Por fin están aquí las vacaciones de verano que, ineludiblemente, nos llevarán en algún momento a darnos un plácido baño para aliviar el calor estival. Pero, previamente a zambullirnos en las piscinas, enfrentarnos a las olas o disfrutar de un chapuzón en pleno campo, es básico informarse sobre cómo darse un baño sin correr riesgos innecesarios, sobre todo, si en nuestro grupo hay niños.
Recientes informes revelan que las piscinas privadas, los ríos, los lagos y las pozas son los lugares en los que se producen ahogamientos infantiles con mayor frecuencia. No en vano, los ahogamientos son una de las principales causas de fallecimiento accidental entre los más pequeños de la casa.
Puede resultar sorprendente pero los lugares más seguros donde bañarse son la playa y las piscinas públicas. Esto es resultado de la amplia campaña de concienciación llevada a cabo en los últimos años y a la presencia de socorristas profesionales."Los accidentes acuáticos se producen en milésimas de segundos, provocando el hundimiento del bebé. Cuando esto ocurre el cuerpo se sumerge de cabeza y el bebé pierde la orientación, por lo que no logra llegar a la superficie"
Edades de mayor riesgo según lugares de recreo
Cuanto más pequeños, mayor riesgo
Los niños menores de cinco años de edad muestran una especial curiosidad con respecto al agua y tienden a "investigarla", independientemente de si un adulto está presente o no. Basta con diez centímetros de agua para que un bebé pueda ahogarse.
Los accidentes acuáticos se producen en milésimas de segundos, provocando el hundimiento del bebé. Cuando esto ocurre el cuerpo se sumerge de cabeza y el bebé pierde la orientación, por lo que no logra llegar a la superficie.
Dos cuestiones son básicas para evitar este tipo de situaciones: la permanente atención de los padres o personas responsables de los niños en las zonas de baño, y la familiarización de los niños con el medio acuático a través de clases de natación.
A este respecto hay que prestar especial atención a las reuniones familiares o de amigos que se producen en torno a una piscina privada. En estas ocasiones es más probable que los padres se relajen en su vigilancia, o bien, se confíen en que es el cónyuge el que está atento a los niños.
Para evitar situaciones desagradables, lo mejor es acordar previamente quién o quiénes del grupo se van a encargar de prestar atención a los más pequeños mientras juegan.
Prevención doméstica
- Localizar en la casa de veraneo cubos o contenedores que puedan haber acumulado agua de lluvia y asegurarse de vaciarlos y ponerlos bocabajo.
- Vaciar las piscinas infantiles al final del día.
- Asegurarse que la piscina está siempre supervisada por un adulto.
- No dejar juguetes flotando en la piscina mientras no haya nadie en ella pues cogerlos podría resultar una tentación muy peligrosa para los niños.
- Aprender primeros auxilios para saber qué hacer en caso de una emergencia.
Lagos, ríos y pozas
Cuando los niños crecen y tienen entre 8 y 10 años, el mayor peligro se encuentra en los ríos y lagos. A esta edad, los niños son más responsables y pretenden que se les deje salir a jugar con sus amigos. Un error que cometen frecuentemente es pensar que, porque son buenos nadadores, pueden enfrentarse a cualquier situación.
Sin embargo, bañarse en las frías aguas de río puede conllevar peligros subacuáticos. Los expertos resaltan que si aprender a nadar puede ayudar a los niños a salir airosos situaciones de peligro, no es en absoluto una garantía definitiva de seguridad, lo que alude a la responsabilidad y a la concienciación en la prevención de accidentes.
No te confíes:
- No pienses que un río o un lago al parecer más calmados que, por ejemplo, el mar son lugares seguros. Las corrientes subacuáticas pueden ser mucho más fuertes de lo que crees y, además, no pueden ser vistas desde la superficie.
- Presta atención a las señales de peligro, están allí por alguna (una) razón. No intentes acceder a ninguna zona que esté marcada como peligrosa.
- Asegúrate de que los niños son vigilados por un adulto que sepa nadar.
Básico para disfrutar de un baño seguro
A continuación te presentamos una serie de acciones que no debes olvidar y otras que debes evitar a la hora de disfrutar de un baño.
No olvides:
- Esperar para bañarte al menos una hora tras el almuerzo.
- Ir a nadar con un amigo.
- Tener cuidado con los juguetes hinchables (particularmente en el mar, donde el viento puede ser a veces fuerte).
- Salir del agua si sientes frío.
- Prestar atención a las banderas y señalizaciones.
- Obedecer las instrucciones de los socorristas.
- No correr por el borde de la piscina; ve caminando y evita correr pues podrías resbalarte fácilmente y lesionarte, o bien, caer en la zona profunda.
- Mantenerte atento siempre que haya niños pequeños.
Evita:
- Nadar cerca de rocas o embarcaderos.
- Zambullirte en aguas poco profundas (podrías lesionarte gravemente la columna vertebral).
- Gritar, chillar o alborotar en la piscina, podrías distraer la atención ante una emergencia real.
Redactado por Bupa.com. Adaptado y traducido porwww.sanitas.es bajo la supervisión médica del Dr. Ignacio Orive.