¿Es dolorosa la cirugía ocular con láser? Esta es una pregunta que suele referirse a las intervenciones quirúrgicas para la corrección de la vista que se realiza con tecnología láser. Y la respuesta es siempre negativa, independientemente de la técnica utilizada.
Para realizar las pruebas de exploración necesarias preestablecidas antes de la intervención se aplica un colirio anestésico en la superficie ocular, por lo que éstas no resultan molestas. Y lo mismo se hace en la propia cirugía, por lo que la única molestia que se siente en el poco tiempo que se requiere para llevarla a cabo se refiere a la colocación del blefaros, el aparato que permite que el ojo se mantenga completamente abierto durante todo el procedimiento.
Y después de la cirugía tampoco hay dolor, más allá de unas leves molestias y un poco de sequedad en la superficie del ojo, para lo que se se suele recomendar la aplicación de lágrimas artificiales para lubricarlo adecuadamente. La realidad es que pocos minutos después de haberse sometido a este tipo de cirugía se puede reanudar la actividad habitual con normalidad, aunque hay que seguir las recomendaciones del médico.
Otros tipos de intervención
En realidad lo mismo ocurre, aunque con matices, en cualquier intervención de cirugía oftálmica en las que se utiliza tecnología láser para realizarla, ya que siempre se utiliza anestesia, sea local o general, dependiendo del tipo de técnica.