La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) se debe al deterioro de la mácula, que se encuentra en la parte central de la retina y que es la que permite percibir los detalles más pequeños, es decir, que proporciona la agudeza visual (visión central) necesaria para realizar actividades como la de enhebrar una aguja o leer los textos escritos en letra pequeña. Es por ello que uno de los primeros síntomas de la enfermedad es que las imágenes empiezan a verse borrosas, perdiendo su nitidez. Se pierde el detalle y la imagen percibida adquiere un cierto grado de distorsión.
La degeneración macular asociada a la edad está directamente relacionada con el proceso de envejecimiento y el consiguiente deterioro del conjunto del ojo. Pero además del envejecimiento, hay otros factores que pueden favorecer su desarrollo, como son el tabaquismo, la hipercolesterolemia o la existencia de antecedentes familiares.
En el caso de la mácula se produce la degeneración de las células fotorreceptoras y la pérdida de la capacidad de la retina de eliminar deshechos que, como consecuencia, empiezan a acumularse, separando la retina de las coroides, de modo que los conos y los bastones reciben menos riego sanguíneo y se deterioran. La consecuencia de este deterioro de la mácula es una visión borrosa y distorsionada, con zonas oscuras en la visión central.
No afecta a la visión periférica o lateral, pero si se observa un reloj se aprecia correctamente el contorno de la esfera, pero puede que no se puedan distinguir las manecillas. El desarrollo de la enfermedad no suele causar la pérdida total de la vista del ojo afectado y, generalmente, en los casos más avanzados se conserva la visión periférica.

Tipos de degeneración macular asociada a la edad (DMAE)
Hay dos tipos de degeneración macular asociada a la edad:
- Mácula seca: en este caso, el deterioro de la mácula se concreta en un adelgazamiento de los tejidos que la configuran. La pérdida de la visión suele ser gradual y puede causar en una degeneración macular húmeda (exudativa), que reviste una mayor gravedad. En este caso, no hay un tratamiento específico, salvo la prescripción de un complejo vitamínico específico, que puede ayudar a frenar su desarrollo.
- Mácula húmeda: se produce a causa del crecimiento anormal de los vasos sanguíneos situados por debajo de la retina y la pérdida de líquido o sangre por parte de estos, causando la distorsión de la visión central. En este caso la pérdica de agudeza visual es más rápida y apreciable que en la médula seca causando visión borrosa o una visión central distorsionada. En este caso, el tratamiento consiste en una inyección intraocular periódica de un medicamento específico (hay dos disponibles en la actualidad). Sin embargo, no es curativo y en ocasiones tampoco es suficiente para frenar la progresión de la enfermedad.
Controlar la vista
En la mayoría de los casos la degeneración de la mácula asociada a la edad se detecta casualmente en una revisión ocular o cuando la pérdida de visión central es ya apreciable. Suele iniciarse en un solo ojo, aunque es posible que luego se produzca en el otro. Sin embargo, hay una prueba muy sencilla que se puede realizar en casa y que puede inducir la sospecha de que se haya producido una DMAE.