El contorno de los ojos es la zona de la cara en la que la piel es más fina y por tanto tiene mayor fragilidad. Hay que tener en cuenta que ahí la piel prácticamente carece de glándulas sebáceas y tiene niveles significativamente inferiores de elastina y colágeno en relación a otras partes de la cara. Asimismo, el continuo parpadeo de los ojos, los movimientos gestuales o aquéllos que son necesarias para enfocar la vista implican a un conjunto de 22 músculos que someten al contorno de los ojos a un esfuerzo continuado. Todo ello hace que sea la zona en la que más se notan los signos de cansancio, falta de sueño estrés, etc; y también en la que antes se empiezan a notar los signos físicos del envejecimiento, ya que se distiende con facilidad, lo que favorece la formación de pequeñas arrugas como las patas de gallo o de bolsas en los párpados.
Cuidados
Es obvio que una vida saludable (alimentación equilibrada y ejercicio físico) y una buena hidratación favorece la salud de la piel en términos generales. Sin embargo, las especiales características de fragilidad que ésta tiene en la zona del contorno de los ojos hacen que se proporcionen cuidados especiales para mantener su tersura y elasticidad. En este sentido es necesario incrementar el contenido de elemento hidratantes y nutritivos en los productos cosméticos destinados a su cuidado y mantenimiento, pero también de agentes reafirmantes y antiarrugas que promuevan la formación de fibras con colágeno y elastina, y otros que actúen de filtros solares y protejan frente al fotoenvejecimiento, y la oxidación por efecto de los radicales libres.
Los agentes activos, tanto naturales como sintéticos, que se ofrecen en los cosméticos para el cuidado específico del contorno de ojos son muy numerosos. Otra cosa muy distinta es que aporten la eficacia deseada, por lo que no estará de más consultar con un especialista a la hora de elegir el más adecuado. Sea como fuere, el cuidado del contorno de los ojos debe iniciarse lo antes posible con el fin de retrasar la aparición de signos de envejecimiento. Los expertos sugieren empezar a hacerlo a partir de los 25 años antes de que empiecen a aparecer las primeras microarrugas que preceden a la formación de las patas de gallo o las arrugas radiales, que requerirán soluciones más agresivas.
Entre ellas hay que destacar los tratamientos de relleno con soluciones inyectables o los tratamientos con láser, sin olvidar la cirugía, como es el caso de la blefaroplastia, con la que se eliminan las bolsas que se forman en los párpados.