Osteomalacia: causas, síntomas y tratamiento integral

04/09/2025
Cómo tratar la osteoporosis y la osteomalacia

La osteomalacia es una afección ósea poco conocida pero con gran impacto en la salud de las personas mayores. Se caracteriza por el reblandecimiento de los huesos debido a una alteración en su mineralización, especialmente por déficit de vitamina D. Esta patología puede generar debilidad muscular, dolor persistente y fracturas, afectando la movilidad y calidad de vida.

En este artículo explicamos qué la provoca, en qué se diferencia de la osteoporosis y cómo puede tratarse eficazmente.

¿Qué es la osteomalacia?

La osteomalacia es una enfermedad del sistema esquelético que se produce cuando los huesos no se mineralizan adecuadamente, es decir, no acumulan suficiente calcio y fósforo para mantenerse duros y resistentes. A diferencia de la osteoporosis, donde hay pérdida de masa ósea, en la osteomalacia la matriz del hueso está presente, pero su estructura es débil porque carece del contenido mineral necesario.

¿A qué edad es más frecuente la osteomalacia?

Aunque puede aparecer en cualquier etapa de la vida, la osteomalacia es más común en adultos mayores, especialmente en mujeres posmenopáusicas o personas con problemas de absorción intestinal, enfermedades renales crónicas o con exposición solar limitada.

Causas principales de la osteomalacia

Las principales causas incluyen:

  • Déficit de vitamina D, por dieta insuficiente o poca exposición al sol.
     
  • Problemas de absorción intestinal, como enfermedad celíaca o cirugía bariátrica.
     
  • Trastornos renales o hepáticos que interfieren en el metabolismo de la vitamina D.
     
  • Uso prolongado de medicamentos como anticonvulsivos o antiácidos con aluminio.
     

Diferencias entre osteomalacia y osteoporosis

Aunque la osteomalacia y la osteoporosis afectan a la estructura ósea y están asociadas a la edad avanzada, no son la misma enfermedad. La diferencia principal radica en el proceso fisiopatológico que origina la debilidad del hueso.

En la osteoporosis, el problema radica en la pérdida de masa ósea: los huesos se vuelven más porosos y frágiles porque el cuerpo reabsorbe más tejido óseo del que forma. Esto incrementa el riesgo de fracturas, especialmente en la cadera, las vértebras y la muñeca. Es una enfermedad que progresa silenciosamente y, con frecuencia, no se detecta hasta que se produce una fractura.

Por el contrario, en la osteomalacia, el hueso mantiene su estructura pero está mal mineralizado, es decir, carece de suficiente calcio o fósforo, lo que lo vuelve blando y menos resistente. Esta condición suele provocar dolores óseos difusos y debilidad muscular, sobre todo en caderas, piernas y parte baja de la espalda, incluso antes de que ocurran fracturas.

Además, la osteomalacia puede provocar deformidades óseas visibles y dificultades de movilidad desde fases iniciales, mientras que la osteoporosis puede pasar desapercibida durante años.

  • Osteoporosis: pérdida de densidad y masa ósea → hueso frágil y poroso.
     
  • Osteomalacia: defecto en la mineralización del hueso ya formado → hueso blando y doloroso.
     

Ambas condiciones requieren diagnóstico y tratamiento médico, pero es importante distinguirlas para aplicar el enfoque terapéutico adecuado.

Síntomas de la osteomalacia

La evolución de esta patología es progresiva, y muchos de sus síntomas pueden confundirse con otras dolencias del aparato locomotor, por eso es importante reconocerlos.

Dolor óseo generalizado

El síntoma más común es un dolor profundo y difuso, que se localiza sobre todo en la cadera, la parte baja de la espalda, los muslos y las costillas. Aumenta al caminar o estar de pie y mejora con el descanso.

Debilidad muscular y fatiga

Se observa una debilidad muscular proximal, especialmente en caderas y hombros. Las personas afectadas pueden tener dificultad para subir escaleras, levantarse de una silla o caminar largas distancias, generando también sensación de fatiga.

Fracturas o deformidades óseas

Con el tiempo, pueden aparecer fracturas por estrés o deformidades óseas, como curvaturas en las piernas (genu varo o valgo), especialmente si la enfermedad no se diagnostica ni trata a tiempo.

Tratamiento de la osteomalacia

El abordaje médico de la osteomalacia debe ser individualizado y centrado en corregir las causas subyacentes, aliviar los síntomas y recuperar la resistencia ósea.

Suplementación de vitamina D y calcio

La base del tratamiento es la administración de vitamina D, ya sea en forma de colecalciferol o ergocalciferol, según el caso. También se suele añadir calcio oral si hay deficiencia. Esta combinación permite restaurar la mineralización del hueso.

Corrección de causas subyacentes

Es fundamental tratar el origen del déficit de vitamina D. Por ejemplo, si hay enfermedad celíaca, debe establecerse una dieta sin gluten; si hay problemas renales, puede requerirse un tratamiento especializado con nefrología.

Rol del ejercicio controlado

Una parte esencial de la recuperación incluye la fisioterapia y el ejercicio adaptado, que ayuda a mejorar la fuerza muscular, el equilibrio y la movilidad. Actividades suaves como la marcha, el tai chi o la hidroterapia favorecen la recuperación sin sobrecargar los huesos.

En el enfoque terapéutico, además, se pueden incorporar cuidados de enfermería, centrados en la prevención de caídas, vigilancia del cumplimiento farmacológico, apoyo emocional y seguimiento del estado nutricional.

En Sanitas Mayores, contamos con profesionales expertos en cuidados geriátricos y programas terapéuticos que incluyen fisioterapia personalizada y seguimiento médico especializado para personas con enfermedades óseas como la osteomalacia o la osteoporosis. Consulta nuestros centros residenciales o de día más cercanos para saber cómo podemos ayudarte a mejorar tu calidad de vida.

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Este contenido ha sido escrito por médicos especializados de los centros y Hospitales de Sanitas.

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