El tratamiento de la demencia depende de cuál sea su causa y el grado de evolución. En ciertos casos, el tratamiento de la causa (alcoholismo, tumor cerebral, un trastorno metabólico) puede hacer que revierta o se frene el proceso de desarrollo, pero lo habitual es que la demencia sea irreversible.
Los fármacos, la terapia ocupacional, la práctica de determinados ejercicios mentales y los cuidados que se dispensen al paciente en el hogar configuran el tratamiento habitual de las demencias, aunque su eficacia se limita a mejorar algunos síntomas o hacer más lenta su evolución. No obstante, si se trata de una demencia vascular, la prevención y/o evitación de nuevos accidentes cerebrovasculares permite frenar que ésta se agrave.
Antes de continuar con los tratamientos para la demencia, es importante determinar ¿Qué es la demencia? La demencia es un síndrome clínico que implica un deterioro progresivo de las funciones cognitivas, como la memoria, el lenguaje y el razonamiento, afectando la capacidad para realizar tareas diarias. Causada por enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y otros trastornos cerebrales, la demencia también provoca cambios en el comportamiento y la personalidad, lo que puede llevar a la pérdida de independencia del individuo afectado.
¿Qué fármacos se utilizan para el tratamiento de la demencia?
En la actualidad se dispone de fármacos (donepezil, rivastigmina, galantamina o memantina) que permiten frenar el desarrollo de la demencia en procesos degenerativos, como es el caso de la Enfermedad de Alzheimer. Con ellos los síntomas mejoran ligeramente, a veces de forma casi imperceptible, pero se enlentece su evolución.
Otro aspecto importante es que el tratamiento de afecciones que pueden estar asociadas o no a la demencia (anemia, trastornos tiroideos, insuficiencia cardiaca, depresión, deficiencias nutricionales, infecciones, etc.) mejora significativamente los síntomas propios de la demencia.
También es frecuente recurrir a medicamentos específicos para el tratamiento de síntomas concretos, especialmente en lo que se refiere a los estados de confusión, las alteraciones del comportamiento, los trastornos del sueño, la ansiedad, la depresión, las alucinaciones, la agresividad:
- Antipsicóticos.
- Antidepresivos.
- Sedantes o neurolépticos.
- Ansiolíticos.
- Medicamentos que actúan sobre la serotonina.
- Benzodiacepinas.
Por último, habrá que tener en cuenta, la medicación que el paciente esté tomando para el tratamiento de otras enfermedades. Al tratarse en muchos casos de personas mayores pluripatológicas, y por tanto polimedicadas, algunos de los fármacos pueden agravar el estado de confusión. Su eliminación o sustitución por otros que no tengan este tipo de efectos adversos puede mejorar la funcionalidad cognitiva del paciente.
Terapia ocupacional y cuidados en el hogar para el tratamiento de la demencia
Es importante señalar que la psicoterapia en cualquiera de sus modalidades no es útil frente a la demencia, sino que incluso puede aumentar la confusión y la ansiedad del paciente. Sí es útil, sin embargo, la terapia ocupacional, encaminada a la realización de ejercicios y actividades que favorezcan el mantenimiento y la mejora de las funciones cognitivas. Se ha demostrado, de hecho, que la realización de determinados ejercicios mentales mejoran la sintomatología asociada a la demencia. Hay centros especializados y hospitales de día en los que se puede llevar a cabo este tipo de tratamiento.
El rol de la familia en el tratamiento de la demencia
El tratamiento de los distintos tipos de demencia, por otra parte, conllevan la necesidad de adaptar la vida familiar al cuidado del paciente, dirigido a evitar la confusión, reducir la ansiedad, mejorar el sueño, evitar accidentes (por ejemplo, caídas), etc. Para ello habrá que:
- Fijar una lista y un horario de actividades.
- Hacer que pasee (siempre acompañado).
- Rodearlo de objetos y personas que le sean familiares.
- Colocar carteles que identifiquen la ubicación de los objetos de uso frecuente.
- Asegurarse de que coma convenientemente y en horarios establecidos.
- Asegurarse de que se revise la vista y el oído de forma regular.
- Adoptar medidas de seguridad en casa que eviten accidentes (especialmente en el baño y la cocina), etc.
Finalmente, es muy importante que antes de que la persona con demencia no pueda tomar decisiones se adopten medidas legales (poder notarial, instrucciones previas, etc.) que faciliten la adopción de decisiones por parte de los familiares (gestión bancaria y de los bienes familiares, institucionalización del paciente, etc.).
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