La desviación de espalda o escoliosis es una afección de la columna vertebral que suele presentarse durante la etapa de crecimiento y desarrollo de la persona, aunque en ocasiones se presenta desde el nacimiento. La columna se encuentra desviada hacia un lateral de la espalda con una curvatura anormal. En la mayoría de las ocasiones la desviación es leve o moderada y puede corregirse con el tiempo o bien no entrañar ningún riesgo.
Durante el embarazo, la espalda soporta el peso del feto que va creciendo lo que ocasiona que se acentúe la curvatura lumbar y que requiera de mayor esfuerzo. Estar embarazada y tener escoliosis no es fácil, aunque dependerá del nivel de curvatura de la espalda, por este motivo es necesario que el médico controle muy de cerca la evolución tanto de la madre como del bebé.
Molestias principales
Normalmente, durante el primer trimestre, la futura madre, que además tiene escoliosis, apenas notará ningún síntoma. Aunque si la desviación es acusada puede comenzar antes. Los síntomas que notará durante esta etapa serán los mismos que los que sufre cualquier mujer con escoliosis, embarazada o no: presión sobre el corazón o los pulmones, aumento de la curvatura de la espalda, disminución de la capacidad física, afectación del sistema nervioso, desequilibrio entre los brazos, piernas y caderas, etc.
No obstante, a medida que evoluciona el embarazo se pueden destacar tres síntomas que afectarán a la calidad de vida de la embarazada:
- Dolor de espalda: es normal que las mujeres embarazadas tengan dolor de espalda debido al peso soportado, sin embargo, las mujeres que además sufren escoliosis verán aumentado este problema causando un nivel de dolor mayor en la parte baja de la espalda. Como consecuencia se encontrarán con problemas para caminar o para conciliar el sueño.
- Reducción de la capacidad pulmonar: el aumento de tamaño de la placenta ocasiona que los órganos internos se muevan para dar cabida al feto. Esto producirá una gran presión sobre el diafragma que provocará dificultades para respirar. Por otro lado, la escoliosis lleva asociada dificultad respiratoria que junto con la presión ejercida en el diafragma por el útero influirá en un aumento del consumo de oxígeno.
-
Limitaciones de movimiento: durante el embarazo la diferencia de altura en las piernas, caderas o brazos se acentúa, ocasionando dificultades para moverse de manera correcta.
La escoliosis no es un impedimento para quedarse embarazada, únicamente puede incrementar algunos de los síntomas habituales de la afección. Por lo tanto, es importante extremar los cuidados de la espalda.
Tratamiento de la escoliosis
La escoliosis generalmente se trata con el uso de un corsé, con cirugía o con tratamiento farmacológico para disminuir los síntomas. Sin embargo, durante el embarazo la mujer está muy limitada, no puede usar corsé y los fármacos y la cirugía solo se recomiendan en caso de que no haya otra alternativa debido a los riesgos que puede ocasionar en el feto.
Por estos motivos se deben utilizar vías alternativas para paliar los síntomas como:
- Masajes.
- Acupuntura.
- Descanso.
- Cinturón prenatal.
- Evitar malas posturas o coger peso.
-
Realizar ejercicios de estiramientos de la zona lumbar y dorsal.
Es importante consultar con el médico la utilización de cualquiera de estas vías para evitar un perjuicio al bebé.