Los parásitos intestinales o “lombrices”, como se denomina a esta enfermedad de manera coloquial, son frecuentes en los niños, aunque se pueden producir a cualquier edad. Básicamente hay tres tipos de parásitos que pueden encontrarse en el aparato digestivo del ser humano:
- Oxiuros: son los parásitos intestinales más comunes y afectan habitualmente a niños, que pueden contagiarlos a personas adultas. Se trata de unos pequeños gusanos de un tamaño aproximado de un centímetro, cuya hembra deposita los huevos durante la noche en la zona perianal, diseminándose posteriormente por las sábanas, la ropa interior y, a través de las manos del niño, por todo lo que éste toca.
- Áscaris: se contagian al comer los niños tierra infectada con sus huevos, que luego se eliminan a través de las heces.
- Giardia lambia: tiene al hombre como reservorio natural, vive en el intestino y es muy frecuente en niños que acuden a guarderías y colegios en una franja de edad de entre dos y seis años, pues se transmiten de persona a persona.
En el caso de los oxiuros el síntoma más significativo es un intenso picor en el ano que se produce especialmente durante la noche. En ocasiones es posible ver oxiuros muy pequeños en las heces o en las márgenes del ano. El niño se rasca de manera instintiva y este acto puede llegar a causar una dermatitis en la zona perianal. Además tiene un sueño intranquilo, despertándose frecuentemente.

Cuando los parásitos intestinales son áscaris, no suele haber síntomas aunque ocasionalmente podrían detectarse ante la aparición de molestias abdominales, tos, febrícula y erupciones en la piel. Si se trata de giardia lamblia, aunque en muchos casos no produce síntomas, la infección puede causar dolor abdominal, diarrea aguda o urticaria, entre otras manifestaciones.
El diagnóstico de estas infecciones por pasa necesariamente por la identificación de los parásitos intestinales que las causan. Los oxiuros pueden llegar a apreciarse a simple vista en las heces, pero en cualquier caso ante la sospecha de este tipo de infecciones deben analizarse las heces para identificar huevos o el propio parásito.
Para cualquiera de los tres tipos de parásitos intestinales existen medicamentos antiparasitarios específicos. Sin embargo, en el caso de los oxiuros el tratamiento deberá seguirlo toda la familia, al tiempo que se deben extremar las medidas higiénicas:
- Lavar frecuentemente las manos y cepillar las uñas, sobre todo al levantarse.
- Cambiarse frecuentemente de ropa interior y las sábanas, recomendándose su lavado a temperaturas muy altas o incluso hervirlas.
- Desinfectar juguetes y utensilios de baño.
- Eliminar bien el polvo de las habitaciones, pues puede servir como vehículo de transmisión de los huevos.