El deterioro cognitivo se produce al perderse habilidades funcionales concretas del cerebro como consecuencia de la aparición de lesiones en las zonas que las controlan. La sintomatología asociada a este hecho se manifiesta en aspectos muy concretos de la función mental:
- Alteraciones del habla y el lenguaje.
- Pérdida de memoria.
- Alteraciones en la capacidad de percepción.
- Cambios de comportamiento.
- Pérdida de habilidades como el cálculo, el pensamiento abstracto o la capacidad de discernimiento.
En síntesis, puede decirse que esta pérdida de funcionalidad mental se circunscribe a lo que se conoce como áreas cognitivas:
- Memoria: es el proceso por el que la información se codifica (proceso por el que se adquiere la información a través de las diferentes vías sensitivas y se traslada a la corteza cerebral), almacena y recupera (proceso de localización de la información se lleva a la consciencia y se utiliza).
- Pensamiento: se produce por la estimulación simultánea de diferentes áreas del cerebro a través de los sentidos y su interrelación con la información almacenada en la memoria. Cada pensamiento supone la generación de señales sincronizadas en diferentes lugares de la corteza cerebral, el tálamo, el sistema límbico y la formación reticular del tronco del encéfalo.
- Lenguaje: es lo que permite la comunicación entre las personas, permitiendo tanto la generación de mensajes como su comprensión. En realidad es el modo mediante el cual se expresan los pensamientos.