En contra de lo que se cree, las personas mayores no duermen menos, sino que en ellas se ha modificado la arquitectura del sueño y tienen una calidad de sueño diferente: el sueño es más ligero y se pueden despertar varias veces durante la noche, generalmente para orinar. Además del envejecimiento del organismo, a ello contribuye el mayor número de enfermedades (crónicas y agudas) que pueden presentarse, los trastornos mentales, los cambios en los hábitos de vida derivados de la jubilación, la medicación (múltiples fármacos) que puedan estar tomando, los problemas familiares, etc.
En este sentido, el insomnio puede ser transitorio, cuando dura menos de una semana; de corta duración, con una duración de una a cuatro semanas; o crónico, si se prolonga más allá de las cuatro semanas.

Causas del insomnio en las personas mayores
El insomnio puede tener diferentes componentes en las personas mayores:
- Horarios de sueño inadecuados: las siestas diurnas (a media mañana o después de comer) pueden hacer que por la noche no tengan sueño. El insomnio también puede verse favorecido por el hecho de que cada día se acuestan y/o se levantan a una hora diferente.
- Orinar por la noche: la necesidad de orinar por la noche es frecuente en las personas mayores, tanto entre los hombres como en las mujeres. Puede ocurrir incluso hasta dos o más veces. Y en ocasiones también tener dificultades para volver a conciliar el sueño, lo que hace que durante el día sientan somnolencia.
- Enfermedades: las molestias propias de enfermedades degenerativas o crónicas (dolor, espasmos, tos, etc.) interrumpen también el sueño.
- Medicamentos: las personas mayores suelen estar polimedicadas, y alguno de los medicamentos puede producir insomnio o alteraciones del sueño.
- Sedentarismo: no hacer ejercicio fomenta el sueño diurno.
- Bebidas excitantes: el café, el té o el alcohol, si se ingieren por la tarde pueden causar la falta de sueño por la noche.
Todos estos factores hacen que el insomnio sea un problema que afecte de forma habitual a las personas mayores, ya sea de una forma leve, aguda o crónica. Hasta el 40% de los mayores de 65 años sufren este problema. En muchos casos bastará con llevar una vida ordenada, pero en otros será necesaria la intervención del médico y la instauración de un tratamiento adecuado.