¿Hay cura para el alzhéimer? Avances y expectativas de futuro

16/09/2025
investigadora mirando muestra en telescopio

Conocer si existe una cura para el alzhéimer es una inquietud constante en las familias de los enfermos.

Y es que aunque la respuesta no es la deseada, las investigaciones no cesan y esta podría cambiar en cualquier momento.

Entender qué avances hay, qué tratamientos están disponibles y qué puedes hacer para mejorar el día a día de tu ser querido te puede ayudar a enfrentarte a la enfermedad de tu ser querido con mayor desasosiego.

Esta información es justo la que hemos querido reunir en este artículo, en el que además sabrás qué opinan los expertos sobre cuándo podría llegar una solución definitiva.

Por último, encontrarás consejos prácticos sobre hábitos saludables y apoyo emocional, para que sepas cómo puedes mejorar la calidad de vida de la persona a la que cuidas mientras la ciencia sigue avanzando.

¿Existe hoy en día una cura para el alzhéimer?

Actualmente, no existe una cura para el alzhéimer, una enfermedad neurodegenerativa progresiva de la que todavía se desconocen las causas exactas y cómo eliminarlas.

Sin embargo, los avances han arrojado nuevos tratamientos que, junto a distintas estrategias para el manejo de los síntomas, ayudan a ralentizar el avance de los síntomas y a mejorar la calidad de vida.

Aunque esto es una buena noticia, conviene no olvidar que estamos ante una patología que no puede detenerse ni revertirse, y que el alcance de las distintas terapias disponibles es limitado.

Por ello, vamos a ver en qué consisten y sus principales diferencias.

Diferencia entre cura, tratamiento y manejo de síntomas

Como decíamos, es importante que distingas entre cura, tratamiento y manejo de síntomas y sepas cómo pueden ayudar a la persona enferma:

  • Cura: implica la eliminación completa de la enfermedad y la recuperación total de las funciones cognitivas perdidas, algo que a día de hoy todavía no es una realidad.
  • Tratamiento: engloba los medicamentos y terapias médicas que pueden paliar los síntomas. Por ejemplo, los fármacos como los inhibidores de la acetilcolinesterasa (donepezilo, rivastigmina, galantamina) y la memantina pueden mejorar la memoria y la atención durante un tiempo limitado, aunque no frenar su progresión ni suprimirlos.
  • Manejo de síntomas: se refiere a todas las acciones, médicas y no médicas, que ayudan a que la persona con alzhéimer y su entorno vivan mejor. Normalmente, en este grupo se incluyen métodos no farmacológicos como fisioterapia, estimulación cognitiva, apoyo emocional y adaptación del entorno.
      

Los profesionales suelen combinar tratamientos farmacológicos con estrategias de manejo de síntomas, siempre en función del estadio de la enfermedad.

¿Cuándo habrá cura para el alzhéimer?

Como cuidador, es natural que te preguntes cuándo llegará la cura para el alzhéimer. Sin embargo, ningún organismo científico se atreve a marcar una fecha, ya que la enfermedad es compleja y sus mecanismos aún no se comprenden del todo.

De hecho, la historia de la investigación en alzhéimer está llena de avances prometedores que finalmente no cumplieron las expectativas iniciales, como fue el caso del verubecestat y el de la vacuna AN1792.

En ambos se suspendieron los desarrollos y la esperanza inicial de pacientes y familiares se transformó en frustración.

Por lo tanto, la necesidad de cautela es real y desde Sanitas recomendamos contrastar la información con fuentes y expertos de referencia.

Qué dicen los expertos sobre una posible cura del alzhéimer

Los expertos coinciden: la cura para el alzhéimer aún no está al alcance ni estamos en una fase cercana.

Pero cada vez estamos en disposición de dominar los procesos de la enfermedad gracias a los recursos que se están invirtiendo en prevención y control.

De esto, precisamente, opina el doctor Suárez-Calvet, neurólogo clínico y neurocientífico y trabajo en el BBRC y a la Fundación Pasqual Maragall:

«Esas son dos palabras claves: la prevención y el control de la enfermedad, o al menos tratar de ralentizar los síntomas. Todavía estamos lejos de una cura total de la enfermedad, pero esto pasa con la mayoría de las enfermedades, curamos muy pocas enfermedades».

Y añade que, al igual que prevenimos o controlamos la diabetes o el VIH, «el futuro del alzhéimer va a ir más en esta línea que no una cura total […]. Aunque soy optimista y espero que algún día la podamos curarla del todo».

Alejandro Andersson, neurólogo y director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), suscribe estas palabras y deja claras las limitaciones de los tratamientos actuales:

«Aunque los fármacos actuales pueden retrasar la progresión de la enfermedad en algunos pacientes, no representan una cura definitiva ni una reversión del daño neuronal ya establecido».

Mercè Boada, neuróloga referente mundial en el diagnóstico y estudio de las demencias y la enfermedad de Alzheimer, es mucho más optimista, porque asegura que la inversión en investigación en alzhéimer es enorme.

Por ello, cree que el alzhéimer puede llegar a ser una enfermedad crónica más que pueda mantenerse estable, y que esta idea no es descabellada:

«No estoy haciendo un pronóstico arriesgado, lo estoy haciendo en función a todo lo que conocemos, los grandes proyectos que van a llegar en cuanto estemos hablando de medicina de precisión. Conocer la enfermedad incluso antes de que aparezca».

Sobre si habrá cura para el alzhéimer, no lo duda: «Sí, habrá cura, porque estoy trabajando para ello. Y realmente será la ilusión y la culminación de mi vida como profesional e investigadora: que el alzhéimer pase a la historia de la medicina».

Si es así, una cosa es segura: debe mantenerse la inversión en investigación y la colaboración internacional para acelerar los descubrimientos.

Barreras científicas y tecnológicas actuales para la cura

Las barreras científicas y tecnológicas explican la ausencia de una cura definitiva para la enfermedad. Las más importantes son:

  • Origen multifactorial: al ser una enfermedad que no tiene una causa única, desarrollar una solución única supone todo un reto. De ahí que uno de los focos de investigación sea el entender su origen (factores genéticos, cambios cerebrales relacionados con la edad, y elementos del estilo de vida).
  • Complejidad biológica del cerebro: la considerada estructura más compleja del universo posee unos 100 mil millones de neuronas, y el alzhéimer afecta simultáneamente a todas ellas, alterando por completo su metabolismo. Su afectación es tan amplia que encontrar terapias con el mismo alcance es extremadamente difícil.
  • Dificultad de penetración de los fármacos: el cerebro posee una estructura (la barrera hematoencefálica) que protege al cerebro de sustancias tóxicas, pero también impide que la mayoría de fármacos lleguen al tejido cerebral. Se está intentando desarrollar tecnologías que puedan superar esta barrera.
  • Falta de biomarcadores fiables: aunque han surgido nuevos biomarcadores prometedores (la proteína fosfo-tau217 en plasma, que alcanza una precisión diagnóstica del 89-91%), aún es necesaria su estandarización para garantizar la fiabilidad de los resultados.
  • Alta tecnología diagnóstica en desarrollo: todavía existen limitaciones tecnológicas para el diagnóstico temprano y el seguimiento de la progresión de la enfermedad.
      

Estas dificultades están afectando al diagnóstico de la enfermedad, que según el neurólogo Pascual Sánchez-Juan, es erróneo hasta un 90% de los casos.

La buena noticia es que la innovación de la IA también ha llegado a la medicina y forma parte de la solución a este problema, tal y como veremos en el siguiente apartado.

Avances recientes en la investigación del alzhéimer

Los medicamentos tradicionales, y que hemos mencionado arriba, actúan sobre los neurotransmisores cerebrales para mejorar de manera temporal algunos síntomas cognitivos y conductuales.

Esto cambió con la llegada de dos nuevos medicamentos, el lecanemab y el donanemab, que aunque no detienen la enfermedad ni restauran las funciones perdidas, consiguen que avance a un ritmo mucho más lento.

2024 fue el año en que dio luz verde al lecanemab en Europa, indicado para el tratamiento del alzhéimer en fases iniciales, convirtiéndose en el primer fármaco en Europa que modifica el curso de la enfermedad.

Nuevos fármacos en fase de prueba

El donanemab es el otro medicamento prometedor; por desgracia, ha sido aprobado en Estados Unidos, pero no en Europa.

Su mecanismo de acción es el mismo con una eficacia superior, pero debido a sus posibles riesgos, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) lo ha rechazado. La comunidad científica espera que durante 2025 reconsidere esta decisión.

No es el único fármaco que está en pruebas. El saracatinib, inicialmente desarrollado como un posible tratamiento contra el cáncer, se está evaluando en humanos porque se ha comprobado que desactiva una proteína que reactiva las sinapsis neuronales.

Pero la línea de investigación más prometedora es la de los medicamentos GLP-1, originalmente desarrollados para la diabetes con resultados positivos en la ralentización del deterioro cognitivo.

Además de estas soluciones, se estima que se están realizando ensayos clínicos de un total de 141 nuevos medicamentos para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.

Terapias génicas y neuroprotectoras

Las terapias génicas y neuroprotectoras son dos de los avances más recientes en el abordaje del alzhéimer.

Dentro de las primeras y en el continente americano, se ha experimentado con las proteínas PGC1-alfa, sinapsina y caveolina-1, que han conseguido frenar la muerte de neuronas en ratones.

En España, la Universidad de Castilla-La Mancha ha identificado un mecanismo para revertir los déficits de memoria en fases tempranas del alzhéimer, precisamente mediante una proteína.

Por último, en la vertiente neuroprotectora, se están probando terapias basadas en células madre y compuestos antioxidantes como la curcumina y la coenzima Q10.

Inteligencia artificial y diagnóstico temprano

La inteligencia artificial está acelerando la capacidad de investigación y de desarrollo de nuevas herramientas, sobre todo en cuanto al diagnóstico temprano se refiere.

Sin ir más lejos, la Universidad de Córdoba ha desarrollado un modelo basado en IA que hace un diagnóstico de los síntomas con una precisión cercana al 95%.

También dentro de nuestras fronteras, investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya han logrado prever qué personas con deterioro cognitivo leve progresarán hacia alzhéimer y cuáles permanecerán estables, gracias a las llamadas redes neuronales convolucionales de múltiples flujos.

Además, la IA está ayudando a interpretar los resultados de los biomarcadores plasmáticos para ofrecer diagnósticos más fiables, gracias a su capacidad para combinar la información de la sangre con otros datos clínicos (pruebas de imagen, historial médico, genética…).

Todo ello está haciendo que el alzhéimer se pueda detectar de manera mucho más sencilla, accesible y precoz.

¿Qué podemos hacer mientras no llega la cura del alzhéimer?

La espera de un tratamiento más efectivo o una cura no debe paralizarte. Al contrario, puedes mejorar mucho el bienestar de tu ser querido implementando hábitos saludables y dándole el apoyo que necesita. Veamos algunas ideas:

Hábitos saludables que pueden retrasar el deterioro

Ciertos hábitos de vida pueden influir en el riesgo de desarrollar alzhéimer y en la velocidad de su progresión, por lo que debes intentar que sean lo más saludables posible. Por ejemplo:

  • Mantener una actividad física regular: caminar o nadar aumenta el flujo de sangre y oxígeno al cerebro. No necesitas rutinas intensas; 30 minutos de caminata al día son suficientes.
  • Practicar la estimulación cognitiva: actividades como leer, hacer sudokus, o tocar un instrumento musical contribuyen a preservar las capacidades cognitivas.
  • Seguir una dieta mediterránea: esta alimentación, rica en frutas, verduras, pescado, aceite de oliva y frutos secos, aporta antioxidantes y omega-3 beneficiosos para las neuronas. Los estudios han relacionado esta dieta con una mejor cognición.
  • No beber ni fumar: el consumo de alcohol y tabaco se asocia con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y de desarrollar alzhéimer, porque favorece el daño vascular y este puede acelerar la pérdida de memoria y la aparición de síntomas.
  • Cuidar la higiene del sueño: dormir bien y durante suficiente tiempo permite al cerebro procesar y consolidar la información adquirida durante el día. El sueño en las personas con alzhéimer también facilita la eliminación de toxinas cerebrales, incluyendo las proteínas asociadas a la enfermedad.
       

Adoptar estos hábitos no solo ayuda a retrasar el deterioro cognitivo, sino que también mejora el bienestar y la calidad de vida diaria del enfermo.

Apoyo emocional y calidad de vida del paciente

El bienestar emocional y la calidad de vida son aspectos en los que es muy positivo trabajar porque complementan y potencian el tratamiento médico. Hablamos de:

  • Mantener relaciones sociales: estimulan el cerebro, proporcionan apoyo emocional y ayudan a mantener un sentido de identidad y propósito. A ti, como cuidador, también te benefician para sentirme acompañado y comprendido.
  • Adaptar la comunicación: a medida que progresa la enfermedad es importante ajustar tu forma de comunicarte. Principalmente utilizando frases simples, manteniendo contacto visual y siendo paciente con las repeticiones.
  • Establecer rutinas estructuradas: los horarios predecibles de comidas, actividades y descanso reducen la confusión y fomentan una sensación de independencia.
  • Incluir terapias no farmacológicas: la estimulación cognitiva, la musicoterapia o la reminiscencia pueden mejorar el estado de ánimo, reducir la agitación y mantener conexiones con recuerdos positivos.
  • Contar con apoyo profesional: los equipos multidisciplinarios que incluyen neurólogos, psicólogos, trabajadores sociales y terapeutas ocupacionales te pueden proporcionar consejos específicos para cada etapa de la enfermedad.
      

Y, sobre todo, no olvides tu propio cuidado. Sostener a una persona con alzhéimer genera estrés físico y emocional del que también necesitas evadirte.

Busca apoyo en grupos de familiares, tómate descansos regulares y mantén tus propias actividades sociales y de ocio.

Recuerda: no es egoísmo, sino una necesidad para poder ofrecer el mejor cuidado posible.

Consulta nuestros otros consejos para afrontar el cuidado de una persona con alzhéimer, y aprende a cuidar bien. Nosotros te acompañamos.

Miryam Piqueras Bravo

Miryam Piqueras Bravo

Directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores

Contenido revisado por profesionales médicos y especializados de Sanitas Mayores.

La información facilitada por este medio no puede, en modo alguno, sustituir a un servicio de atención médica directa, así como tampoco debe utilizarse con el fin de establecer un diagnóstico, o elegir un tratamiento en casos particulares. En este servicio no se hará ninguna recomendación, explícita o implícita, sobre fármacos, técnicas, productos, etc... que se citarán únicamente con finalidad informativa. La utilización de este servicio se lleva a cabo bajo la exclusiva responsabilidad de los usuarios.

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