Un ojo sano produce de forma continua un líquido denominado humor acuoso, que circula en la cámara anterior del ojo y que se elimina a través de un sistema de drenaje denominado red trabecular y situado en el ángulo que se forma en la unión del iris con la córnea. Si el humor acuoso no se elimina en la misma medida en que lo produce el ojo a consecuencia de una pérdida de eficiencia del sistema de drenaje o la obstrucción del mismo, entonces se acumula en el interior del ojo y provoca el aumento de la presión intraocular (PIO).
En el primer caso es un proceso más o menos progresivo y en el segundo repentino. Si esta situación no recibe el tratamiento médico adecuado y la presión intraocular se mantiene elevada, entonces se pueden llegar a producir daños en el nervio óptico y como consecuencia llegar a la ceguera. Este cuadro patológico es el que recibe el nombre de glaucoma.
El tipo más frecuente de glaucoma es el denominado de ángulo abierto. No suele causar síntomas y se caracteriza porque la acumulación de humor acuoso es progresiva ya que todavía se produce el drenaje del mismo a través de la red trabecular, aunque no en la cantidad necesaria. Pero existe otro tipo, el de ángulo cerrado, en el que se produce el bloqueo del sistema de drenaje, ocasionando la elevación repentina de la PIO y un cuadro sintomático claro que implica enrojecimiento y dolor del ojo, alteraciones de la visión, náuseas y vómitos y que debe ser tratado de forma inmediata.
Por otra parte, hay que señalar que el glaucoma puede ser primario, es decir constituir una entidad patológica independiente, o secundario, en cuyo caso está asociado a enfermedades previas cuya evolución desencadena su desarrollo.
Causas del glaucoma
Las causas del glaucoma pueden ser muy diferentes. En algunos casos hay un componente hereditario (glaucoma congénito) por el que el sistema de drenaje del humor acuoso no llega a desarrollarse correctamente; y de hecho los antecedentes familiares se consideran como un factor de riesgo. También puede ser consecuencia directa de otras afecciones oculares. Pero hay otros factores que predisponen a sufrirlo: tabaquismo, diabetes tipo 2, hipertensión arterial, etc.
Finalmente el glaucoma puede sobrevenir a causa de un traumatismo ocular que genere un aumento de la PIO, como consecuencia de una hemorragia interna del ojo, como una complicación de una cirugía ocular, la obstrucción de vasos sanguíneos de la retina o a raíz de tratamientos prolongados con corticoesteroides.
La edad es un factor de riesgo importante frente al glaucoma, especialmente a partir de los 40 años y multiplicándose a partir de los 60. Otro factor de riesgo es la miopía.