Aunque los odontopediatras han establecido el criterio general de que la ortodoncia debe realizarse sólo cuando se han cambiado todos los dientes de leche, lo que ocurre habitualmente entre los 6 y los 10 años, lo cierto es que el momento de iniciar el tratamiento de ortodoncia está sujeto a los problemas dentales y oclusivos que presenta cada niño, de modo que en ocasiones se llega a realizar cuando aún hay dientes de leche.
A la postre, esta decisión viene determinada por la gravedad de las alteraciones estructurales de la dentadura. De hecho, una de las razones de recomendar la ortodoncia durante la infancia es que las posibles maloclusiones y problemas de alineación de los dientes serán más fáciles de corregir, ya que se encuentran por lo general en su fase inicial y el niño está en un momento de crecimiento y desarrollo que puede ser aprovechado con este fin. Más aún teniendo en cuenta que una mala colocación de los dientes en la boca puede incluso afectar al desarrollo estructural de la cara del niño.
Evitar malos mayores gracias a la ortodoncia
Con todo, existen diferentes situaciones que abren la posibilidad de realizar una ortodoncia para evitar males mayores. Una de ellas es cuando se retrasa el cambio de la primera dentición por la permanente. Si alguno de los dientes definitivos está apunto de salir y todavía no se ha caído el de leche, puede ser aconsejable extraer este último.
Asimismo, es importante que cuando se cae un diente de leche se haya de conservar el espacio adecuado para que el definitivo salga correctamente y ocupe el lugar y la alineación adecuados. En este caso o ante la caída de un molar se pueden utilizar los mantenedores de espacios, unos aparatos removibles que cumplen la función de mantener en su sitio los dientes adyacentes al hueco y evitar que se desplacen hacia el interior del mismo.
En los más pequeños, en los que aun no se ha iniciado el cambio de dentición, si se detecta una mordida torcida, por leve que sea, habrá que indagar sobre el desarrollo y estructura morfológica de los huesos faciales, la mandíbula y el paladar, ya que con el tiempo este problema de maloclusión se hará más evidente. Es el momento de reeducar al niño en los hábitos nocivos que pueden haber causado el problema y de que de persistir, lo agravarán:
- Chuparse el dedo.
- Respirar con la boca abierta.
- Morderse la lengua realizar una deglución atípica, etc.
Pero la ortodoncia no se realiza por lo general hasta los 7-9 años o incluso a los 6. El apiñamiento de dientes, los problemas de alineación, maloclusión y masticación. Este tratamiento le permitirá posteriormente tener menos problemas de caries y una buena salud bucodental.