El ejercicio físico y una dieta equilibrada son la mejor garantía de un buen estado físico y mental.
La importancia del ejercicio físico sobre la alimentación se podría resumir de la siguiente forma:
1.- Problema sanitario de la obesidad:
La causa subyacente es un balance energético positivo, es decir, cuando las calorías consumidas exceden las calorías que se gastan, aumenta el peso. Los hábitos actuales de consumir alimentación muy enriquecida y el sedentarismo fomenta la aparición de la obesidad.
Consecuencias que conlleva:
- Problemas metabólicos (diabetes mellitus, hipertensión arterial).
- Problemas osteoarticulares (artrosis, problemas de columna).
- Problemas respiratorios.
- Problemas cardiovasculares (ateroesclerosis, ictus).
- Problemas psicológicos (descenso de la autoestima)
2.- Beneficios del ejercicio físico:
- Aumento del gasto energético (previene la obesidad).
- Aumento de la sensibilidad al efecto de la insulina (previene la diabetes mellitus).
- Fortalecimiento de músculos y huesos.
- Disminución de la ansiedad que puede provocar el apetito.
- Beneficios psicológicos (mejora la autoestima).
Cambios en la dieta
Cada uno de los cambios que aquí se exponen supone una reducción de 250-300 calorías al día:
- Reducir unos 100 gramos la cantidad de carne que se consume al día.
- Recortar en dos cucharadas soperas el consumo diario de mantequilla, margarina o aceite.
- Beber medio litro menos de bebidas gaseosas azucaradas, así como de cerveza.
- No tomar golosinas, dulces ni frutos secos.
Cambios de actividad física
Cada uno de los cambios que aquí se exponen supone una reducción de 250-300 calorías.
- Caminar a paso moderado durante 60 minutos diarios. Esto puede dividirse en pequeños paseos durante el día.
- Cuidar del jardín o de la huerta durante 50 minutos diario.
- Practicar la natación durante 30 minutos diarios.
- Montar en bicicleta durante 25 minutos diarios.