Actividades instrumentales de la vida diaria en personas con alzhéimer

12/11/2025
Actividades instrumentales en personas con alzhéimer

En el alzhéimer, el deterioro cognitivo puede llegar a limitar las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD).

Pero, ¿cómo afecta esto a los enfermos de esta patología? No poder usar el teléfono, gestionar el dinero o preparar comidas, coarta por completo la independencia y la calidad de vida.

Para que sepas cómo manejar esta situación, en este contenido descubrirás qué son exactamente las AIVD, cómo se diferencian de las actividades básicas, y cómo el alzhéimer va minando estas capacidades esenciales.

Además, conocerás ejemplos concretos de actividades vulnerables, las escalas utilizadas para evaluar su deterioro, y las mejores estrategias para conservarlas el mayor tiempo posible.

¿Qué son las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD)?

Las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD) son el conjunto de habilidades complejas necesarias para mantener una vida independiente en el entorno doméstico y comunitario.

Hablamos de acciones habituales en el día a día como utilizar el teléfono, preparar comidas, hacer la compra, utilizar el transporte público, lavar la ropa, limpiar la casa, tomar medicamentos adecuadamente y administrar dinero.

A diferencia de las tareas básicas, requieren un mayor nivel de autonomía personal y de toma de decisiones, así como de resolución de problemas.

Diferencias entre actividades básicas e instrumentales

La diferencia entre las actividades de la vida diaria instrumentales (AIVD) y las básicas (ABBVD) es que estas requieren habilidades motoras y cognitivas básicas para poder llevar a cabo el autocuidado esencial para la supervivencia: comer, vestirse, asearse, bañarse y mantener la continencia.

Por el contrario, las AIVD demandan funciones ejecutivas superiores, como son la planificación, la memoria de trabajo y la capacidad de abstracción.

Mientras las ABVD se alteran en fases moderadas-avanzadas del alzhéimer, las AIVD se ven comprometidas desde las primeras etapas de la enfermedad, cuando el deterioro cognitivo aún es leve.

Impacto del alzhéimer en la autonomía funcional

El deterioro funcional en el alzhéimer suele progresar de manera gradual. Al principio, hay una marcada afectación del lóbulo frontal y temporal, lo que compromete la capacidad para realizar tareas múltiples.

Con el avance de la enfermedad, la degeneración neuronal y la pérdida de conexiones neuronales en el lóbulo parietal y el sistema límbico impacta en la capacidad de aseo personal, movilidad y nutrición.

Las consecuencias de esta pérdida progresiva de capacidad para realizar actividades diarias son:

  • Aislamiento social.
  • Dependencia creciente.
  • Riesgos para la seguridad personal.
  • Frustración y pérdida de autoestima.
  • Impacto en la calidad de vida y la dignidad personal.

Todas ellas afectan a la autonomía funcional de la persona con alzhéimer y, por ello, la detección precoz y el manejo de los síntomas es vital.

Ejemplos de actividades instrumentales afectadas por el alzhéimer

A continuación, examinamos ejemplos concretos de actividades instrumentales comúnmente comprometidas en el alzhéimer:

Manejo del dinero y administración del hogar

El manejo económico representa una de las AIVD más complejas y vulnerables en el alzhéimer.

Se pierde la habilidad para calcular el cambio, realizar operaciones bancarias básicas o gestionar facturas y pagos.

Estas limitaciones aumentan el riesgo de estafas y fomentan decisiones financieras inadecuadas.

El deterioro cognitivo también complica la administración del hogar, tanto a la hora de organizar como de llevar a cabo la limpieza, mantener el orden y gestionar las reparaciones domésticas.

Como la persona no sabe establecer prioridades, las tareas se acumulan y el entorno da la sensación de estar descuidado.

Uso de transporte y realización de compras

Las compras no solo requieren elaborar un listado de lo que se necesita, también calcular el coste, encontrar los billetes y monedas precisos para pagar, saber a qué comercio dirigirse y dónde se encuentra…

Una complejidad que aumenta conforme el alzhéimer avanza, dándose situaciones como estas:

  • Olvidar artículos esenciales.
  • Comprar productos innecesarios.
  • No reconocer comercios habituales.
  • Perderse en establecimientos conocidos.
  • Olvidar la ubicación de productos en el supermercado.
  • Experimentar ansiedad en espacios comerciales concurridos.

Estas limitaciones pueden provocar que el enfermo no se abastezca de suficiente alimento para llevar una nutrición adecuada.

Por otra parte, la desorientación también dificultará el uso de transporte público o conducir, al no poder interpretar horarios ni señales de tráfico. Obstáculos, sin duda, con un alto potencial de producir accidentes.

Preparación de comidas y organización del entorno

La preparación de alimentos implica múltiples pasos: planificar menús, recordar ingredientes, seguir recetas, controlar tiempos de cocción y mantener la seguridad en la cocina…

En el alzhéimer, las alteraciones ejecutivas y los problemas de memoria comprometen la secuenciación de tareas, por lo que la persona afectada no puede implementar este orden lógico.

Lo mismo sucede con organización del entorno, pues llega un punto en el enfermo no sabe cómo categorizar objetos para ordenarlos y/o guardarlos y acababa viviendo en un hogar completamente desordenado.

Esto marca el inicio de un círculo vicioso en el que el entorno acrecienta su confusión, pero a la vez no reconoce la necesidad de limpiar u ordenar.

Escalas para evaluar las actividades instrumentales de la vida diaria

Ante la sospecha de que las actividades de la vida diaria instrumentales están empeorando, los profesionales sanitarios harán uso de escalas de evaluación. Veamos su importancia:

Importancia de la escala de actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD)

Las escalas AIVD son una herramienta imprescindible para diagnosticar la enfermedad de alzhéimer temprana e intervenir para frenar su progresión.

Su importancia también radica en que:

  • Proporcionan información objetiva sobre el grado de dependencia.
  • Ayudan a establecer planes terapéuticos personalizados.
  • Determinan el nivel de supervisión requerido.

Así, con ellas es posible adaptar totalmente el tratamiento para cada paciente y tomar mejores decisiones al respecto.

Por ejemplo, a la hora de definir si hay necesidad o no de servicios de apoyo domiciliario y planificarlos si fuera el caso.

Principales escalas AIVD utilizadas en alzhéimer y su aplicación práctica

En la práctica clínica se utilizan distintas escalas AIVD para evaluar las actividades instrumentales de la vida diaria en personas con alzhéimer y otras demencias:

  • Índice de Barthel: aunque está orientado principalmente a medir actividades básicas de la vida diaria, su uso se amplía a la valoración integral de la autonomía y permite identificar el impacto global del deterioro funcional.
  • Escala de Rivermead: valora tareas complejas como la gestión de correspondencia, la administración de dinero, y la capacidad de organización. Se utiliza sobre todo en entornos de rehabilitación y terapia ocupacional, para medir cambios tras intervenciones específicas.
  • Escala Cognitive Scale of Basic and Instrumental Activities of Daily Living: integra la valoración funcional con el estado cognitivo, permitiendo detectar áreas de especial vulnerabilidad y orientar la intervención multidisciplinar.

Sin embargo, la más utilizada internacionalmente para evaluar las actividades instrumentales de la vida diaria es la Escala de Lawton y Brody.

Esta evalúa ocho dominios funcionales: manejo del teléfono, compras, comidas, cuidado del hogar, lavado de ropa, uso de transporte, toma de medicación y gestión económica.

Veamos, ahora, como se evalúan y de qué forma se interpretan sus resultados.

Interpretación de resultados para seguimiento del deterioro cognitivo

La Escala de Lawton y Brody asigna valores de 0 (dependiente) o 1 (independiente) a cada actividad, con puntuaciones totales entre 0 y 8 puntos.

Una vez completada, las puntuaciones se suman para obtener un total que oscila entre 0 y 8. Un resultado inferior a 6 puntos indica dependencia moderada-severa, mientras que puntuaciones entre 6-8 sugieren dependencia leve o autonomía preservada.

A partir de aquí, se toman decisiones con respecto al tratamiento y al seguimiento:

  • Si se determina dependencia moderada-severa (≤4 puntos), se activan servicios de apoyo domiciliario intensivo, se inicia supervisión constante y se establece coordinación multidisciplinar que incluye medicina, terapia ocupacional y trabajo social. El seguimiento se intensifica a evaluaciones mensuales.
  • Si la dependencia es leve (autonomía preservada, 6-8 puntos), se enfoca el tratamiento en mantener las capacidades preservadas mediante terapia ocupacional preventiva y adaptaciones ambientales menores y seguimiento cada 3-6 meses.

Evaluación de las actividades instrumentales en pacientes con alzhéimer

La evaluación de las actividades instrumentales de la vida diaria consiste en la realización de preguntas directas al paciente o al cuidador principal.

Luego, se le pide al enfermo que demuestre actividades específicas, como marcar un número telefónico o contar dinero.

Con los resultados, se aplica la escala en el diagnóstico.

Cómo aplicar la escala en el diagnóstico y control de la enfermedad

Los umbrales de puntuación establecen diferentes niveles de dependencia que determinan las intervenciones necesarias y el enfoque terapéutico específico:

  • 0-2 puntos: dependencia severa que requiere supervisión constante y apoyo domiciliario intensivo. El enfoque terapéutico se centra en mantener la dignidad y proporcionar cuidados paliativos. Se activan servicios de respiro familiar, atención sanitaria domiciliaria y evaluación de necesidad de institucionalización. Las terapias no farmacológicas se limitan a actividades sensoriales básicas y mantenimiento de vínculos afectivos.
  • 3-4 puntos: dependencia moderada, el paciente necesita ayuda parcial en múltiples actividades y revisión del plan de cuidados. El tratamiento combina medicación específica (inhibidores de colinesterasa o memantina) con terapias ocupacionales estructuradas.
  • 5-6 puntos: Dependencia leve, el enfermo precisa supervisión ocasional y adaptaciones ambientales específicas. El enfoque terapéutico prioriza prevenir la progresión mediante estimulación cognitiva intensiva, ejercicio físico regular y mantenimiento de rutinas sociales.
  • 7-8 puntos: Autonomía preservada, la persona mantiene independencia funcional con seguimiento preventivo. El tratamiento se basa en intervenciones cognitivas preventivas, promoción de actividades sociales y educación sobre factores de riesgo modificables.

Una vez clasificado el nivel de dependencia, se establece un calendario de reevaluación periódica con el objetivo de anticipar complicaciones y ajustar los cuidados.

Reevaluación periódica para adaptar cuidados y terapias

La reevaluación debe realizarse cada 3-6 meses para identificar variaciones antes de que se conviertan en pérdidas irreversibles de autonomía:

  • Un descenso de 2 o más puntos entre evaluaciones indica progresión acelerada del deterioro.
  • Los ascensos sugieren la estabilización temporal de la enfermedad, aunque son infrecuentes debido a la naturaleza progresiva del alzhéimer.

Ante descensos pronunciados, se activa un protocolo de revisión neurológica urgente y se intensifican las intervenciones terapéuticas.

Entre otras acciones, se ajusta la medicación, incrementar la frecuencia de terapias no farmacológicas de 2 a 5 sesiones semanales y reevaluar la seguridad del domicilio mediante inspección domiciliaria especializada.

Estrategias para mantener las actividades instrumentales en el alzhéimer

Para mantener las actividades instrumentales de la vida diaria el mayor tiempo posible hay tres líneas principales de intervención: intervenciones terapéuticas, adecuaciones del entorno y apoyos psicosociales. Veámoslas en detalle:

Terapias ocupacionales y ejercicios funcionales

La terapia ocupacional domiciliaria es la intervención más efectiva para mantener las AIVD.

Los terapeutas ocupacionales evalúan el desempeño en el entorno real y establecen una serie de pautas para compensar las limitaciones cognitivas.

Por ejemplo, pueden organizar el espacio personal para minimizar el número de desplazamientos necesarios dentro del hogar, o crear sistemas visuales para recordar el orden de las tareas domésticas.

A la vez, se incorpora el entrenamiento en AIVD, que utiliza técnicas de repetición y de práctica guiada que simplifican las tareas a entrenar.

Por ejemplo, dividir recetas de cocina en pasos secuenciales escritos con imágenes visuales para facilitar la preparación independiente de comidas.

Adaptaciones del hogar para facilitar la autonomía

Las modificaciones ambientales tienen como misión prolongar la independencia funcional.

Así, se recomienda eliminar obstáculos físicos, mejorar la iluminación y señalizar espacios y objetos para facilitar la orientación y reducir la confusión.

En la cocina, instalar interruptores automáticos de gas, temporizadores visuales y etiquetas con pictogramas en armarios y cajones ayuda a reducir riesgos y facilitan la localización de utensilios.

Para el manejo del dinero, son útiles los organizadores con compartimentos etiquetados para billetes y monedas, las calculadoras de teclas grandes y las tarjetas con límites preestablecidos.

Estas ayudas técnicas compensan las dificultades de cálculo y previenen pagos accidentales o inesperados.

Apoyo familiar y profesional durante el proceso

El apoyo, tanto familiar como profesional, mantienen la autonomía y el bienestar de la persona con alzhéimer y potencian el tratamiento médico.

Entre las estrategias más efectivas, destacan:

  • Mantener relaciones sociales estimulantes: favorece la conservación de un sentido de identidad y propósito para la persona afectada, motivándola a participar en las actividades diarias.
  • Adaptar la comunicación: el uso frases simples, un tono suave y un ritmo lento al hablar facilita la comprensión y ejecución de las tareas en el día a día.
  • Establecer rutinas estructuradas: facilitan la orientación temporal y reducen la ansiedad que genera la enfermedad, algo que puede mejorar la concentración a la hora de realizar tareas.
  • Contar con apoyo profesional multidisciplinar: neurólogos, psicólogos, trabajadores sociales y terapeutas ocupacionales se encargan de que el abordaje pactado cubra las necesidades físicas, cognitivas y emocionales del paciente y su familia.

Y, sobre todo, no olvides tu propio cuidado. Sostener a una persona con alzhéimer genera estrés físico y emocional del que también necesitas evadirte.

Busca apoyo en grupos de familiares, tómate descansos regulares y mantén tus propias actividades sociales y de ocio.

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Miryam Piqueras Bravo

Miryam Piqueras Bravo

Directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores.

Doctora en Medicina Familiar y Comunitaria, con más de 13 años de experiencia en atención primaria, medicina socio-sanitaria, supervisión y dirección médica.
Nº de Colegiada: 282858641.

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