Conoce los medicamentos para el alzhéimer agresivo y cómo actúan

05/09/2025
Medicamentos para el alzhéimer agresivo

En el alzhéimer agresivo, puede llegar un momento en que notes que tus cuidados dejan de funcionar.

Aquí es donde los medicamentos para alzhéimer agresivo cobran especial relevancia, pues ayudan a controlar los síntomas conductuales intensos y devuelven cierta estabilidad al entorno familiar.

Si todavía no sabes de qué sintomatología hablamos, en este artículo descubrirás qué caracteriza exactamente al alzhéimer agresivo y cuáles los principales medicamentos utilizados en estos casos.

¿Qué es el alzhéimer agresivo y cómo se manifiesta?

El término «alzhéimer agresivo» describe dos realidades clínicas que, a menudo, se solapan.

Por un lado, la de que nos encontramos ante una variante atípica de la enfermedad y que se conoce como alzhéimer de progresión rápida.

En ella, la aparición y la progresión de los síntomas sucede en un periodo de tiempo mucho más corto que en otros tipos de la patología. En consecuencia, y debido al rápido empeoramiento de la salud del paciente, la esperanza de vida suele verse muy reducida.

A esto se le suma, por otro lado, que estamos ante un alzhéimer con patrones de comportamiento muy intensos.

La irritabilidad, la agitación y los episodios de agresividad física o verbal son muy comunes en el 20-50% de las personas que lo padecen, llevándolas a amenazar o incluso agredir a sus seres queridos.

Por todo esto, el alzhéimer agresivo requiere de un abordaje médico completo con medicamentos que apacigüen sus síntomas, y que vamos a ver ahora.

Síntomas más graves y progresión acelerada

El alzhéimer agresivo presenta todos los síntomas de lo que sería su variante habitual, pero ve acentuados algunos de ellos. En concreto, nos referimos a:

  • Pérdida de memoria severa que dificulta reconocer a familiares o recordar hechos recientes.
  • Desorientación frecuente en tiempo y espacio.
  • Aparición de alucinaciones y delirios.
  • Cambios bruscos de humor, irritabilidad y episodios de agresividad.
  • Dificultad para comunicarse y comprender el entorno.
  • Problemas para realizar tareas cotidianas básicas, como vestirse o alimentarse.
  • Demencia por alzhéimer.

Juntos, llevan a la pérdida de autonomía completa de la persona, que sucede bajo el fenómeno de la progresión acelerada.

En ella, el deterioro cognitivo tiene lugar en un período de entre unas semanas o meses y 1-2 años, en lugar de varios años como es habitual.

Además, el grado de dependencia total puede alcanzarse en un plazo de 6 a 12 meses desde el inicio de los síntomas graves, frente a los 3 a 5 años que suele tardar la forma típica en alcanzar ese grado de deterioro.

¿Cuál sería el primer signo de alarma? Sin duda, cualquier cambio brusco de personalidad y comportamiento que no vaya acorde con la personalidad previa del paciente.

En el 55,1% de los casos hay una parición temprana de episodios de agitación y agresividad persistente, siendo el rechazo o resistencia a la ayuda del cuidador una de las primeras actitudes visibles (34,8% de los casos).

¿Qué papel tienen los medicamentos en el tratamiento del alzhéimer agresivo?

Sabemos que no existe una cura definitiva para ninguno de los tipos de alzhéimer, tampoco del agresivo.

Pero los distintos medicamentos que existen logran controlar los síntomas más complejos y frenan su avance para que tanto la persona afectada como quienes la cuidan puedan disponer de cierta calidad de vida.

Así, el tratamiento farmacológico tiene tres objetivos principales en el alzhéimer progresivo:

  1. Retrasar el deterioro cognitivo: en concreto, se centran en mantener la memoria y las funciones ejecutivas el mayor tiempo posible.
  2. Controlar los síntomas conductuales: ponen el foco en disminuir las alteraciones de conducta que generan mayor carga.
  3. Mejorar la calidad de vida: contribuyen a que la persona mantenga cierto bienestar y a que no se produzca un agravamiento de su fragilidad.

Una vez que la terapia farmacológica ha conseguido estabilizar las principales manifestaciones violentas de la enfermedad, es posible introducir otras terapias no farmacológicas.

Medicamentos más usados para tratar el alzhéimer agresivo

El abordaje farmacológico del alzhéimer agresivo combina distintos tipos de medicamentos.

Los más comunes son los inhibidores de la colinesterasa y la memantina, que se combinan en los estadios más avanzados:

Inhibidores de la colinesterasa (donepezilo, rivastigmina)

Los inhibidores de la colinesterasa, como el donepezilo y la rivastigmina, son los medicamentos más prescritos cuando la enfermedad se encuentra en las fases leve a moderada.

Mejoran la cognición, disminuyen la agitación y facilitan la realización de actividades diarias, además de ralentizar el deterioro global.

Pueden administrarse por vía oral o en parches (esta forma facilita su uso en personas con dificultades para tragar), y ambos medicamentos suelen ser bien tolerados.

Memantina: mecanismo y beneficios

La memantina es un medicamento indispensable en el caso del alzhéimer en fase severa, porque modula la toxicidad del glutamato, un neurotransmisor que daña las células cerebrales cuando está presente en exceso.

Su mecanismo de funcionamiento es sencillo: cuando el cerebro está dañado por el alzhéimer, se liberan grandes cantidades de glutamato que sobreexcitan las neuronas.

La memantina bloquea selectivamente esta sobre activación manteniendo la función normal del receptor, impidiendo el exceso tóxico que dañaría las neuronas.

Así, consigue estabilizar la conducta en las fases moderadas y graves. Numerosos estudios controlados han demostrado que tiene un efecto clínico sostenido que facilita enormemente el manejo diario del paciente.

Combinación de tratamientos para fases avanzadas

En las fases más avanzadas del alzhéimer agresivo, los especialistas suelen combinar inhibidores de la colinesterasa y memantina.

Normalmente, la persona ya tomaba un inhibidor, pero la agresividad ha crecido y es necesario estabilizarla.

En esta situación, agregar memantina frena mejor el deterioro que iniciar un nuevo tratamiento con otro fármaco, porque se suman los mecanismos de ambas terapias sin exponer a la persona a una gran cantidad de efectos adversos.

El ajuste se hace bajo control médico y se revisa a las seis semanas para adaptarlo a las necesidades concretas de cada paciente, teniendo en cuenta la tolerancia y la evolución de los síntomas.

Medicamentos para los síntomas conductuales del alzhéimer agresivo

Los tratamientos anteriores suelen acompañarse de antipsicóticos y/o antidepresivos y ansiolíticos para regular los síntomas conductuales, tales como agitación, agresividad, ansiedad o depresión.

Son manifestaciones que afectan a la salud mental y emocional de la persona y que es necesario tratar para garantizar su seguridad.

Antipsicóticos: cuándo se recetan y riesgos

Los antipsicóticos se introducen en el abordaje cuando hay manifestaciones importantes de:

  • Delirios y alucinaciones
  • Vociferación y lenguaje soez
  • Agresividad física o verbal
  • Tristeza y llanto acusado
  • Desinhibición sexual
  • Conductas inapropiadas socialmente
  • Caminar errante y seguir a otras personas

Por lo tanto, están reservados para episodios severos que ponen en peligro al paciente o al cuidador y solo durante el tiempo imprescindible.

El motivo es que tienen un riesgo de efectos secundarios importantes, como sedación excesiva, caídas o problemas cardiovasculares que pueden derivar en ictus, sobre todo las primeras semanas.

Entre otros, se recetan risperidona y el haloperidol, este último en crisis agudas muy breves.

Antidepresivos y ansiolíticos en el alzhéimer

Más comunes, y con menores restricciones, son los antidepresivos. Se utilizan para estabilizar el ánimo del paciente y reducir el sufrimiento.

Los más prescritos son los ISRS, como el citalopram y la sertralina, que están exentos de los efectos secundarios más graves de los antipsicóticos. Aun así, el neurólogo revisa la dosis cada seis semanas.

Los ansiolíticos, por su parte, se emplean en episodios puntuales de ansiedad intensa, pero su uso prolongado no se recomienda por el riesgo de dependencia y caídas.

¿Son efectivos los medicamentos en todos los pacientes con alzhéimer?

La efectividad de los medicamentos para el alzhéimer, incluidos los casos agresivos, no es uniforme.

Un estudio observacional en Argentina mostró que solo un 10% de pacientes presentó mejoría significativa en el MMSE de 2 puntos, mientras que un 50% se mantuvo estable y un 39% se deterioró cognitivamente a los 6 meses.

La realidad es que estos porcentajes varían según dos factores, además del tipo de medicamento utilizado: el perfil del paciente y la fase de la enfermedad.

Variabilidad según la fase y el perfil del paciente

La respuesta a los medicamentos para el alzhéimer agresivo varía mucho de una persona a otra, pero sobre todo en función del estadio de la patología:

  • Fase leve-moderada: los inhibidores de la colinesterasa muestran la mayor eficacia.
  • Fase moderada-grave: la memantina y sus beneficios añadidos en síntomas conductuales y funcionales es el tratamiento que mayor respuesta positiva tiene.
  • Fase avanzada: la efectividad de cualquier tratamiento disminuye. En estos casos, los medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas conductuales, pero su impacto en la cognición es limitado.

Además, factores como la edad, la presencia de otras enfermedades y la genética, también influyen en la eficacia del tratamiento.

En general, los pacientes jóvenes (<65 años) y sin otras enfermedades graves responden mejor a los tratamientos, especialmente en fases iniciales.

Pacientes con comorbilidades (diabetes, enfermedades cardiovasculares) tienen una respuesta menor y los efectos secundarios son más frecuentes.

Seguimiento médico y ajustes necesarios

El seguimiento médico en el alzhéimer agresivo es imprescindible para ajustar la medicación según la evolución de los síntomas.

Estos se revisarán cada 3-6 meses una vez establecido el tratamiento estable, con reevaluaciones cada 2-4 semanas tras el inicio o ajustes de medicación.

Estos se realizan si aparecen efectos secundarios, si no se observa beneficio tras un periodo razonable, o si la progresión de la enfermedad lo requiere.

También, si hubiera algún tipo de rechazo o incapacidad del paciente para tomar el tratamiento, lo que supondría una falta de adherencia a la medicación.

Los ajustes habituales consisten en:

  • Cambiar a otro inhibidor de colinesterasa si no se tolera la medicación o hay deterioro funcional
  • Añadir memantina cuando el paciente se deteriora a fase moderada-severa.
  • Interrumpir los medicamentos si no hay cumplimiento, continúa el deterioro, desarrolla comorbilidad terminal o existe elección del paciente/cuidador.

Aunque en estos momentos puedan invadirte decenas de dudas, piensa que la ciencia ha demostrado que la combinación de un plan farmacológico individualizado, supervisión médica estrecha y el acompañamiento empático pueden controlar el alzhéimer agresivo.

Además, recuerda que puedes (y debes) hablar con familiares, amigos o profesionales sobre lo que sientes.

Desde Sanitas aconsejamos participar en grupos de apoyo para cuidadores, pues te ayuda a normalizar tus emociones y a aprender estrategias de otros en tu misma situación.

Consulta nuestros otros consejos para afrontar el cuidado de una persona con alzhéimer, y aprende a cuidar bien. Nosotros también te acompañamos.

Referencias

  1. Blog Fundación Pasqual Maragall. (s.f.). Demencia rápidamente progresiva: qué es y cómo se manifiesta. Fundación Pasqual Maragall. Recuperado el 1 de julio de 2025, de https://blog.fpmaragall.org/demencia-rapidamente-progresiva
  2. CADIME. (s.f.). Algoritmo de tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. Centro Andaluz de Información de Medicamentos. Recuperado el 1 de julio de 2025, de https://www.cadime.es/attachments/article/535/CADIME_ALGORITMO_TRATAMIENTO_ALZHEIMER.pdf
  3. Clínic Barcelona. (s.f.). Tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. Hospital Clínic de Barcelona. Recuperado el 1 de julio de 2025, de https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/alzheimer/tratamiento
  4. Elsevier. (2001). Agitación y agresividad en la demencia tipo Alzheimer. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 36(2), 95-102. Recuperado el 1 de julio de 2025, de https://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-geriatria-gerontologia-124-resumen-agitacion-agresividad-demencia-tipo-alzheimer-S0211139X01747075
  5. Elsevier. (2017). Estudio de registro de las demencias rápidamente progresivas. Neurología Argentina, 9(4), 235-241. Recuperado el 1 de julio de 2025, de https://www.elsevier.es/es-revista-neurologia-argentina-301-articulo-estudio-registro-las-demencias-rapidamente-S1853002817300423
  6. Euskadi.eus. (s.f.). Memantina: informe de evaluación. Gobierno Vasco. Recuperado el 1 de julio de 2025, de https://www.euskadi.eus/contenidos/informacion/medicamentos_atencion_primaria/es_def/adjuntos/M/memantina/memantina_informe.pdf
  7. Fundación Caser. (s.f.). Agresividad en la demencia: causas y cómo actuar. Fundación Caser. Recuperado el 1 de julio de 2025, de https://www.fundacioncaser.org/actualidad/te-acompanamos/agresividad-demencia
  8. GPnotebook. (s.f.). Guía NICE: inhibidores de la colinesterasa y memantina para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. GPnotebook. Recuperado el 1 de julio de 2025, de https://gpnotebook.com/es/pages/psiquiatria/guia-nice-inhibidores-de-la-colinesterasa-donepezilo-galantamina-rivastigmina-y-memantina-para-el-tratamiento-de-la-enfermedad-de-alzheimer
  9. Helping Hands Home Care. (s.f.). Rapidly progressive dementia: things to know. Recuperado el 1 de julio de 2025, de https://www.helpinghandshomecare.co.uk/care-advice/rapidly-progressive-dementia-things-to-know/
  10. Mayo Clinic. (s.f.). Etapas del alzhéimer. Mayo Clinic. Recuperado el 1 de julio de 2025, de https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/alzheimers-disease/in-depth/alzheimers-stages/art-20048448
  11. Martín Carrasco, M. (2022). Manejo farmacológico de los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia. Ponencia 63 Congreso SEFH. Recuperado el 1 de julio de 2025, de https://www.sefh.es/eventos/63congreso/ponencias/manuel-martin-carrasco.pdf
  12. Servicio Andaluz de Salud. (2019). Protocolo de uso de antipsicóticos en demencia. Junta de Andalucía. Recuperado el 1 de julio de 2025, de https://www.sspa.juntadeandalucia.es/servicioandaluzdesalud/sites/default/files/sincfiles/wsas-media-mediafile_sasdocumento/2019/protocolo_antipsicoticos_demencia_aprobado_ccoaft_22022018_0.pdf
  13. SIIC Salud. (s.f.). Tratamiento farmacológico de la enfermedad de Alzheimer: eficacia y seguridad. SIIC Salud. Recuperado el 1 de julio de 2025, de https://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/157554
Miryam Piqueras Bravo

Miryam Piqueras Bravo

Directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores

Contenido revisado por profesionales médicos y especializados de Sanitas Mayores.

La información facilitada por este medio no puede, en modo alguno, sustituir a un servicio de atención médica directa, así como tampoco debe utilizarse con el fin de establecer un diagnóstico, o elegir un tratamiento en casos particulares. En este servicio no se hará ninguna recomendación, explícita o implícita, sobre fármacos, técnicas, productos, etc... que se citarán únicamente con finalidad informativa. La utilización de este servicio se lleva a cabo bajo la exclusiva responsabilidad de los usuarios.

En este servicio no se hará ninguna recomendación, explícita o implícita, sobre fármacos, técnicas, productos, etc... que se citarán únicamente con finalidad informativa. La utilización de este servicio se lleva a cabo bajo la exclusiva responsabilidad de los usuarios.

La utilización de este servicio se lleva a cabo bajo la exclusiva responsabilidad de los usuarios.

Contar con la confianza de Sanitas al mejor precio
Conoce nuestros servicios para mayores
  • Residencias con equipo experto y actividades adaptadas.
  • Centros de día con horarios flexibles.
  • Cuidados a domicilio: cuidador, médico, fisioterapia, neuropsicología, etc.
Llama gratis Te llamamos