La atención domiciliaria es aquella que se lleva a cabo en personas que, por las razones que sean, son incapaces de desarrollar las tareas que el día a día les exige con normalidad. En este caso, nos centraremos en la atención domiciliaria para personas de tercera edad. Estas personas que necesitan este tipo de atención han perdido algunas de las facultades necesarias para llevar a cabo las tareas cotidianas, y por ello, necesitan a alguien que vaya a sus hogares para que les ayude.
Las opciones a las que se enfrenta una persona anciana llegado el momento de no poder valerse del todo por sí misma son las de, o bien acudir a un centro de mayores o residencia de ancianos, lo que les saca de su entorno y desestabiliza la vida que habían conocido hasta el momento, o bien valerse de las ayudas de un asistente domiciliario que vaya a su casa las veces que sean necesarias (dependiendo de las facultades que mantenga la persona en cuestión).
¿Qué servicios se ofrecen en la atención domiciliaria?
Las actividades con las que un asistente a domicilio puede ayudar a una persona de tercera edad son múltiples, y dependen de las funciones que la persona de tercera edad pueda realizar por su cuenta.
Entre los servicios más demandados, encontramos la atención personal (ésta engloba la limpieza e higiene del anciano o anciana) la ayuda para poder ejercitar los músculos y articulaciones, acompañar a las personas de tercera edad a hacer los recados; hacer la comida y la compra, el control y seguimiento de la medicación que debe tomar, y por supuesto, el de prestar compañía a personas que, de otro modo, tendrían muy difícil relacionarse.
También existe la atención al hogar, es decir, todas las ayudas que se realizan para el mantenimiento y buen funcionamiento de los distintos elementos que forman un hogar, como pueden ser la limpieza, arreglos varios para evitar riesgos innecesarios, el cuidado y la limpieza de la ropa, y otra muy importante que no es tan conocida: la detección de factores de riesgo que los distintos tipos de hogares puedan causar al anciano.
Por último, la atención domiciliaria tiene una rama de integración de la persona al entorno, y esto consiste en facilitar la relación de esta persona con su familia y amigos, ya sea pasando por el desplazamiento, el concierto de citas o, simplemente, la organización de actividades fuera del domicilio. Otra función muy importante es realizar actividades que ayuden al anciano a ejercitar las facultades cognitivas para que estas se mantengan y no se vayan deteriorando irreversiblemente.