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Expertos en Ictus

Ponemos a tu disposición a nuestros mejores expertos en ictus para ayudar a tu ser querido a superar las secuelas sufridas y para que pueda reincorporarse a la vida cotidiana con la mayor normalidad posible.

¿Qué es un ictus cerebral?

Entendemos ictus o accidente cerebrovascular (ACV) como un trastorno de la circulación cerebral que altera una parte del cerebro y su inicio puede ser súbito o gradual. Afecta cada año alrededor de unas 120.000 personas en España, de los cuales 80.000 fallecerán o quedarán con una discapacidad de por vida.

Si la circulación cerebral se restablece pronto y el ictus tiene una evolución menor de 2 horas (AIT), hablamos de accidente isquémico transitorio y, en este caso, lo normal es que la capacidad funcional se recupera por completo. Las consecuencias son que, debido al ictus, parte del cerebro no consigue el flujo de sangre, oxígeno y glucosa, que necesita, provocando lesiones temporales o permanentes.

Los síntomas pueden tardar varias horas en desarrollarse y este tiempo, denominado ventana terapéutica, es un momento clave para evitar o minimizar el daño cerebral.

Síntomas del ictus cerebral

En general, los ictus son de inicio súbito y de rápido desarrollo, hablaremos de ictus establecido cuando aparece una lesión cerebral. En algunas ocasiones, un ictus puede ir empeorando a lo largo de horas, incluso durante uno o dos días, a medida que se va necrosando (afectando) un área cada vez mayor de tejido cerebral (ictus en evolución). Es por ello, que el tiempo es fundamental en el ictus. Percibir sus síntomas y actuar cuanto antes, es básico para asegurar la máxima recuperación del mismo.
Debemos tener claros cuáles son los síntomas del ictus cerebral:

¿Cómo saber si alguien está sufriendo un ictus?

Tipos de accidente cerebrovascular

Existen dos tipos de accidente cerebrovascular:

  • Ictus isquémico: este tipo de diagnóstico del ictus representa cerca del 85% de los casos. Se debe a la obstrucción de una arteria cerebral. Debido a este bajo flujo de sangre, se pueden producir infartos cerebrales irreversibles. En otros casos, el accidente es pasajero y hablamos de Ataque Isquémico Transitorio o AIT. Sus consecuencias en el cerebro suelen ser catastróficas, y los síntomas producidos muy incapacitantes. Destacan los 3 siguientes:
    • Ictus trombótico, aterotrombótico o trombosis cerebral: se trata de un ictus isquémico. El paso de la sangre a una parte del cerebro es bloqueado por un coágulo de sangre (trombo), formado en la pared de un vaso importante.
    • Ictus embólico o embolia cerebral: el ictus es causado por un coágulo, en este caso llamado émbolo. Este diagnóstico del ictus se caracteriza porque el coágulo se forma lejos del lugar de la obstrucción. Normalmente, en el corazón.
    • Ictus hemodinámico: es el ictus isquémico más frecuente. Con el descenso de la presión sanguínea hay un déficit de riego que ocasiona el accidente. Puede deberse a paradas cardíacas, arritmias graves o a situaciones de hipotensión arterial graves y mantenidas.
       
  • Ictus hemorrágico: también denominado hemorragia cerebral, este tipo de ictus se debe a la rotura de una arteria y al posterior derrame de la sangre en el cerebro. Se produce una falta de riego consecuente en una parte del cerebro, además de una compresión de estructuras del sistema nervioso central. Generalmente, se debe a la hipertensión arterial, al consumo de alcohol, a determinadas enfermedades de la sangre, al uso de fármacos anticoagulantes o al consumo de drogas. El 15% de los casos pertenecen a esta tipología.
    • Hemorragia intracerebral: se trata del ictus hemorrágico más frecuente y de gran peligro. El diagnóstico de este ictus se debe a la rotura de una arteria cerebral profunda y la hemorragia que ocasiona. La sangre presiona y daña el tejido, afectando todo el encéfalo.
    • Hemorragia subaracnoidea: este tipo de ictus se produce entre la superficie del cerebro y la parte interna del cráneo. Su causa más frecuente es la rotura de un aneurisma arterial. Los aneurismas son malformaciones en las paredes de las arterias, por las que adoptan forma de saco o globo.

Diagnóstico del ictus

Rehabilitación tras el ictus

La recuperación tras el ictus tiene una evolución poco predecible y casi nunca es absoluta, pero se pueden hacer importantes progresos si se hace bien desde el principio. Una rehabilitación precoz es la mejor manera de asegurar el máximo de recuperación y la evaluación previa de las áreas afectadas, permitirá decidir mejor la rehabilitación a escoger.

  • Terapia física: la terapia física es uno de los métodos que se emplean para la rehabilitación tras el ictus. Consiste en la recuperación total o parcial de capacidades como tenerse en pie, caminar, mantener el equilibrio o prevenir las caídas. Este tipo de rehabilitación es muy importante, pero sobre todo en aquellos mayores que eran autónomos de manera previa al accidente.
  • Terapia ocupacional: otro de los métodos de rehabilitación del ictus consiste en la terapia ocupacional. Es importante que el mayor se reeduque en las actividades de la vida diaria, que ejercite la movilización y que vuelva a adaptarse al entorno.
  • Logopedia: las dificultades en el lenguaje también son un efecto habitual tras un ictus. Estas se pueden manifestar mediante la imposibilidad de entender o emitir ningún lenguaje adecuado (afasia), con los problemas para articular las palabras (disartria) o mediante el mutismo absoluto. Recuperar el lenguaje y las herramientas de comunicación es otro punto necesario para la rehabilitación tras el ictus. En estos casos, el logopeda se encargará de rehabilitar estas dificultades en la medida en la que sea posible.
  • Disfagia: aunque no siempre es una secuela, existe la posibilidad de que se presenten problemas para tragar después del ictus. Si es el caso, se debe modificar la dieta del enfermo y seguir técnicas de alimentación seguras para evitar la desnutrición, la deshidratación o la broncoaspiración. En algunos casos más complejos es necesario recurrir a la alimentación mediante sonda, muchas veces de manera temporal.

Tiempo de rehabilitación tras un ictus:

  • 3 - 6 meses de readaptación: los 3-6 primeros meses son los más importantes para la rehabilitación del ictus. El mayor puede recuperar la mayor parte de los movimientos voluntarios durante los 6 primeros meses de recuperación.
  • Hasta 2 años de mejoras: los pacientes de ictus pueden seguir mejorando pasados los 6 primeros meses. Facultades como el lenguaje, el equilibrio y otras tareas rutinarias pueden seguir mejorando hasta los 2 años.
  • Enfoque multidisciplinar: los programas de rehabilitación del ictus implican a un amplio equipo médico (por la cantidad de áreas que se ven afectadas en el accidente), así como a los familiares, cuidadores y a la propia persona afectada.

Tratamiento del ictus

Prevención del ictus

El mejor tratamiento para el ictus es la prevención. Los hábitos de vida influyen en buena parte a la hora de producirse un accidente cerebrovascular, por ello, una rutina de vida saludable es esencial para evitar este problema, una buena alimentación o el ejercicio podrían ser el mejor tratamiento para prevenir el ictus.

  • Dieta equilibrada: para que nuestra dieta sea realmente un tratamiento para el ictus, debe ser variada y saludable. Además, debemos evitar aumentos del colesterol malo (LDL) Con ello también se reducen las posibilidades de obesidad, una factor de riesgo importante para poder desarrollar un ictus.
  • Ejercicio diario y moderado: otra manera de prevenir el ictus es la actividad física. La falta de ejercicio y el sedentarismo pueden ocasionar muchos problemas que, en conjunto, pueden convertirse en motivo de ictus.
  • Evitar fumar: tanto fumar como exponerse al humo del tabaco de forma pasiva aumentan las posibilidades de sufrir un ictus. El tratamiento preventivo del ictus incluye evitar el tabaco.
  • Disminuir el consumo de alcohol: es importante hacer un consumo responsable y moderado de alcohol Controlar la tensión: un control de la tensión arterial es fundamental para prevenir y evitar recaídas en los ictus. Es muy importante seguir las recomendaciones médicas para un control efectivo.

Cuidados centrados en la persona

Las enfermedades cerebrovasculares, como el ictus, son la tercera causa de muerte en el mundo occidental y la primera causa de invalidez entre los adultos. En Sanitas Mayores, ponemos a tu disposición a nuestros mejores profesionales y la atención más especializada para garantizar una rehabilitación rápida y efectiva tras sufrir el accidente cerebrovascular y que el mayor pueda reincorporarse a la vida cotidiana con la mayor normalidad posible.
La rehabilitación del mayor con ictus, puede realizarse bien en centro residencial, acudiendo a un centro de día, o en el propio domicilio gracias al Programa de Cuidados En casa contigo (con este programa podrás contar con formación especializada basada en los protocolos de Sanitas, además de servicios específicos para el apoyo y cuidado del mayor en su propio domicilio como cuidadores de mayores, acompañamiento en el domicilio, o fisioterapeutas expertos en mayores entre otros). Te ofrecemos:

Ayuda en el domicilio

Consejos para la vida diaria en casa después del Ictus