La clavícula es un hueso que une el omoplato con el esternón y sobre ella hay muchas inserciones músculos y ligamentos, por lo que resulta bastante vulnerable a la aplicación brusca de fuerzas externas, especialmente si se tiene en cuenta que se ubica directamente bajo la piel.
La fractura de clavícula es cada vez más frecuente entre las personas de edad avanzada, concretamente en hombres mayores de 55 años y mujeres mayores de 75 años. En esta franja etaria la causal más habitual es la de una caída en la que el hombro impacta directamente contra el suelo o si se trata de frenar el golpe con la mano y el brazo extendido. Y es por ésta la razón por la que la afectación más frecuente de la fractura es la del tercio distal –el más cercano al hombro– aunque también se puede ver afectado el tercio medio, que al pocas inserciones musculares es el que resulta más débil.
A parte del dolor agudo que produce cualquier fractura, en el caso de la clavícula el músculo esternocleidomastoideo tira hacia arriba de la parte medial, mientras que la otra parte del hueso cae hacia abajo, ya que el trapecio no es capaz de sostenerlo. Como consecuencia, el brazo queda caído junto al cuerpo y se aprecia una clara deformidad en el lugar donde se ha producido la fractura.
Por otra parte, hay que considerar posibilidad de quela clavícula se fracture por varios sitios e incluso que no sea limpia y produzca algún fragmento óseo que pueda desplazarse empujado por los músculos aductores del brazo. Ésta última es una lesión más grave, ya que la clavícula protege importantes vasos sanguíneos, el pulmón y el plexo braquial, por lo que los fragmentos o los bordes astillados de la fractura podrían dañarlos, ocasionando hemorragias internas o neumotórax.
Tratamiento de la fractura de clavícula
El diagnóstico por imagen mediante radiografías convencionales permite establecer con facilidad el lugar de la fractura y si esta es simple, múltiple o desplazada. No obstante, especialmente en el último caso habrá que valorar la posibilidad de que se haya producido un daño neurovascular.
Por lo general, el tratamiento de la mayoría de las fracturas de clavícula se realiza mediante la inmovilización con un vendaje especial denominado en ocho o con una férula especial con el brazo en cabestrillo durante 6-8 semanas. En el caso de las personas mayores, sin embargo, los cambios metabólicos propios de la edad hacen que el tiempo que la fractura necesita para su consolidación llegue a alcanzar los 120 días.
Uno de los problemas que conlleva este tipo de tratamiento es la dificultad de conseguir la completa reducción de la fractura y, aún así, las numerosas inserciones musculares que hay en la clavícula dificulta el mantener en su sitio el hueso, por lo que es frecuente que una vez curada se pueda apreciar algún tipo de deformación en el mismo que, sin embargo, no conlleva ningún problema funcional.
En la actualidad hay una tendencia mayor a tratar determinados tipos de fractura de clavícula mediante procedimientos quirúrgicos, ya que se ha comprobado que de este modo el hueso suelda mejor y se reduce el tiempo de recuperación. La cirugía está especialmente recomendada cuando existe algún fragmento que se ha desplazado, lo que es frecuente cuando se compromete el tercio distal. En este caso puede ser necesario colocar placas de metal atornilladas al hueso o utilizar agujas o tornillos para devolver la estructura natural al hueso.
Tras la intervención quirúrgica habrá que llevar el brazo en cabestrillo durante un mínimo de dos semanas y posteriormente dejar pasar otras cuatro o seis antes de reanudar la vida normal y empezar a cargar pesos.