Las caídas constituyen un hecho frecuente en las personas mayores, aunque muchas veces estas no informen del accidente a sus familiares o médicos. Se estima que el 30-35% de las personas mayores de 70 años sufren caídas.
Lo cierto es que hay factores que favorecen esta creciente frecuencia de las caídas en las personas mayores:
Factores extrínsecos: son aquellos ajenos a la persona, como obstáculos en el camino, escalones, suelos resbaladizos, desniveles inesperados, baños no adaptados, iluminación escasa o excesiva (deslumbramiento), la interacción con animales domésticos, etc. La ropa (ancha o larga) y el calzado (abierto o con exceso de tacón) También debe incluirse en este apartado el ingreso en residencias geriátricas, lo que supone tener que moverse en un entorno poco conocido.
Factores intrínsecos: están asociados a distintos aspectos.
1) Los cambios que el envejecimiento produce en el organismo humano, que afectan a la marcha y el control neuromuscular. Los reflejos se hacen más lentos, al igual que la respuesta de soporte y disminuye la agudeza visual y táctil. Y esto hace que se camine con una mayor cautela, acortando el paso, levantando menos los pies, girando todo el cuerpo para mirar hacia un lado y que éste se desequilibre ante pequeños empujones o tropiezos leves.
2)
- Neuropatías sensitivas y motoras.
- Trastornos del sentido del equilibrio (vértigos).
- Déficit visual.
- Problemas osteoarticulares (artritis, artrosis, etc.)
- Enfermedades vasculares periféricas.
- Enfermedad de Parkinson.
- Accidentes cerebrovasculares (ictus).
- Trastornos de la marcha.
- Atrofia muscular.
- Presbiacusia.
- Deterioro cognitivo y enfermedades mentales.
- Síncope (desmayos o pérdida del conocimiento) causado por una enfermedad concreta: angina de pecho, infarto de miocardio, arritmia, tromboembolismo pulmonar, hipotensión arterial, hipoglucemia.