El Alzheimer es una enfermedad degenerativa que afecta al cerebro provocando, entre otras cosas, la muerte gradual de las neuronas. Esta enfermedad pasa por varias fases siendo la última la denominada “fase severa”, lo que genera una dependencia total. Aunque cada persona es diferente, se estima que esta fase tiene una duración de entre 6 y 10 años.
Los síntomas más comunes del Alzheimer en fase severa son:
- No reconoce a familiares y amigos. Cada vez le cuesta más identificar a las personas que le rodean llegando a olvidar completamente quienes son, aunque estén a su lado todos los días. A veces también puede costarle reconocerse a sí mismo ante un espejo.
- Pérdida de memoria. Ya no solo no recuerda las cosas que acaban de suceder sino que también tiene problemas para recordar cosas del pasado.
- Cambia su comportamiento. Ríe, grita o llora sin motivo aparente e incluso puede llegar a tener periodos de importante agitación.
- Pérdida de autonomía. Deja de controlar sus esfínteres y hay días en los que permanece horas sin apenas moverse. Durante esta fase puede llegar a olvidar cómo se camina necesitando ayuda en todo momento para desplazarse.
- Su vocabulario se reduce. La comunicación se hace cada vez más muy difícil porque a veces no entiende lo que se le dice o habla repitiendo palabras sin sentido dentro de la conversación.
Los cuidadores de las personas con Alzheimer en esta fase tienen que hacer de la paciencia su mejor aliada. Es importante no tomar su enfado o confusión de forma personal y tratar de entender qué le sucede.
Para comunicarnos, si las cosas que dicen son incoherentes, tratar de conectar con su expresión facial o corporal pueden ser una ayuda para entender lo que necesitan.
Además, es bueno seguir con rutinas diarias de aseo, comida o baño para que la persona se encuentre más tranquila y estable.
No tengas miedo a pedir ayuda profesional para conocer cómo afrontar las diferentes fases de esta enfermedad y cuidar a la persona lo mejor posible.