Residencia y Centro de Día Las Rozas

Mi más profundo agradecimiento a la Residencia Sanitas Las Rozas por el exquisito cuidado que dispensaron a mi padre.
Aunque desgraciadamente no estuvo mucho tiempo, desde el mismo día de su ingreso percibimos la ayuda, la cercanía, la profesionalidad y el cariño que ofrecen a todos los residentes.
En mi caso, el cambio para bien se hizo notar en días.
No podría enumerar a todas las personas implicadas en la atención..Eva la directora, auxiliares, doctores, fisios, recepción, cocineras...
Gracias, gracias a todos, por haberme hecho sentir que no me equivoqué en la decisión.
En estos casos siempre se tienen dudas y necesitamos una conciencia tranquila. Al fin y al cabo nos acompañará toda la vida.
GRACIAS!

Quiero expresar mi mas sincero agradecimiento al equipo de Residencia Sanitas las Rozas por los excepcionales cuidados brindados, dedicación y profesionalidad a nuestros mayores. Desde el primer día, nos sentimos bienvenidos y respaldados.
Gracias por todo el cariño, preocupación, por todo vuestro trabajo.
Gracias por acompañarnos a las familias en un camino tan difícil.

Ingresamos a mi madre a finales de agosto.Desde el primer momento,el trato fué exquisito.A mi madre la veo muy bien cuidada y atendida.Están muy encima y detectan cualquier problema.
En mes y medio , la evolución ha sido espectacular.
Trato familiar y cercano.Excelente trabajo por parte de Eva,la Directora ,pasando por Nati,la médico Geriatra, Sara,la psicóloga,Javier,el fisioterapeuta...y tantos otros cuyo nombre no recuerdo.( las chicas de recepción, las cuidadoras etc)

En fin ,realmente contentos.
Ingresar a un familiar en una residencia siempre es una vivencia un tanto estresante,per se ,pero ver que allí está feliz y recibe un trato excelente reconforta y proporciona tranquilidad de espíritu.
Es un gasto importante y,hasta el momento ,vemos que merece la pena.

5 estrellas bien merecidas !!

Mi madre llegó a la residencia hace tres años. El primero fue usuaria del centro de día y después, ante el empeoramiento de su estado, ingresó como residente hace dos.

En ese tiempo, ha estado perfectamente atendida y, lo que para mí es más importante, ha recibido y recibe un cariño tan grande y sincero, que hacen que sienta que la decisión que tomé en su día, aunque dura, fue la correcta.

En este tipo de actividad es obvio que es imprescindible la profesionalidad y la preparación, porque tienen que enfrentarse a situaciones muy delicadas, pero esa profesionalidad la acompañan con sensibilidad, humanidad y cariño; y eso no se aprende en ningún centro de formación. Eso se tiene o no se tiene, y la plantilla de la residencia lo tiene.

Deseo que mi madre viva todavía muchos años y no concibo un sitio mejor donde pasarlos porque estaré tranquilo sabiendo que está en las mejores manos.

Con mi agradecimiento para siempre.