Sentir un cosquilleo en las piernas, un hormigueo en las manos o incluso notar cómo parte del cuerpo se “duerme” son sensaciones más comunes de lo que pensamos, especialmente en las personas mayores. Esta sensación anormal de la piel, conocida como parestesia, puede resultar molesta, persistente y en ocasiones, un indicio de afecciones más serias.
En este artículo, te explicamos qué es la parestesia, cómo afecta a los adultos mayores, cuáles son sus causas más frecuentes y qué opciones existen para su tratamiento.
¿Qué es la parestesia?
La parestesia es una alteración de la sensibilidad que se manifiesta como hormigueo, entumecimiento, pinchazos o ardor en la piel, sin que exista una causa externa aparente. Puede aparecer de forma temporal (como cuando se “duerme” una pierna) o crónica, cuando persiste en el tiempo y se repite con frecuencia.
Este fenómeno está relacionado con el sistema nervioso y puede indicar un problema en los nervios periféricos o en la médula espinal.
Cómo afecta la parestesia a adultos mayores
En la tercera edad, la aparición de parestesias es más habitual por diversos factores: el envejecimiento del sistema nervioso, enfermedades crónicas, una movilidad reducida o el uso de ciertos medicamentos. A veces se manifiesta de manera intermitente, y otras puede ser continua, interfiriendo con el descanso o con tareas diarias tan sencillas como vestirse o caminar.
Este síntoma no siempre es motivo de alarma, pero conviene observar su frecuencia, localización y duración, ya que puede estar vinculado a afecciones que requieren atención médica.
Tipos de parestesia
Dependiendo de la causa, duración e intensidad, encontramos distintos tipos de parestesia. Entre las más comunes encontramos las siguientes:
- Parestesia temporal o transitoria: aparece de forma puntual, como al permanecer en la misma posición durante mucho tiempo.
- Parestesia crónica: se presenta de forma continua o recurrente, y suele deberse a enfermedades subyacentes.
- Parestesia de Berger: es una alteración de la sensibilidad que se experimenta en la piel, más común en personas jóvenes y mayores. Generalmente afecta las piernas, y se manifiesta como sensación de hormigueo, debilidad o entumecimiento. No suele tener una causa identificable.
- Parestesia de Bernhardt: consiste en alteraciones sensitivas en las áreas controladas por el nervio femorocutáneo, que forma parte del plexo lumbar. Puede estar relacionada con el consumo excesivo de alcohol, infecciones, diabetes o lesiones.
- Parestesia cutánea: afecta a la superficie de la piel, con sensación de pinchazos o ardor sin lesión visible.
- Parestesia focal: se presenta en una zona específica del cuerpo, como un brazo, una pierna o un lado del rostro. Generalmente, su origen está en una lesión o presión sobre un nervio en ese lugar en particular.
- Parestesia generalizada: involucra múltiples áreas del cuerpo de manera simultánea. Suele estar asociada a problemas de salud más amplios, como la neuropatía periférica o la falta de ciertas vitaminas en el organismo.
Causas de la parestesia en ancianos
La parestesia en personas mayores puede tener múltiples orígenes, desde afecciones físicas diagnosticables hasta factores emocionales como el estrés. Identificar su causa es fundamental para establecer un tratamiento adecuado y prevenir posibles complicaciones. Repasamos las principales situaciones que pueden provocar este tipo de alteraciones sensoriales en la tercera edad.
Parestesia por enfermedad
En muchos casos, el hormigueo en manos y pies o la pérdida de sensibilidad se debe a enfermedades como la diabetes, la artrosis cervical o la esclerosis múltiple. La parestesia cutánea puede ser también consecuencia de infecciones víricas o enfermedades autoinmunes.
Parestesia por accidentes cerebrovasculares
Una de las causas más graves de parestesia en personas mayores es el ictus. Tras un accidente cerebrovascular, muchas personas presentan entumecimiento o parestesias en una mitad del cuerpo. En estos casos, el tratamiento y la rehabilitación especializada son fundamentales. Sanitas cuenta con centros para recuperación de ictus que ofrecen atención personalizada y equipos multidisciplinares.
Parestesia por ansiedad
La parestesia por ansiedad o parestesia psicosomática es más común de lo que parece. El estrés continuado puede provocar hormigueo en las extremidades, sensación de “piernas dormidas” o cosquilleo en la cara y labios. Aunque estas parestesias no tengan una causa física directa, no deben menospreciarse, ya que afectan a la calidad de vida.
Síntomas de la parestesia
La sintomatología puede variar en intensidad y duración. Los más habituales incluyen:
- Sensación de hormigueo o cosquilleo (como si caminaran hormigas por la piel).
- Entumecimiento o pérdida de sensibilidad en brazos, manos, piernas o cara.
- Sensación de pinchazos, ardor o electricidad.
- Dificultad para mover la zona afectada si se asocia a paresia.
Dónde se refleja la parestesia
Aunque puede afectar a cualquier parte del cuerpo, la parestesia en adultos mayores suele localizarse con mayor frecuencia en las extremidades, especialmente en manos, brazos, piernas y pies. Estas zonas son más propensas por su compleja red de terminaciones nerviosas y su exposición a posturas mantenidas o problemas circulatorios.
Identificar en qué parte del cuerpo se manifiesta el hormigueo o la pérdida de sensibilidad ayuda a orientar el diagnóstico y a determinar su posible origen.
Parestesia en manos
El hormigueo en las manos o el entumecimiento de los dedos puede dificultar acciones básicas como escribir o sujetar objetos. Suele relacionarse con problemas cervicales, síndrome del túnel carpiano o neuropatías.
Parestesia en piernas y pies
El hormigueo en las piernas, especialmente en la pierna izquierda, o el cosquilleo en los pies, puede deberse a compresión nerviosa, mala circulación o incluso déficit de vitaminas. Cuando el episodio es recurrente o va acompañado de debilidad, conviene consultar al especialista.
Diagnóstico de la parestesia en ancianos
El diagnóstico debe empezar por una evaluación médica completa. El profesional valorará antecedentes médicos, medicación, posibles deficiencias nutricionales y estado neurológico. Se pueden requerir pruebas como: análisis de sangre, estudios de conducción nerviosa, resonancia magnética o TAC y electromiografía.
Reconocer la causa permite determinar el tratamiento más adecuado y prevenir complicaciones.
Tratamiento de la parestesia en personas mayores
El tratamiento de la parestesia dependerá de su origen. En los casos leves o transitorios, bastará con corregir la postura, realizar ejercicios suaves o mejorar la hidratación. Pero si se asocia a una enfermedad crónica, puede requerir:
- Fisioterapia especializada, como la que ofrecemos en nuestros centros especializados de fisioterapia para mayores, para mejorar la movilidad y reducir molestias.
- Medicamentos para la parestesia, como analgésicos, anticonvulsivos o antidepresivos, siempre bajo control médico.
- Cambios en la dieta para cubrir posibles déficits vitamínicos (especialmente de la B12).
- En casos graves, son necesarias intervenciones quirúrgicas o tratamientos neurológicos más complejos.
Además, en situaciones de dependencia, el cuidado de ancianos a domicilio puede facilitar una atención personalizada sin salir del hogar. Para quienes requieren un entorno adaptado y supervisión constante, nuestras residencias para adultos mayores ofrecen un acompañamiento profesional continuo, con planes de atención individualizados y seguimiento médico especializado, especialmente útil en casos de parestesia persistente o asociada a otras patologías.
Preguntas frecuentes sobre la parestesia
¿La parestesia es reversible en adultos mayores?
La parestesia puede ser reversible en adultos mayores, sobre todo cuando se trata de una causa leve o transitoria. Al identificar y tratar la causa, muchos pacientes recuperan la sensibilidad normal.
¿Cuándo debo preocuparme por un hormigueo persistente?
Debes preocuparte si el hormigueo dura más de unos minutos, se repite con frecuencia o viene acompañado de otros síntomas como debilidad o pérdida de equilibrio. Podría ser signo de un problema neurológico.
¿La parestesia puede ser signo de algo grave como un infarto cerebral?
Sí, en algunos casos, la parestesia es uno de los primeros síntomas de un ictus. Si se acompaña de alteraciones en el habla, visión o movilidad, hay que acudir a urgencias inmediatamente.
¿Qué exámenes médicos se hacen para diagnosticar la parestesia?
Para diagnosticar la parestesia, se utilizan pruebas neurológicas, análisis de sangre, electromiografía y estudios de imagen. El objetivo es descartar enfermedades como neuropatías, compresiones nerviosas o trastornos del sistema nervioso central.
¿Cómo se diferencia la parestesia de otros trastornos neurológicos?
La diferencia de la parestesia con otros trastornos neurológicos es que la parestesia suele manifestarse como una alteración sensitiva sin pérdida de conciencia ni convulsiones. Su diagnóstico se basa en la exploración clínica y en pruebas específicas del sistema nervioso.
¿El tratamiento es diferente para personas mayores?
Sí. En personas mayores, el tratamiento se adapta a su estado general de salud, medicación actual y nivel de autonomía. A veces es necesario combinar el tratamiento farmacológico con fisioterapia o cuidados personalizados.
¿La parestesia puede ser causada por medicamentos?
Algunos fármacos, especialmente los utilizados para tratar el cáncer o ciertas infecciones, pueden provocar neuropatías que derivan en parestesias. El médico valorará si es necesario ajustar el tratamiento.
¿Es normal sentir parestesia por la noche?
La parestesia nocturna es frecuente, sobre todo en extremidades que permanecen en la misma posición. Si se repite o interrumpe el sueño, conviene consultar.
¿Qué ejercicios o hábitos ayudan a aliviar la parestesia?
Caminar a diario, estiramientos suaves, ejercicios de movilidad articular y mantener una postura adecuada ayudan a aliviar el entumecimiento y mejorar la circulación.
¿La alimentación influye en la aparición de parestesia?
Sí, la alimentación influye. Deficiencias de vitamina B12, hierro o magnesio pueden causar síntomas de parestesia. Una alimentación equilibrada es clave para prevenirla.
¿Cuánto tiempo puede durar un episodio de parestesia?
Un episodio de parestesia puntual puede durar segundos o minutos. Pero si persiste durante horas o días, se considera crónica y requiere atención médica.
¿La parestesia es lo mismo que tener “el pie dormido”?
No exactamente. Tener “el pie dormido” es un tipo de parestesia transitoria. Pero cuando se repite sin causa aparente, puede indicar un problema de salud.
¿Es recomendable acudir al neurólogo o a un geriatra?
Sí. Ante parestesias recurrentes o persistentes en adultos mayores, lo ideal es acudir al geriatra o al neurólogo, quienes podrán realizar el diagnóstico adecuado y establecer un plan de tratamiento.