La sensación de mareo es muy molesta ya que produce inseguridad y malestar general. En las personas mayores supone un mayor riesgo de caídas que puede llevarles a sentirse angustiados y a tener miedo a salir solos a la calle.
Se trata de un síntoma difícil de diagnosticar porque las causas que lo producen son muy variadas, pero las más comunes son:
- Presencia de enfermedades. Con la edad es más frecuente sufrir patologías que pueden fomentar la aparición de mareos como alteraciones de la visión, del oído o del aparato locomotor, así como una degradación del sistema circulatorio y el metabólico, entre otros.
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Consumo de fármacos. Algunos fármacos pueden provocar mareos como efecto secundario. En caso de sufrir inestabilidad tras la toma es muy importante hablar con el médico. Él podrá detectar si el mareo se debe al fármaco para ajustar la dosis, cambiar la prescripción o eliminar completamente el consumo de este producto.
Para aplicar el tratamiento correcto, los mareos se pueden dividir en varios tipos:
- Vértigo: la persona tiene una sensación de movimiento que suele ser rotatorio.
- Presíncope: siente que va a desmayarse o caerse de forma inminente, desaparece al sentarse o acostarse.
- Desequilibrio: las personas que lo sufren no se sienten estables cuando caminan.
- Mareo multisensorial: se da con frecuencia en personas mayores debido a patologías en diferentes sistemas como el visual o el neuromuscular.
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Mareo fisiológico: se da en personas sanas y está provocado por los movimientos como pueden ser los de un medio de transporte.
Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), la mitad de los casos de mareos se solucionan de forma espontánea o al corregir las causas concretas que lo desencadenan.
Consultar con un profesional sanitario es la mejor medida para establecer cuanto antes las causas que lo provocan y la tipología del mareo. De forma que se pueda comenzar el tratamiento más adecuado para su caso.
Bibliografía: Ramírez Salazar, G. Manual del residente en Geriatría. Ene Life Publicidad S.A. y Editores (2011), Patología Otorrinolaringolóica (p. 497-502). Vic, Santa Creu: Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.