demencia puede continuar independiente, cómo identificar los factores y las actividades que determinan esa capacidad y qué conductas y situaciones alertan de que vivir solo ya supone un peligro.

Cómo saber si puede vivir sola una persona con demencia senil

La pregunta sobre si tu familiar con demencia senil puede continuar viviendo solo depende del grado de deterioro cognitivo, las capacidades funcionales que conserve y las medidas de seguridad que se implementen.

En reglas generales, sabemos que durante las primeras fases de la demencia senil la persona mantiene cierta autonomía, y que con las preocupaciones adecuadas sí es posible que pueda hacer una vida independiente.

Esto cambia una vez que entra en la fase media de la enfermedad, y así lo establece la Asociación de Alzhéimer: «al inicio de la etapa media, será demasiado difícil o peligroso dejar sola a una persona con alzhéimer».

Pero el estadio de la patología no es lo único a valorar, sino que hay muchos otros factores que debes tener en cuenta a la hora de decidir si tu ser querido puede vivir solo o no:

Factores que determinan si puede vivir sola una persona con demencia

Evaluar si un enfermo de demencia senil puede vivir solo no se basa en atender a síntomas específicos, sino a criterios médicos que analizan de manera general ciertas capacidades determinantes para la vida diaria:

  • Capacidades físicas: el equilibrio, la coordinación y la movilidad están directamente relacionados con el riesgo de accidentes domésticos. Para que un adulto mayor con demencia pueda vivir solo, no debe tener dificultades para desplazarse con seguridad por su hogar.
  • Capacidad de juicio: la habilidad para reconocer situaciones peligrosas o responder adecuadamente a emergencias. La pérdida de esta capacidad pone en serio riesgo la seguridad de la persona con demencia senil.
  • Orientación temporal y espacial: la capacidad de ubicarse en tiempo y lugar. Si tu familiar no identifica las habitaciones de su propia casa o confunde espacios básicos como el dormitorio con el baño, esto indica claramente que no puede quedarse solo.

La posesión de todas estas habilidades es lo que posibilita una vida independiente y funcional, y que suelen ir ligadas al grado más o menos avanzado de demencia.

Grado de la demencia y autonomía funcional

La fase en la que se encuentra la demencia senil determina el nivel de supervisión necesario, pues cada una tiene implicaciones específicas para la autonomía:

  1. Demencia leve: tu familiar mantiene cierta autonomía para actividades cotidianas básicas, aunque presenta dificultades para tareas complejas como gestionar dinero o resolver problemas inesperados. Durante esta etapa, experimenta olvidos de eventos recientes y problemas leves de orientación en lugares menos familiares.
  2. Demencia moderada: la necesidad de supervisión aumenta, pues la persona presenta mayor desorientación, cambios de personalidad más marcados y mayores dificultades para el autocuidado. En esta fase, vivir solo ya resulta peligroso.
  3. Demencia severa: la vigilancia continua es aquí imprescindible, ya que el enfermo ha perdido la capacidad de realizar actividades solo y su seguridad está en peligro constante.

En todos estos tipos de demencia clasificados por progresión, el foco está en la realización de actividades diarias. A continuación, explicamos cuáles son las más importantes (y determinantes):

Capacidad para realizar actividades básicas de la vida diaria

La evaluación de las Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD) es necesaria para determinar el grado de independencia que mantiene la persona con demencia senil.

En concreto, se analiza la posibilidad de llevar a cabo de manera independiente estas tareas:

  • Aseo personal: bañarse sin ayuda o necesitando únicamente asistencia para lavar alguna parte del cuerpo.
  • Vestirse: habilidad para ponerse y quitarse la ropa de forma autónoma.
  • Uso del baño: independencia para ir al baño, bajarse la ropa y vestirse sin asistencia.
  • Movilidad: desplazarse, sentarse y acostarse sin ayuda.
  • Continencia: control de esfínteres urinarios y fecales.
  • Alimentación: habilidad para llevar la comida a la boca e ingerirla sin asistencia.

Estas actividades son sencillas y están orientadas al autocuidado, por lo que suelen ser las primeras que los cuidadores observan cuando aparece alguna limitación.

Señales de que vivir solo con demencia senil es peligroso

Los criterios de evaluación anteriores te habrán dado pistas de si tu ser querido podría o no vivir solo, pero, ¿a qué señales del día a día debes atender para confirmarlo?

Existen algunos comportamientos que muestran que la persona ya no es independiente, que necesita vigilancia y que es peligroso que viva sola:

Olvidos frecuentes y riesgo de accidentes

Los olvidos relacionados con la seguridad doméstica representan uno de los mayores peligros.

Tu familiar puede olvidar haber dejado encendida la cocina, no recordar haber tomado la medicación o repetir la dosis, dejar grifos abiertos…

La cocina y el cuarto de baño son los espacios más peligrosos y donde ocurren la mayoría de los accidentes en personas con demencia.

Desorientación y pérdida de control del entorno

La desorientación espacial y temporal también genera situaciones de alto riesgo. Y es que es muy fácil que una persona con demencia senil, al salir a hacer algún recado, se pierda en su propio barrio y no sepa cómo volver a casa.

También puede suceder que salga vestido de forma inadecuada para la temperatura exterior, y que esto provoque se enferme.

La pérdida de la orientación es progresiva y afecta primero a lugares menos familiares, pero pronto se extiende al propio hogar.

Cuando esto sucede, tu familiar pierde totalmente el control del entorno, incluso del suyo. Lo sabrás porque confunde habitaciones o no reconoce objetos cotidianos.

Cambios de conducta y problemas de juicio

Los cambios comportamentales indican un deterioro en las funciones ejecutivas, y esto compromete la seguridad. Puedes observar que tu familiar muestra:

  • Agresividad o irritabilidad sin motivo aparente.
  • Conductas desinhibidas o inapropiadas.
  • Suspicacia extrema hacia familiares o cuidadores.
  • Incapacidad para evaluar riesgos básicos.

Estos síntomas reflejan el daño cerebral progresivo que afecta las áreas responsables del autocontrol y la toma de decisiones racionales.

Ante todo esto, dejar solo a un ser querido con demencia no es una opción, es un riesgo.

Estrategias para que una persona con demencia pueda vivir sola

Si tu familiar se encuentra en las fases iniciales de la demencia senil y conserva capacidades funcionales básicas, existen medidas que pueden prolongar su autonomía de forma segura:

Adaptaciones en el hogar para personas con demencia senil

El espacio físico debe estar adaptado a las necesidades de la persona con demencia senil que vive sola, tanto en términos de movilidad como de seguridad.

Así, debes implementar algunos cambios que hagan que tu familiar pueda desplazarse sin riesgo y sentirse a gusto en su hogar:

  • Añade señalización clara: coloca señales o etiquetas visibles en puertas y zonas clave, usando imágenes o palabras sencillas. Esta medida ayuda a mantener la orientación cuando aparecen las primeras dificultades de reconocimiento espacial.
  • Pon barras de apoyo en baños y pasillos para facilitar la movilidad segura.
  • Controla los niveles de ruido: los del tráfico, por ejemplo, pueden crear confusión y ansiedad. Trata de insonorizar las zonas de la vivienda afectadas.
  • Añade iluminación adicional en entradas, escaleras, pasillos y baños. Utiliza luces nocturnas para reducir el riesgo de caídas y la desorientación durante las horas de oscuridad.
  • Elimina o asegura todos los elementos peligrosos: productos de limpieza, medicamentos, objetos cortantes y herramientas eléctricas.
  • Instala cerrojos adicionales en puertas exteriores: sobre todo, que estén colocados fuera del alcance visual.
  • Considera instalar válvulas de seguridad para gas y agua que se puedan desactivar remotamente.
  • Prescinde de alfombras y esconde cables que puedan causar tropiezos.

Como medida adicional, es buena idea poner en funcionamiento sistemas de alarma y detectores de humo que avisen a las autoridades competentes en caso de producirse algún accidente.

Uso de tecnologías y sistemas de monitoreo

La tecnología es una gran aliada a la hora de monitorizar a las personas con demencia senil y su entorno.

Por ejemplo, existen localizadores GPS que permiten conocer la ubicación exacta de tu pariente en tiempo real, con funciones adicionales como botones de emergencia SOS y delimitación de zonas de seguridad.

También puedes servirte de un sistema de cámaras de seguridad que, conectadas a tu móvil, te permitirán ver dónde está y qué hace en cada momento.

Algunas incluyen sensores de movimiento y detectores de apertura de puertas y ventanas para hacerte llegar una alerta en caso de que se produzcan.

Otra opción, y si la persona se sienta cómoda, es que ella lleve un reloj inteligente que reúna todas las funciones necesarias para su seguridad: localización GPS, detección de movimiento y caídas, seguimiento de signos vitales, comunicación telefónica, recordatorios de medicación, envío de alertas médicas y de seguridad…

Aun así, no te confíes y mantente en contacto con familiares y vecinos cercanos por cualquier cosa que pudiera pasar.

Apoyo de familiares y cuidadores profesionales

Aunque hayas determinado que tu familiar con demencia senil puede vivir solo, has de contar con una red de apoyo familiar y profesional para asistir a la persona en caso de que lo necesite y, sobre todo, para velar por su seguridad.

Para ello, es buena idea establecer un cronograma de visitas y de llamadas telefónicas tanto de familiares como de cuidadores profesionales; viéndolo y hablando con él podrás detectar cualquier cambio en el estado cognitivo antes de que derive en problemas o accidentes.

En este sentido, mantén contacto regular con el médico de atención primaria y servicios geriátricos especializados para que establezcan las evaluaciones periódicas necesarias y puedas ajustar el nivel de supervisión y adaptar la vivienda según la evolución de la enfermedad.

Además, es recomendable que tanto tú como el resto de familiares recibáis formación específica sobre cómo detectar signos de deterioro y actuar en situaciones de emergencia.

Cuándo una persona con demencia senil no puede vivir sola

Ya hemos visto una serie de señales y factores que, en las personas con demencia senil, comprometen su capacidad de hacer vida independiente.

Pero, ¿cómo determinar el momento en que tu familiar ya no puede mantener su autonomía?

Atendiendo a las señales de dependencia avanzada, y que indican que el enfermo de demencia senil ya no puede vivir solo bajo ninguna circunstancia:

Señales de dependencia avanzada

Las siguientes situaciones indican que la supervisión constante se ha vuelto imprescindible, porque el adulto con demencia ya es 100% dependiente de los cuidados de otra persona:

  • Pérdida de control de esfínteres: la incontinencia urinaria y fecal no solo compromete la higiene, sino que aumenta el riesgo de infecciones del tracto urinario y complicaciones dermatológicas.
  • Dificultades graves para la alimentación: cuando tu familiar olvida comer regularmente, tiene problemas para masticar o tragar, o no reconoce los alimentos.
  • Deterioro severo de la movilidad: la pérdida progresiva de la capacidad para caminar, mantener el equilibrio o realizar transferencias básicas (levantarse, sentarse) aumenta el riesgo de caídas graves.
  • Incapacidad para comunicar necesidades: cuando tu ser querido no puede expresar dolor, hambre, sed o necesidades básicas, resulta imposible garantizar su bienestar sin supervisión directa.
  • Pérdida completa de orientación: si no reconoce su propio hogar, confunde día y noche de forma persistente, o no identifica a familiares cercanos, la desorientación total hace peligrosa cualquier situación.

Ante estos signos, se hace necesario plantear la supervisión profesional, que puede ser en el propio hogar o en centros geriátricos. Ambas opciones tienen sus beneficios, tal y como exponemos ahora.

Beneficios de la supervisión profesional

Cuando una persona con demencia senil no puede vivir sola, la mejor solución es el ingreso en una residencia especializada o la contratación de cuidado domiciliario profesional por todas las ventajas que aporta:

  • Atención médica especializada: tu ser querido tendrá acceso constante a profesionales expertos en geriatría, neurología y terapia ocupacional, esenciales para el manejo y la mejora de comorbilidades asociadas a la demencia.
  • Estimulación cognitiva estructurada: podrá disfrutar de programas de actividades diseñados específicamente para mantener las capacidades remanentes y retrasar el deterioro.
  • Socialización y acompañamiento: la interacción social regular previene el aislamiento, que constituye un factor de riesgo para la aceleración del deterioro cognitivo.
  • Seguridad las 24 horas: tendrá supervisión profesional continua para prevenir, detectar y solucionar emergencias médicas, caídas o cambios súbitos en el estado de salud.
  • Apoyo familiar: la supervisión profesional permite a los familiares mantener su rol afectivo sin la carga física del cuidado constante, mejorando la calidad de las relaciones familiares y reduciendo el estrés del cuidador.

Antes de tomar la decisión de buscar supervisión profesional debes considerar tanto los aspectos prácticos como emocionales de cambiar de entorno a una persona con demencia, priorizando siempre la seguridad y el bienestar de tu familiar.

Si quieres seguir aprendiendo sobre demencias y cuidar mejor, encontrarás muchos más contenidos como este en la biblioteca de Sanitas Cuidar Bien.

Miryam Piqueras Bravo

Miryam Piqueras Bravo

Directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores.

Doctora en Medicina Familiar y Comunitaria, con más de 13 años de experiencia en atención primaria, medicina socio-sanitaria, supervisión y dirección médica.
Nº de Colegiada: 282858641.

La información facilitada por este medio no puede, en modo alguno, sustituir a un servicio de atención médica directa, así como tampoco debe utilizarse con el fin de establecer un diagnóstico, o elegir un tratamiento en casos particulares. En este servicio no se hará ninguna recomendación, explícita o implícita, sobre fármacos, técnicas, productos, etc... que se citarán únicamente con finalidad informativa. La utilización de este servicio se lleva a cabo bajo la exclusiva responsabilidad de los usuarios.

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