Aunque por lo general el glaucoma se identifica con la elevación de la presión intraocular (PIO) por encima de los 21 mm de mercurio, lo cierto es que hay situaciones en los que esta correlación causa-efecto no se da necesariamente. Esta circunstancia puede darse especialmente en pacientes de edad avanzada en los que coexisten diferentes factores de riesgo asociados al glaucoma y que por distintas razones comprometen la integridad del nervio óptico, sin que ello induzca un incremento de la presión intraocular. En tales casos, el glaucoma recibe, entre otros, el nombre de glaucoma con presión intraocular normal, glaucoma normotenso o glaucoma de baja tensión.
glaucoma
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Al dificultar el riego sanguíneo del ojo: diabetes, hipertensión arterial especialmente si el tratamiento causa bajadas drásticas de la tensión arterial durante la noche), hipotensión arterial, arritmias cardíacas, insuficiencia cardíaca, etc.
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Por reducir la llegada de oxígeno al nervio óptico: insuficiencia respiratoria, apnea del sueño, etc.
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Al causar daño neurológico de forma directa o indirecta, como es el caso de las migrañas.
Todo ello, por otra parte, hace que el glaucoma con presión intraocular normal presente también síntomas diferentes, como es el caso de la afectación de la visión central o la aparición de hemorragias en el disco ocular. Todo ello se complementa con alteraciones propias de la estructura ocular que detectan durante la exploración del ojo.
Tratamiento del glaucoma con presión intraocular normal
El daño en el nervio óptico puede hacer que, al encontrarse debilitado, la presión intraocular resulte excesiva para él. De ahí que para el tratamiento de este tipo de glaucoma sea igualmente necesario actuar farmacológicamente para tratar de reducirla. Asimismo, habrá que tratar adecuadamente la o las causas que inducen una menor llegada de la sangre y/o el oxígeno: cambiar el tratamiento de la hipertensión arterial, controlar la diabetes, mejorar la función pulmonar, tratar la apnea del sueño, normalizar la tensión arterial en casos de hipotensión, etc. También la cirugía, sea convencional o por láser, tiene su indicación en el tratamiento del glaucoma con presión intraocular normal.
Por último hay que señalar que en la actualidad se ha definido también la necesidad de desarrollar un tratamiento neuroprotector para evitar que aumente el daño generado en el nervio óptico y preservar así la parte de su estructura que no está lesionada. Sin embargo, aunque se conocen muchas sustancias que pueden tener este efecto, la eficacia de las mismas no ha sido todavía demostrada. Entre estas sustancias se encuentran algunos fármacos utilizados para controlar la presión intraocular, pero también otras presentes en los alimentos, como los ácidos grasos esenciales omega-3, el magnesio, el Gingko biloba o las vitaminas del grupo B.