El acné puede dejar manchas residuales en la piel, denominadas melasmas, en los lugares en los que se han formado sus lesiones características. Y eliminarlas no es una tarea sencilla, además de ser un proceso lento. Hay que tener en cuenta que si el tratamiento aplicado es demasiado agresivo la piel puede reaccionar oscureciendo aún más las manchas, por lo que es conveniente que éste sea aplicado por un dermatólogo especializado.
Hay productos, como la isotretinoína, que ofrecen buenos resultados a medio y largo plazo. Pero puede reforzarse con un peeling químico para el que se pueden utilizar diferentes sustancias: ácido retinoico, ácido glicólico o ácido salicílico, entre otras.
No obstante, en las clínicas de estética se ofrecen otras alternativas terapéuticas para la eliminación de manchas residuales del acné, tanto en forma de peeling químico como mediante la aplicación de láser o la combinación de ambos.

Láser para eliminar manchas residuales del acné
Para eliminar las manchas residuales del acné se utilizan fundamentalmente dos tipos de láser, que se combinan con tratamientos de continuación en casa mediante fórmulas despigmentantes y antioxidantes:
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Fraxel: es el menos agresivo, ya que se aplica únicamente a la superficie de la piel, afectando a los pequeños vasos dilatados que inducen la formación de la mancha. A los pocos días de su aplicación, las manchas rojas residuales del acné se aclaran perceptiblemente.
- Pixel: es más agresivo que el anterior, ya tiene una mayor capacidad de penetración en la piel, mediante la realización de microperforaciones, dejando piel sana entre ellas, lo que favorece la formación de piel sana nueva. Una sesión de este láser equivale a cinco del Fraxel, pero el paciente necesita 4-5 días de recuperación. Se suelen dar cuatro sesiones, una al mes, y se puede complementar con dos o tres sesiones de peeling químico y un tratamiento de mantenimiento para realizar en casa durante tres meses.