Escala PAINAD: evaluación del dolor en personas con alzhéimer

18/11/2025
Escala PAINAD: dolor en personas con alzhéimer

Cuidar de una persona con alzhéimer implica adaptarse a cambios constantes y, muchas veces, enfrentarse a situaciones en las que el sufrimiento no se expresa con palabras.

En estos casos, detectar el dolor solo es posible mediante herramientas como la escala PAINAD, utilizada por médicos y expertos en demencias para valorar el sufrimiento callado de los pacientes con alzhéimer y poder abordarlo.

A lo largo de este contenido descubrirás qué es la escala PAINAD, cómo funciona y cómo se utiliza tanto en entornos clínicos como en el ámbito residencial.

Te explicaremos también sus beneficios para las personas con alzhéimer y sus cuidadores, y cuáles son sus principales ventajas y limitaciones.

Al final, daremos consejos esenciales para usarla correctamente y superar las barreras que presenta.

¿Qué es la escala PAINAD?

La escala PAINAD (Pain Assessment in Advanced Dementia) es un instrumento observacional diseñado para evaluar el dolor en personas con demencia avanzada, que en su mayoría no pueden expresar verbalmente su malestar.

El sistema se basa en la observación de los signos físicos y conductuales del dolor para asignarles una puntuación numérica que refleje su intensidad.

A día de hoy, se utiliza especialmente en entornos residenciales, donde el dolor infradiagnosticado afecta a entre el 49% y el 83% de los residentes.

Importancia de la escala PAINAD en pacientes con alzhéimer

El deterioro cognitivo progresivo característico del alzhéimer genera una pérdida gradual de las capacidades de comunicación, memoria y razonamiento.

Esta evolución hace que las personas afectadas no puedan expresarse verbalmente y que, en consecuencia, no puedan utilizar las escalas tradicionales de dolor (basadas en un proceso de entrevista).

Esta falta de comunicación no solo dificulta el diagnóstico, también la reevaluación y el seguimiento del tratamiento.

El resultado es que las personas con demencia reciben menos medicación analgésica que aquellas sin deterioro cognitivo, a pesar de experimentar las mismas condiciones dolorosas.

Esta situación genera un círculo vicioso donde el dolor no tratado puede intensificar los síntomas neuropsiquiátricos, reducir la funcionalidad y, en general, empeorar la enfermedad.

Por lo tanto, la importancia de la escala PAINAD es triple: dar voz a quienes ya no pueden expresar su sufrimiento, paliar el dolor y prevenir el empeoramiento o la aparición de conductas disruptivas.

Cómo funciona la escala PAINAD

La escala PAINAD funciona mediante un sistema de puntuación estructurado que evalúa cinco dominios conductuales específicos durante un período de observación de cinco minutos.

Cada dominio se puntúa de 0 a 2 puntos, de forma que la puntuación total resultante oscila entre 0 (sin dolor) y 10 (dolor severo), equivalente a las escalas tradicionales de dolor.

El proceso de evaluación requiere que el observador examine al paciente en diferentes situaciones: en reposo, durante actividades agradables y durante procedimientos que potencialmente generen molestias.

Esta aproximación multi situacional permite obtener una imagen más completa del estado de dolor de la persona, ya que algunas manifestaciones solo aparecen durante el movimiento o la manipulación.

Parámetros evaluados en la escala

La escala PAINAD evalúa cinco componentes fundamentales que reflejan las manifestaciones más comunes del dolor en personas con demencia:

  • Respiración: evalúa los patrones respiratorios como indicador de dolor. Una respiración normal (0 puntos) se caracteriza por ser silenciosa, rítmica y sin esfuerzo. La puntuación de 1 punto corresponde a episodios ocasionales de respiración laboriosa o períodos cortos de hiperventilación. La máxima puntuación (2 puntos) se asigna cuando se observa respiración ruidosa y laboriosa, períodos prolongados de hiperventilación o respiración de Cheyne-Stokes.
  • Vocalización negativa: comprende todas las expresiones verbales o sonoros que indican malestar. La ausencia de vocalizaciones recibe 0 puntos. Los gemidos ocasionales o el habla de bajo nivel con tono de desaprobación se puntúan con 1 punto. Las llamadas de auxilio repetidas, gemidos fuertes o llanto se califican con 2 puntos.
  • Expresión facial: la cara constituye uno de los indicadores más fiables del dolor. Una expresión sonriente o inexpresiva obtiene 0 puntos. Las expresiones de tristeza, miedo o ceño fruncido reciben 1 punto. Las muecas faciales evidentes se puntúan con 2 puntos.
  • Lenguaje corporal: evalúa la postura y movimientos corporales como respuesta al dolor. Un estado relajado corresponde a 0 puntos. La tensión, el caminar inquieto o la inquietud general se puntúan con 1 punto. La rigidez, puños cerrados, rodillas encogidas, movimientos de rechazo o golpes se califican con 2 puntos.
  • Consolabilidad: mide la capacidad de la persona para ser tranquilizada cuando experimenta malestar. Si no necesita consuelo, la puntuación es 0. Si se puede distraer o tranquilizar con voz o contacto físico, recibe 1 punto. La incapacidad total para ser consolada, distraída o tranquilizada obtiene 2 puntos.

Cada parámetro se evalúa de forma independiente, y la suma total determina el nivel de dolor que experimenta la persona.

Interpretación de las puntuaciones

La interpretación de los resultados de la escala PAINAD sigue un sistema gradual que refleja distintos umbrales de dolor:

  • Puntuaciones de 1 a 3 puntos (dolor leve): en este estadio el enfermo requiere de medidas de confort como reposicionamiento o técnicas de distracción no farmacológicas.
  • Puntuaciones de 4 a 6 puntos (dolor moderado): este resultado justifica la administración de analgésicos, acompañados también de medidas de confort.
  • Puntuaciones de 7 a 10 puntos (dolor moderado a severo): aquí se requiere una analgesia más potente, pudiendo valorarse la administración de opioides.

Los estudios han establecido que una puntuación de 2 o superior debe servir como disparador para iniciar un tratamiento de prueba del dolor, mientras que una puntuación de 1 debe alertar sobre la posibilidad de que exista y la necesidad de aplicar la observación atenta.

Aplicación práctica de la escala PAINAD

La escala PAINAD se utiliza en múltiples entornos sanitarios y sociosanitarios que van desde unidades hospitalarias especializadas hasta residencias geriátricas y centros de día, donde se integra en los protocolos de cuidado diario.

Uso en entornos clínicos y residenciales

La escala PAINAD se usa tanto en unidades de geriatría y servicios de urgencias de centros médicos y hospitales, como en residencias.

En los primeros, su finalidad es la detección temprana del dolor en el contexto de procedimientos médicos y evaluaciones rutinarias.

Por ejemplo, es muy útil ajustar la medicación analgésica durante el seguimiento posoperatorio.

Es en el entorno residencial donde la escala tiene mayor utilidad. En estos centros, el personal de enfermería y los auxiliares realizan evaluaciones regulares en momentos en los que es muy habitual que el dolor se manifieste.

De ellos, el del aseo es el que presenta el aumento más alto de prevalencia de dolor, siendo de un 73,5% según datos de la Universidad de Barcelona.

Otros usos que se le da en residencias son:

  • Seguimiento de residentes con patologías crónicas como artritis, fracturas previas o úlceras por presión.
  • Monitorización nocturna en personas que muestran agitación o alteraciones del sueño sin causa aparente.
  • Valoración antes y después de fisioterapia o actividades rehabilitadoras.

Y, sobre todo, es imprescindible para la detección de cambios agudos en el estado de salud.

Beneficios para el cuidado y tratamiento del dolor

Los beneficios de la escala PAINAD para los pacientes como para sus cuidadores y familias.

  • Mejora e incrementa la detección del dolor, sobre todo en casos de demencia que previamente pasaban desapercibidos.
  • Estandariza los estados de dolor, estableciendo un lenguaje común que facilita la comunicación entre profesionales sanitarios.
  • Guía las decisiones terapéuticas, mediante umbrales que correlacionan el grado de dolor con el tipo de abordaje terapéutico.
  • Optimiza la gestión farmacológica del dolor, asignando la medicación según la puntuación obtenida para evitar tanto el sub tratamiento como la sobre medicación.
  • Facilita la comprensión y el seguimiento en el entorno familiar, gracias a que la escala cuantifica y describe de manera tangible el progreso de la enfermedad y sus síntomas.

Gracias a esta aproximación sistemática se reconocen los síntomas de dolor antes y de manera más precisa, facilitando tanto el control en casa como en los entornos clínicos o residenciales.

Ventajas y limitaciones de la escala PAINAD

Como cualquier herramienta clínica, la escala PAINAD presenta muchas ventajas, pero también algunas limitaciones que deben tenerse en cuenta:

Facilidad de uso y rapidez

La simplicidad y rapidez de uso de la escala PAINAD es, sin duda, su principal ventaja.

El que solo haya cinco parámetros a evaluar y que el tiempo de la prueba sea de cinco minutos hace que sea sencillo introducirla en la rutina de cuidado diario sin sobrecargar al personal sanitario.

Además, la formación requerida para utilizar la escala es mínima comparada con otras herramientas de evaluación del dolor.

Precisamente en esta sencillez radica su mayor limitación: la Universitat Autònoma de Barcelona señala que este tipo de escala puede ser insuficiente para captar la complejidad del dolor en fases muy avanzadas del alzhéimer, donde las manifestaciones pueden ser extremadamente sutiles o estar enmascaradas por otros síntomas neuropsiquiátricos.

Aun así, se ha resaltado su utilidad para el seguimiento longitudinal del estado de dolor, ya que el sistema de puntuación numérica permite comparar los resultados previos y posteriores a una intervención terapéutica para, así, valorar su efectividad.

Consideraciones para una correcta evaluación

El inconveniente más importante de la escala PAINAD es su subjetividad, inherente a cualquier otra prueba observacional, pero también la alta influencia que tiene el contexto en que se realiza:

  • Diferentes observadores pueden interpretar de manera distinta los mismos comportamientos.
  • Las puntuaciones pueden variar según el momento del día, la presencia de otros síntomas neuropsiquiátricos, o el grado de familiaridad del evaluador con el paciente.

Además, en pacientes donde hay una superposición sintomática, la escala PAINAD puede no ser suficiente para discernir las causas del dolor.

Y es que los compartimientos relacionados con el dolor pueden deberse a múltiples causas, no solo al proceso demencial.

Es el caso de síntomas como la agitación o la deambulación, que pueden surgir como efectos secundarios de medicamentos. Si esta posibilidad no se tiene en cuenta, parte del abordaje propuesto a partir de los resultados de la escala será erróneo.

En este sentido, la escala PAINAD tampoco permite discriminar entre diferentes tipos de dolor (nociceptivo, neuropático, visceral), ni proporciona información sobre la localización específica del dolor.

Por lo tanto, no sería una herramienta adecuada para el diagnóstico diferencial (descarte de patologías), sino que es necesario realizar pruebas complementarias para obtener un cuadro clínico completo.

Consejos para profesionales y cuidadores

Para superar las limitaciones anteriores, hay una serie de pautas que optimizan la aplicación y la eficacia de la escala PAINAD:

  • Dedica siempre los cinco minutos completos recomendados para la observación y no te apresures; de lo contrario podrías pasar por alto signos importantes.
  • Minimiza las distracciones del entorno y centra tu atención exclusivamente en los comportamientos de la persona.
  • Realiza la evaluación en diferentes momentos del día para obtener una imagen más completa del estado de dolor.
  • Trata de conocer a la persona cuando se encuentra cómoda y sin dolor para tener una línea base que te permita identificar cualquier variación.
  • Ten en cuenta que cada persona con alzhéimer puede expresar el dolor de manera única, influenciada por su personalidad previa, cultura, y experiencias vitales.
  • Comunica los resultados de la evaluación PAINAD a otros miembros del equipo sanitario para garantizar la continuidad del cuidado y evitar que se pierda información importante.
  • Registra tanto las puntuaciones PAINAD iniciales como las obtenidas tras las intervenciones implementadas, para ajustar el plan de cuidados según sea necesario.
  • Participa en programas de formación específicos sobre el uso de la escala PAINAD y actualiza regularmente tus conocimientos sobre el dolor en demencia.
  • Involucra a las familias en el proceso y edúcalas para que sepan reconocer los signos evaluados en la escala y puedan hacer un seguimiento también en casa.

Esto último es imprescindible para que los cuidadores se conviertan en aliados activos en la detección precoz del dolor y, a la vez, sean partícipes del proceso de mejora de su ser querido.

Nuestro principal consejo para ti, cuidador, es el de participar en grupos de apoyo, donde encontrarás personas en tu misma situación y podrás aprender estrategias de cuidado efectivas.

Además, estar informado sobre la enfermedad te prepara para cuidar mejor de tu familiar, y de ti.

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Miryam Piqueras Bravo

Miryam Piqueras Bravo

Directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores.

Doctora en Medicina Familiar y Comunitaria, con más de 13 años de experiencia en atención primaria, medicina socio-sanitaria, supervisión y dirección médica.
Nº de Colegiada: 282858641.

La información facilitada por este medio no puede, en modo alguno, sustituir a un servicio de atención médica directa, así como tampoco debe utilizarse con el fin de establecer un diagnóstico, o elegir un tratamiento en casos particulares. En este servicio no se hará ninguna recomendación, explícita o implícita, sobre fármacos, técnicas, productos, etc... que se citarán únicamente con finalidad informativa. La utilización de este servicio se lleva a cabo bajo la exclusiva responsabilidad de los usuarios.

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