La incontinencia fecal se produce ante la incapacidad de controlar la eliminación de heces, produciéndose la evacuación de las mismas en un momento inadecuado, sin que se pueda hacer nada por evitarlo. Desde una perspectiva médica, este problema se da cuando se dan las siguientes circunstancias:
- Se produce un escape de heces al expulsar gases o flatulencias por vía anal.
- La deposición se produce tras realizar un esfuerzo físico, por ejemplo, levantar peso.
- Sensación de urgencia ante la proximidad de la defecación, con el sentimiento de que no se llega al baño a tiempo.
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En la ropa interior quedan restos de heces incluso si la deposición se ha realizado normalmente en el baño.
La incontinencia fecal se produce generalmente ante la incapacidad para controlar voluntariamente el esfínter, especialmente tras producirse lo que se denomina sensación rectal y que es el aviso de que existe la necesidad de ir al baño. Y hay diferentes factores que pueden producir esta situación.
El más frecuente es el debilitamiento de los músculos del suelo pelviano, que controlan el esfínter, aunque también la incapacidad para reconocer la sensación rectal. Las causas de estas disfunciones pueden ser muy diversas:
- Episodios recurrentes de diarrea y estreñimiento.
- Daños musculares, como el que ocasiona la episiotomía que se realiza durante el parto c el uso de fórceps, otras un procedimiento quirúrgico que implica al recto.
- Prolapso rectal.
- Abuso de laxantes.
- Enfermedad inflamatoria intestinal y otros trastornos digestivos.
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Edad avanzada.

Tratamiento de la incontinencia fecal
El tratamiento de la incontinencia anal dependerá de la causa y puede contemplar diferentes aspectos:
- Medidas dietéticas dirigidas a evitar deposiciones líquidas o explosivas, como evitar el alcohol, las bebidas estimulantes, los alimentos que producen flatulencia, productos lácteos, etc.
- Reeducación de los hábitos de deposición: sentarse en el baño todos los días a la misma hora, se tengan ganas o no, con el fin de establecer rutinas.
- Fortalecimiento de los músculos del suelo pelviano mediante la práctica habitual de ejercicios específicos.
- Consumir fibra para endurecer las heces o utilizar medicamentos para combatir la diarrea.
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En ocasiones puede ser necesaria la intervención quirúrgica mediante diferentes técnicas, ya sea para reparar los músculos del esfínter, sustituirlo por uno artificial o realizar una colostomía, lo que supone abrir un orificio a través de la pared abdominal de manera que las heces puedan salir por él y ser recogidas en una bolsa que se ubica alrededor de la apertura. Este último tipo de cirugía únicamente se realiza cuando todos los demás tratamientos han fracasado.
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