El peeling se clasifica en función de la profundidad a la que se realiza. No obstante, hay que dejar fuera de esta clasificación lo que habitualmente se denomina como peeling natural, para el que se utilizan productos naturales (yogurt con azúcar, geles con sal, etc.) y que en realidad cumple con la única función de eliminar las células muertas. Hecha esta salvedad, el peeling puede ser:
- Superficial. Además de eliminar las células epiteliales muertas, se utiliza para suavizar pequeñas arrugas y líneas de expresión. Se puede realizar cada 15 días. El enrojecimiento de la piel que produce desaparece en unas horas.
- Medio. Se utiliza cuando las arrugas y líneas de expresión son un poco más profundas y también para atenuar las manchas causadas por la exposición al sol. Algunos expertos lo recomiendan para el código de barras (labio superior) y patas de gallo incipientes pero no muy marcados. El enrojecimiento que produce en la piel puede durar unos días y no debe repetirse antes de 1,5 meses.
- Profundo. El objetivo es actuar sobre las capas más profundas de la piel y eliminar todas las arrugas, incluso las más marcadas. También se utiliza para eliminar manchas propias de la edad y manchas solares, e incluso cicatrices. Es más doloroso que los tipos anteriores y el enrojecimiento e inflamación de la piel dura más tiempo. Además causa una apreciable descamación de la piel. Para ello hay que evitar hacerlo con la piel morena. No se debe repetir antes de 2-3-meses.
Técnicas
Según cuál sea el tipo de peeling se puede recurrir a diferentes técnicas para realizarlo:
- Peeling químico. Es la más utilizada en el peeling superficial y se basa en el uso de productos químicos abrasivos para causar la caída de la piel muerta y dejar que aflore la nueva. Se suelen utilizar diferentes ácidos (retinoico, glicólico, fenol, resorcina, etc.), cuya elección dependerá del tipo de piel, la edad, las características clínicas de cada persona y los resultados que se deseen obtener.
- Peeling mecánico. Su función más relevante es la de que la piel adquiera un aspecto fresco y luminoso. Para ello se utilizan diferentes tipos de cabezales que mediante rotación producen un efecto de microabrasión. Actúa sobre la capa más superficial de la piel, pero también sobre la dermis.
- Láser. Dependiendo del tipo de láser que se utiliza el peeling puede ser medio o profundo. Hay que tener en cuenta que cuanto mayor sea la profundidad de la piel a la que se actúa, más doloroso resultará el tratamiento y mayor será el tiempo necesario para la recuperación de la piel, que puede superar una semana.
Esta técnica es la que se utiliza para lo que se denomina resurfacing, que actúa sobre las capas más profundas y permite tratar arrugas y líneas de expresión muy marcadas, favoreciendo la generación de colágeno y la eliminación de manchas. Los efectos son mucho más prolongados que con las otras técnicas.
Hay que ser realistas en cuanto a los objetivos que se desea obtener y la elección de la técnica y el tipo de peeling. Cuanto más profunda es la arruga o la línea de expresión, más agresivo debe ser el tratamiento. Lo ideal es empezar a realizar peeling superficiales cuando las arrugas apenas están marcadas, pues se evitará que éstas adquieran mayor profundidad y relevancia. En tal caso, hay que ser conscientes de que no hay resultados sin un mínimo sufrimiento.