meningitis
En el 80% de los casos se trata de una infección vírica y son los de mejor pronóstico. Aproximadamente el 15% están causadas por una bacteria, y están consideradas como las más graves. Las restantes pueden tener su origen en intoxicaciones, infecciones por hongos, la de toma de algún medicamento, o la existencia de otras enfermedades.
La progresión de la meningitis es muy rápida, por lo que es fundamental establecer un diagnóstico precoz e iniciar el tratamiento lo antes posible.
- Meningitis víricas: entre los virus más frecuentes que pueden originar una meningitis están los mismos que causan la gripe, la varicela, el herpes simple, las paperas o el sarampión. En la mayoría de los casos se curan solas y no dejan secuelas.
- Meningitis bacterianas: en la actualidad, el calendario vacunal contempla la administración de vacunas que inmunizan frente a alguna de las bacterias susceptibles de causar una meningitis. Éste es el caso de la vacuna antimeningocócica conjugada, que protege frente a cuatro tipos de meningococo. También se dispone de una vacuna frente a la bacteria Haemophilus influenzae tipo b (Hib), que era la más frecuente entre los niños. Ambas son eficaces y han logrado disminuir de forma considerable la incidencia de estos tipos de meningitis. Pero hay otra bacteria el Streptocous neumoniae, que también puede causar esta enfermedad y que es especialmente peligrosa en los recién nacidos. para esta última bacteria también se dispone de una vacuna, si bien está indicada para personas de edad avanzada.
Cualquier persona puede sufrir una meningitis, aun cuando se produce con mayor frecuencia en niños, adolescentes y personas inmunodeprimidas. Los síntomas más destacados son los siguientes:
- Dolor de cabeza.
- Rigidez en la nuca.
- Fiebre.
- No tolerar la luz o los sonidos fuertes.
- Pérdida de la consciencia.
- Erupciones en la piel.
No obstante, para el establecimiento del diagnóstico de la meningitis es necesario realizar una punción lumbar para obtener una muestra de líquido cefalorraquídeo y poder así identificar el agente patógeno que ha causado la infección.
Algunos tipos de meningitis, especialmente las de origen bacteriano, pueden ocasionar secuelas graves:
- Hidrocefalia.
- Sordera.
- Retraso mental.
- Epilepsia.
- También puede provocar la muerte.
La meningitis suele requerir la hospitalización del paciente. Iniciar el tratamiento lo antes posible es muy importante a la hora de evitar el agravamiento de la infección y las posibles consecuencias físicas o mentales. El tratamiento se basa en el uso de antivirales o antibióticos específicos, dependiendo siempre de cuál sea el microorganismo que haya causado la meningitis. También se recurre a los corticoesteroides para reducir la inflamación de las meninges.