Medidas eficaces para prevenir úlceras por presión

04/09/2025
úlceras por presión

Las úlceras por presión son lesiones cutáneas que afectan especialmente a las personas mayores encamadas o con movilidad reducida. Aparecen por la presión continua en zonas concretas del cuerpo, dificultando la circulación sanguínea y dañando la piel. Adoptar medidas preventivas es clave para evitar su aparición y favorecer el bienestar de los mayores.

A continuación, te explicamos las medidas más eficaces de prevención de úlceras por presión, así como los cuidados específicos para proteger las prominencias óseas y qué hacer si ya han aparecido.

¿Qué son las úlceras por presión y por qué se producen?

Las úlceras por presión son heridas que surgen en la piel y el tejido subyacente debido a la presión prolongada en una misma zona. Suele afectar a personas encamadas o con movilidad limitada, ya que el peso del cuerpo presiona constantemente ciertas áreas, cortando el flujo sanguíneo y favoreciendo la aparición de estas lesiones.

Principales factores de riesgo de úlceras por presión

Los factores que aumentan el riesgo son diversos:

  • Inmovilidad prolongada.
     
  • Problemas nutricionales.
     
  • Enfermedades crónicas como diabetes o alteraciones vasculares.
     
  • Incontinencia urinaria o fecal.
     
  • Fragilidad de la piel en edades avanzadas.
     

Prominencias óseas y puntos críticos

Las zonas más afectadas son aquellas donde el hueso está más próximo a la piel, conocidas como prominencias óseas. Las áreas críticas incluyen talones, codos, caderas, sacro y omóplatos. La falta de protección en estas zonas incrementa el riesgo de desarrollar úlceras por presión.

Medidas preventivas para evitar úlceras por presión

Aplicar de forma continua una serie de medidas de prevención es clave para reducir el riesgo de aparición de estas lesiones en personas mayores. La prevención empieza con pequeños gestos que, sumados, marcan una gran diferencia en la calidad de vida del mayor.

Cambio de postura regular

El cambio frecuente de postura es una de las acciones más eficaces. Una persona encamada o con movilidad reducida necesita ser movilizada cada 2 o 3 horas como máximo. Esta rutina evita que una misma zona del cuerpo soporte la presión constante del peso corporal, lo que favorece la circulación sanguínea y reduce la posibilidad de daño en la piel. La movilización debe realizarse también durante la noche, adoptando posiciones cómodas pero seguras, que eviten el contacto directo y prolongado de las zonas vulnerables con el colchón. El objetivo es reducir la presión en las zonas más vulnerables.

Protección de prominencias óseas

Las zonas donde los huesos están más cerca de la superficie cutánea, como codos, talones, sacro o caderas, son puntos especialmente delicados. Para su correcta protección, es recomendable utilizar dispositivos como almohadillas o cojines especiales, diseñados para repartir la presión. Estos elementos ayudan a evitar el roce directo y la compresión continua. Además, se pueden usar mantas suaves enrolladas o protectores entre las piernas y bajo los talones, según la necesidad de cada paciente.

Una buena práctica es la inspección visual diaria de estas zonas. Observar si la piel presenta enrojecimientos, endurecimientos o cualquier señal de alerta permite actuar a tiempo antes de que la úlcera evolucione.

Alimentación y estado nutricional

El estado nutricional influye directamente en la salud de la piel. Es importante asegurar:

  • Un aporte adecuado de proteínas, vitaminas y minerales.
     
  • Una correcta hidratación, tanto a través de líquidos como de alimentos ricos en agua.
     
  • En casos de desnutrición o bajo peso, valorar el uso de suplementos nutricionales bajo supervisión médica.

Higiene y observación diaria

Mantener una piel limpia y seca es imprescindible. Las rutinas de higiene deben realizarse cada día, utilizando productos suaves que respeten la barrera cutánea. Tras el lavado, es aconsejable secar con suavidad, evitando frotar, sobre todo en las zonas de pliegues o áreas sensibles. La aplicación de cremas hidratantes específicas ayuda a mantener la elasticidad y la protección natural de la piel.

No menos importante es la observación diaria del estado cutáneo. Revisar el cuerpo del mayor durante el aseo permite detectar cualquier pequeña alteración que pueda ser el inicio de una úlcera. En ese momento, actuar de forma rápida marcará la diferencia.

Protección de prominencias óseas en personas encamadas

Cuando la persona pasa la mayor parte del tiempo en cama, extremar las precauciones sobre las prominencias óseas es clave.

Cómo identificar zonas de riesgo de úlceras por presión

Las zonas de riesgo incluyen:

  • Región sacra y glúteos.
     
  • Talones.
     
  • Codos.
     
  • Omóplatos.
     
  • Tobillos.
     

Estas áreas deben revisarse cada día, buscando signos como enrojecimiento, cambios de temperatura o heridas incipientes.

Dispositivos y almohadillas de descarga

Para reducir la presión sobre estas zonas:

  • Utiliza colchones antiescaras que reparten el peso corporal.
     
  • Coloca cojines especiales en talones y codos.
     
  • Usa posicionadores para elevar ligeramente las extremidades y evitar el contacto prolongado con la superficie de apoyo.
     

Estos dispositivos ayudan a disminuir el riesgo de úlceras por presión, ofreciendo protección constante a las zonas críticas.

Cuidados de las úlceras por presión

Si ya han aparecido lesiones, los cuidados de úlceras por presión deben adaptarse al grado de dependencia de la persona y al estado de las heridas.

Cuidados en personas semidependientes

En pacientes con cierta autonomía:

  • Enseñar la importancia de cambiar de postura con ayuda del personal sanitario o familiares.
     
  • Fomentar una alimentación adecuada y una buena hidratación.
     
  • Aplicar apósitos indicados por profesionales sanitarios en las zonas lesionadas.
     
  • Realizar curas específicas siguiendo siempre las indicaciones médicas.
     

Cuidados en pacientes inmovilizados

En personas totalmente dependientes:

  • Realizar cambios posturales cada 2 o 3 horas.
     
  • Usar colchones y almohadillas de descarga de forma continuada.
     
  • Revisar la piel al menos una vez al día.
     
  • Seguir estrictamente el protocolo de curas recomendado por el equipo sanitario.
     
  • Mantener una higiene rigurosa para prevenir infecciones.
     

En ambos casos, es fundamental evitar remedios caseros y siempre consultar a profesionales especializados en el tratamiento de estas lesiones.

Implementar estas medidas de prevención de úlceras por presión es esencial para mejorar el bienestar de las personas mayores. En Sanitas, contamos con profesionales especializados en el cuidado de la piel y la protección de las prominencias óseas, así como en el manejo adecuado de las úlceras por presión en centros residenciales, centros de día y atención a domicilio.

Miryam Piqueras Bravo

Miryam Piqueras Bravo

Directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores

Contenido revisado por profesionales médicos y especializados de Sanitas Mayores.

La información facilitada por este medio no puede, en modo alguno, sustituir a un servicio de atención médica directa, así como tampoco debe utilizarse con el fin de establecer un diagnóstico, o elegir un tratamiento en casos particulares. En este servicio no se hará ninguna recomendación, explícita o implícita, sobre fármacos, técnicas, productos, etc... que se citarán únicamente con finalidad informativa. La utilización de este servicio se lleva a cabo bajo la exclusiva responsabilidad de los usuarios.

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