La ortodoncia sin brackets es probablemente el avance más importante que se ha registrado en la ortodoncia en los últimos 30 años. Ha habido otros como la incorporación de los brackets autoligados o la confección de estos con materiales como la porcelana, el circonio o el zafiro. Pero la ortodoncia casi invisible supone un cambio de concepto radical en la manera de llevar a cabo este tipo de tratamientos.
¿Cómo funciona la ortodoncia sin brackets?
En este caso los alineadores son transparentes y se fabrican a partir de las características iniciales de los dientes del paciente y de la configuración que estos deben adoptar al finalizar el tratamiento. Es un “zapato a la medida” que se diseña con la ayuda de un sofisticado sistema informático en 3D y en el que los brackets han sido sustituidos por elementos, también transparentes, que se insertan en los alineadores y que se encargan de empujar a los dientes hacia la posición que deben ocupar.
Además, se colocan en el diente pequeños relieves de composite del color del diente, que ayudan a la aplicación de fuerzas y los dientes se muevan con mayor facilidad. Una vez finalizado el tratamiento, estos pequeños relieves de composite se retiran y son completamente inocuos para el diente. A medida que se avanza el tratamiento, habitualmente cada dos semanas, los alineadores se sustituyen por otros que ajustan aún más la posición de los dientes.
Las dos ventajas más importantes de estos tipos de ortodoncia invisible son la estética y la comodidad:
- La transparencia de los alineadores y el ajuste que sigue la estructura de los dientes hacen que estos sean prácticamente invisibles para las personas del entorno, hasta el punto de que ya se empieza a encuadrarlos dentro del concepto de ortodoncia invisible.
- Además son removibles, por lo que el propio paciente se los puede quitar y poner en situaciones concretas, como reuniones de trabajo, comidas con amigos, celebraciones familiares, etc. además de para lavarse los dientes. El tratamiento de ortodoncia puede así pasar completamente desapercibido para las personas del entorno más inmediato del paciente.
Pero además conlleva otras ventajas con respecto a la ortodoncia con brackets:
- El paciente podrá percibir los resultados de su ortodoncia poco tiempo después de haber iniciado el tratamiento, lo que le animará a cumplirlo con la mayor fidelidad posible.
- Se reducen de forma significativa los episodios irritativos que ocurren con los brackets en las mucosas de la cavidad oral.
- Se elimina completamente el riesgo de sufrir reabsorciones radiculares, lo que sucede en aproximadamente el 10% de los pacientes que utilizan los aparatos fijos convencionales.
Todo ello hace que sea la opción más adecuada para situaciones concretas, como personas que tienen una mordida abierta en grado leve, mordida cruzada y sobremordida aumentada.
Todas estas ventajas propias y exclusivas de la ortodoncia con alineadores compensan sobradamente su principal inconveniente, que es el hecho de que su coste es más elevado que la ortodoncia con brackets.