¿Por qué se desorienta una persona, síntomas y qué hacer?

20/05/2025
Desorientación en los mayores

Estar desorientado significa que la persona sufre un estado de confusión mental que le impide pensar con claridad y saber por ejemplo, dónde se encuentra o qué hora es. Reconocer estos síntomas y sus posibles causas nos ayudarán a tranquilizar a nuestro ser querido y a averiguar si puede estar sufriendo una demencia.

Qué es la desorientación momentánea o delirium puntual

La confusión aguda o delirium es una situación puntual que puede originarse en nuestros mayores posteriormente a una caída, una bajada de potasio o una simple infección de orina. Todas ellas son causas que desestabilizan la salud de los mayores y afectan a su cerebro. Además de la desorientación, el delirium puede desencadenar alucinaciones y alteraciones del sueño, junto a comportamientos bruscos o agresivos en ocasiones.

La fiebre o el dolor son otros factores que pueden provocar la desorientación de los mayores, porque estos padecimientos afectan a las áreas cerebrales encargadas de situarnos en el espacio y en el tiempo.

En resumen, los rasgos esenciales del delirium consisten en una alteración de la conciencia que se manifiesta por disminución de la capacidad de atención, que se desarrolla en breve periodo de tiempo (horas o días) y tiene un curso fluctuante. Además existe una afectación global de las funciones cognitivas, intranquilidad y una inversión del ritmo sueño - vigilia.

Son factores de riesgo: mayores de 60 años, hospitalización, comorbilidad orgánica, daño cerebral previo (demencia, accidente cardiovascular, tumor) e historia previa de delirium.

Las personas jóvenes también pueden sufrir algún episodio de delirium a causa de alguna dolencia, sin embargo no es un episodio tan frecuente porque disponen de una salud más fuerte.

Causas y por qué se desorientan los ancianos

La demencia es una de las causas que provoca que la persona se pueda desorientar. Esta enfermedad afecta al pensamiento, al comportamiento y a la capacidad que tiene la persona para realizar las tareas cotidianas. Si el paciente, además, sufre una alteración repentina de su estado de ánimo o una infección tiene más probabilidades de sufrir delirio.

Cuando la persona está en una etapa inicial del alzhéimer suele desorientarse cuando sale fuera de casa. Incluso, cuando se encuentra en lugares que conoce, puede tener problemas para identificarlos y encontrar el camino de vuelta.

Estos síntomas están originados por cambios que sufre su cerebro debido a la enfermedad y que le provocan pérdida de la memoria, cambios en la visión y en la percepción. El paciente experimenta estos cambios lentamente. Pero si la persona se siente, de repente, confundida y desorientada debe acudir al médico rápidamente porque es una señal de que algo no va bien.

Otras causas que provocan que alguien esté desorientado

Si la persona no sufre demencia, las causas más comunes que producen desorientación son:

  • Una infección en el cerebro o en el tracto urinario
  • Una hiperglucemia (los niveles de azúcar en sangre son demasiado altos) o hipoglucemia (los niveles son demasiado bajos)
  • Deshidratación
  • Una lesión en la cabeza
  • Un ictus o un accidente isquémico transitorio
  • No tener suficiente oxígeno en sangre
  • Sufrir convulsiones
  • Tener diabetes
  • El delirio
  • Algunos medicamentos, como efecto secundario, también pueden provocar desorientación

Otras causas menos comunes son: una inflamación en el cerebro (encefalitis) o en la membrana circundante (meningitis), tener bajo el sodio o el calcio, una infección en la sangre (sepsis) o insuficiencia hepática.

Qué hacer cuando una persona mayor o con demencia se desorienta

Muchos familiares y amigos, cuando se enfrentan a uno de estos episodios en sus mayores, creen erróneamente que han perdido la cabeza o que jamás se recuperarán de su estado.

Sin embargo, en función de cómo abordemos el problema, no necesariamente debemos llegar a un diagnóstico tan negativo. En algunos casos se está frente al inicio de alguna demencia: la demencia y el delirium son los dos trastornos mentales más frecuentes en la población anciana. Hasta un 50% de las demencias tienen un delirium asociado. No obstante, en otros casos se puede conseguir una recuperación total del paciente.

Frente a uno de estos episodios, pues, lo más conveniente es acudir con urgencia al médico. El equipo médico deberá llevar a cabo, entonces, un seguimiento al paciente, así como evitar el riesgo de deshidratación, que puede alterar todos los electrolitos del organismo.

El neurólogo Ángel Berbel, coordinador de la Unidad de Neurogeriatría del madrileño Hospital de la Cruz Roja y coordinador del Grupo de Neurogeriatría de Sociedad Española de Neurología, también ha señalado algunas de las importantes acciones que deben tomarse en el ambiente familiar del paciente, cuando se ha dado el alta hospitalaria:

El papel de la familia es fundamental: tienen que crear un ambiente adecuado que proporcione tranquilidad al enfermo, estimularle suavemente, conviene explicarle, darle conversación y orientarle. El ambiente debe ser relajante pero no con un silencio sepulcral ni una oscuridad total que les desborde la imaginación y propicie las alucinaciones.

Desorientación en los mayores Los ansiolíticos y somníferos son en ocasiones contraproducentes, ya que les pueden agravar la confusión. La persona mayor también debería conocer el día en el que vive, controlando el calendario, teniendo siempre un reloj a la vista.

Para hacer frente a la desorientación relacionada con el tiempo, el primer concepto con el que hay que trabajar es con lo que significa el tiempo. Por ejemplo, si la persona ya no es capaz de entender lo que quiere decir las dos en punto, se le puede hacer referencia a la hora de comer o cuando la lavadora haya acabado o mostrarle un reloj de arena. Algunas personas entienden mejor el paso del tiempo viendo este tipo de relojes, aunque no los hayan utilizado de forma habitual.

Si su duda está relacionada con el día en que se encuentra, quizá sea una buena idea colgar un calendario en la pared y responderle con una sugerencia, como mira el calendario, en el previamente hemos señalado en día en el que estamos.

Si no es capaz de reconocer la estación del año en la que estamos, junto al calendario podríamos poner una pizarra blanca con la hora en la que estamos o el horario con las principales actividades del día. También se podría situar una imagen con la estación del año en la que nos encontramos.

Un ambiente tranquilo con escasos estímulos luminosos y sonoros es lo ideal. En lo posible, no interrumpir el sueño nocturno con medicamentos o tomas de signos vitales. Masajes, música y algunas técnicas de relajación pueden favorecer el estado del paciente.

También es recomendable que salga a la calle y que se relacione con otras personas.

Finalmente, hay que dirigirse a la persona mayor con palabras sencillas y frases cortas y claras, evitando saturarla con demasiada información cada vez. Entre esa información clara que le suministraremos, es importante tranquilizarlo sobre el propio caso de delirium y subrayar que se trata de un evento reversible y no consecuencia de una enfermedad mental.

Para no agravar la angustia y confusión de la persona mayor, no es conveniente que cambie de casa o de estancia con frecuencia, o que sea atendido cada semana por un familiar distinto: en este estado es importante mantener pautas de familiaridad. En caso de no poderse adecuar estas condiciones básicas, una buena opción pueden ser las residencias o los centros de día.

Si la persona conoce las nuevas tecnologías, disponer de un asistente virtual, al que pueda preguntar una y otra vez las mismas dudas podría ser un alivio. Empresas como Amazon, Google, Apple, Samsung o Microsoft, entre otras, tienen asistentes a los que nos podemos dirigir por sus respectivos nombres.

Estos dispositivos se pueden activar con la voz de tu ser querido. El asistente es capaz de reconocer lo que tu familiar pregunta y de proporcionarle la respuesta correcta.

Principales síntomas de la desorientación en adultos mayores

Estos son algunos de los principales síntomas que podemos observar:

  • Si no sabe decirnos en qué lugar, mes o año estamos o no identifica bien la estación o época del año en la que nos encontramos. Además, es habitual que responda con evasivas cuando se le pregunta sobre ello. Por ejemplo, puede decir: “¿Cómo no voy a saber en qué mes estamos? ¡Qué cosas tienes!” o bien: “Es que hoy estoy mareado, no me preguntes más”. De esta forma, trata de ocultar sus olvidos.
  • Si se muestra lenta e insegura cuando tiene que tomar decisiones.
  • Si le cuesta centrar su atención.
  • Si murmura y dice cosas sin sentido.
  • Si no reconoce a personas próximas a su entorno. Por ejemplo, a su marido o esposa o a sus hijos.
  • Si se muestra agitado y enfadado.
  • Si ve cosas que no existen. Este signo no es muy habitual, aunque se puede dar en algunos casos.
  • Si tiene tendencia a vagar, a caminar.

Cómo prevenir la desorientación en personas con demencia

Creando rutinas. A medida que la persona con demencia encuentra cada vez más difícil hacer un seguimiento del tiempo, es útil crear una rutina para que haga siempre lo mismo. De esta manera, se organiza el día con las distintas actividades y el paciente puede entender el paso de las horas en función de las tareas que haga. Una rutina evita que el día parezca una sucesión de sorpresas, en el que no se sabe qué va a pasar en cada momento. Durante el desayuno, también se pueden escribir las actividades de ese día para que el paciente pueda consultarlas cuando olvide cuál es la siguiente tarea.

Adaptarse y mantener un ambiente estable. Es conveniente evitar los cambios y dejar los objetos siempre en el mismo lugar. De esta forma, será más difícil que no sepa dónde están sus cosas. Decorar los cajones y las puertas con letreros que indiquen qué contienen o qué hay detrás. De esta forma, si el paciente se pierde en su propia casa podrá orientarse de nuevo con solo leerlos.

Si la persona sale de casa, asegúrese de que lleva una identificación, en el que incluya su nombre, dirección y número de contacto por si se pierde.

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Miryam Piqueras Bravo

Miryam Piqueras Bravo

Directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores

Contenido revisado por profesionales médicos y especializados de Sanitas Mayores.

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