El párkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta, sobre todo, a personas mayores. Aunque no tiene cura, sí existen formas eficaces de mejorar la calidad de vida de una persona con párkinson, especialmente a través del ejercicio, las terapias físicas y el acompañamiento emocional. Saber qué actividades implementar, cómo adaptar el entorno y qué rutinas seguir puede marcar la diferencia en su día a día.
Importancia del ejercicio en el Parkinson
El movimiento es una herramienta poderosa para combatir muchos de los síntomas motores del párkinson. En etapas tempranas y también en fases más avanzadas, el ejercicio físico ayuda a mantener la autonomía, a reducir la rigidez muscular y a mejorar el estado de ánimo. Hablar de párkinson y deporte no es una contradicción; es una oportunidad de vivir mejor con la enfermedad.
Beneficios del deporte para pacientes con Parkinson
El ejercicio regular contribuye a fortalecer los músculos, mejorar el equilibrio y mantener la flexibilidad. Además, aumenta la liberación de dopamina, un neurotransmisor clave en esta enfermedad. Incorporar deporte en la rutina de cuidados del párkinson favorece la coordinación, reduce la lentitud de movimientos (bradicinesia) y mejora la postura.
Muchos profesionales de la salud coinciden en que, al mantenerse activos, los pacientes se sienten más motivados, con mejor autoestima y menos aislados. Por eso, no solo hablamos de movilidad física, sino de salud mental y emocional.
Tipos de ejercicios recomendados para ancianos con Parkinson
Los mejores ejercicios para ancianos con párkinson deben adaptarse al estado funcional de cada persona. No es necesario practicar deporte de alto impacto. Actividades sencillas como caminar a paso suave, hacer estiramientos guiados o practicar movimientos repetitivos ayudan a mantener la movilidad articular.
Del mismo modo, se recomiendan ejercicios aeróbicos de baja intensidad, como la bicicleta estática o la natación. Lo importante es la regularidad y que la actividad esté supervisada, al menos al inicio, por profesionales.
Ejercicios para mejorar movilidad y equilibrio
El párkinson afecta de manera especial al equilibrio, lo que aumenta el riesgo de caídas. Algunos ejercicios para personas con párkinson están diseñados específicamente para entrenar la estabilidad y la coordinación. Por ejemplo:
- Desplazamientos cortos con cambios de dirección y pausas
- Subidas y bajadas de escalones con apoyo
- Ejercicios en colchoneta para fortalecer la musculatura del core
En centros especializados como los de Sanitas Mayores, estos entrenamientos se integran en programas personalizados que buscan la autonomía y seguridad de cada residente.
Actividades para favorecer el bienestar en personas con Parkinson
Aparte del ejercicio físico, otras actividades desempeñan un papel clave en la calidad de vida de las personas con párkinson. Se trata de terapias y propuestas que estimulan la mente, favorecen la interacción social y ayudan a gestionar las emociones.
Terapias físicas y ocupacionales
La fisioterapia es esencial para conservar la movilidad y evitar el deterioro muscular. Pero también la terapia ocupacional, centrada en actividades de la vida diaria, ayuda a que la persona mantenga su independencia el mayor tiempo posible.
Desde aprender a vestirse con más facilidad hasta entrenar habilidades motoras finas como abrochar botones o escribir, estas terapias son prácticas y están enfocadas en la funcionalidad. Mejorar la calidad de vida con párkinson significa recuperar autonomía poco a poco.
Actividades recreativas y sociales
Las actividades para personas con párkinson no deben limitarse al entorno terapéutico. Participar en talleres de pintura, música, manualidades o incluso juegos de mesa estimula el cerebro y aporta motivación. Además, compartir momentos con otras personas previene el aislamiento y la depresión.
En Sanitas, estos espacios están integrados en la rutina diaria para que el bienestar físico y emocional vayan de la mano.
Técnicas para manejar el estrés y mejorar el ánimo
La ansiedad y los estados depresivos son comunes en personas con párkinson. Por eso es útil incorporar técnicas de relajación, respiración consciente o incluso mindfulness adaptado. Aprender a identificar y gestionar el estrés mejora no solo el estado anímico, sino también el rendimiento físico.
Algunos centros incluyen sesiones de musicoterapia o actividades con animales, que generan un impacto emocional positivo.
Estrategias para mejorar la calidad de vida en personas con Parkinson
Además de las actividades y el ejercicio físico, existen otras estrategias que ayudan a convivir con la enfermedad de forma más cómoda y segura. Pequeños cambios en el entorno o en los hábitos diarios pueden marcar una gran diferencia.
Adaptaciones en el hogar
Evitar obstáculos, instalar barras de apoyo, elegir sillas con respaldo alto o adaptar el baño son medidas que facilitan la movilidad y previenen caídas. Las personas con párkinson tienen más dificultades para iniciar movimientos o reaccionar a cambios bruscos, por lo que el entorno debe ofrecer seguridad y accesibilidad.
Una buena iluminación, suelos antideslizantes y espacios sin alfombras son elementos clave para que el hogar sea un lugar funcional.
Nutrición adecuada y hábitos saludables
Seguir una dieta rica en antioxidantes, fibra, proteínas de calidad y baja en azúcares refinados ayuda a mantener el estado general de salud. Además, es importante mantener una buena hidratación y respetar horarios regulares de comida y descanso.
En algunos casos, el párkinson puede afectar la deglución o causar estreñimiento. Consultar con un nutricionista especializado permite adaptar la dieta a estas necesidades. Como parte del tratamiento global, la alimentación saludable refuerza el trabajo físico y terapéutico.
Apoyo emocional y redes de soporte
El acompañamiento emocional es tan importante como el tratamiento físico. Contar con un entorno cercano, que escuche y comprenda, reduce la carga psicológica de la enfermedad. Asimismo, existen grupos de apoyo en los que se comparten experiencias y se fomenta la empatía.
Los cuidadores, por su parte, también deben sentirse apoyados. En Sanitas Mayores ofrecemos orientación para familiares, terapias grupales y profesionales que acompañan tanto al paciente como a quienes lo cuidan.