¿Qué es la demencia?
La demencia es un síndrome, un conjunto de síntomas, que afecta de manera progresiva las funciones neuronales del paciente que incluyen la memoria, el habla, el razonamiento, la compresión, el comportamiento y el control de las emociones. Este deterioro incapacita al paciente para realizar las actividades habituales hasta poder llegar a una completa dependencia de sus cuidadores.
¿Cómo afecta la demencia a los adultos mayores?
La demencia en adultos mayores provoca un deterioro progresivo de las funciones cognitivas, emocionales y sociales, afectando de forma directa a su autonomía y calidad de vida. Los primeros signos suelen manifestarse como pérdidas de memoria, desorientación temporal o espacial, y dificultades para comunicarse o tomar decisiones. Con el tiempo, estas alteraciones se acentúan y pueden ir acompañadas de cambios en la conducta o en la personalidad.
A medida que la enfermedad avanza, las personas con demencia pueden perder la capacidad para realizar actividades cotidianas, como vestirse, preparar la comida o mantener una conversación coherente. Asimismo, pueden experimentar episodios de ansiedad, apatía o irritabilidad, derivados de la confusión que genera su entorno.
En las fases más avanzadas, la demencia puede afectar incluso a las funciones motoras y al control emocional, lo que incrementa la dependencia del apoyo familiar o profesional. En este punto, un entorno adaptado y la supervisión médica continua resultan esenciales para mantener el bienestar físico y emocional de la persona.
La demencia impacta en quien la padece y también en su entorno cercano. Las familias suelen enfrentarse a una gran carga emocional y física, por lo que contar con orientación profesional es clave para aprender a manejar la enfermedad y cuidar sin sobrecargarse.
En Sanitas Mayores, acompañamos en cada etapa de la demencia desde una perspectiva integral, combinando atención médica, terapias personalizadas y apoyo psicológico tanto para el paciente como para su familia.
Clasificación y tipos de demencia
Para conocer cómo se clasifican los tipos de demencia hay que tener en cuenta el origen o su causa. Las demencias pueden dividirse principalmente en degenerativas primarias, secundarias y vasculares. Sin embargo, existen otras clasificaciones, según las zonas cerebrales afectadas o su posible reversibilidad.
Tipos de demencia según su origen
Atendiendo a su causa u origen, encontramos las demencias degenerativas primarias, secundarias o vasculares.
Demencia degenerativa primaria
Las demencias degenerativas primarias son las más frecuentes. Su causa exacta es desconocida y evolucionan de forma lenta pero progresiva. Actualmente no tienen cura, aunque es posible retrasar su avance mediante terapias y cuidados especializados.
Dentro de este grupo encontramos:
- Enfermedad de Alzheimer: la causa más común de demencia en todo el mundo. Provoca pérdida de memoria, desorientación y posibles cambios de comportamiento.
- Demencia frontotemporal: afecta principalmente a los lóbulos frontales y temporales del cerebro, provocando alteraciones del lenguaje y del comportamiento desde fases iniciales.
- Enfermedad de Pick: una variante específica de la demencia frontotemporal. Se caracteriza por comportamientos inapropiados y problemas motores.
- Demencia por cuerpos de Lewy: produce síntomas similares al alzhéimer, pero se distingue por las fluctuaciones del estado mental, las alucinaciones visuales y los síntomas motores parecidos a los del párkinson.
- Enfermedad de Parkinson con demencia: afecta a personas con párkinson avanzado. Se asocia a lentitud mental, alteraciones en la atención y síntomas motores.
- Enfermedad de Huntington: enfermedad hereditaria rara que destruye las neuronas del cerebro, provocando una demencia combinada con trastornos motores graves.
Estas demencias requieren cuidados especializados desde las fases iniciales para preservar el bienestar de la persona y retrasar la pérdida de funciones.
Demencias secundarias
Las demencias secundarias aparecen como consecuencia de otras enfermedades o alteraciones orgánicas. Tienen una incidencia menor y, en algunos casos, son reversibles si se detectan y tratan a tiempo.
Pueden deberse a:
- Infecciones del sistema nervioso central (como la neurosífilis).
- Tumores cerebrales.
- Alteraciones endocrinas o metabólicas (hipotiroidismo, déficit vitamínico).
- Intoxicaciones crónicas (por alcohol, fármacos o metales pesados).
- Trastornos autoinmunes.
- Enfermedades de depósito (como la porfiria).
- Enfermedades neurológicas no degenerativas (esclerosis múltiple, epilepsia).
El tratamiento de la causa subyacente puede detener o incluso revertir el deterioro cognitivo en ciertos casos.
Demencia vascular
Las demencias vasculares son la segunda causa más frecuente de demencia después del alzhéimer. Se producen por una disminución del riego sanguíneo al cerebro, debido a pequeños infartos, accidentes cerebrovasculares o daños en los vasos sanguíneos.
El daño cerebral es progresivo, pero puede ralentizarse si se controla adecuadamente la causa. Son más frecuentes en personas de edad avanzada con antecedentes de ictus o factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes, colesterol alto).
Entre las principales formas clínicas destacan:
- Enfermedad lacunar.
- Enfermedad de Binswanger.
- Demencia multiinfarto.
- Demencia por hipoperfusión cerebral.
- Demencias por hemorragias cerebrales.
Tipos de demencia más habituales
¿Cuáles son las demencias que se diagnostican con mayor frecuencia? A continuación, te explicamos brevemente las más comunes:
Enfermedad de Alzheimer
Es la demencia más frecuente. Provoca un deterioro progresivo de la memoria, el lenguaje y las habilidades sociales. Afecta principalmente a personas mayores de 65 años, aunque puede aparecer antes en casos familiares. En Sanitas contamos con centros especializados en el cuidado de personas con Alzheimer.
Conoce nuestros centros especializados en Alzheimer
Demencia en la enfermedad de Parkinson
Aunque el párkinson es principalmente un trastorno del movimiento, hasta un 50% de las personas con esta enfermedad desarrollan deterioro cognitivo en fases avanzadas. La demencia asociada al párkinson afecta a la concentración, la planificación y el pensamiento abstracto. Es frecuente la aparición de alucinaciones o delirios.
Conoce nuestros centros especializados en Párkinson
Demencia en la enfermedad de Huntington
Se trata de una enfermedad hereditaria rara, con aparición en edades más tempranas (entre los 30 y los 50 años). Provoca movimientos involuntarios, cambios de personalidad y deterioro mental progresivo. El pronóstico suele ser desfavorable, aunque los cuidados especializados ayudan a preservar la calidad de vida.
Demencia en la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ)
Es una enfermedad muy poco frecuente pero agresiva. Está causada por proteínas priónicas anómalas, que destruyen las neuronas rápidamente. La evolución es muy rápida, produciendo deterioro cognitivo grave, pérdida del habla, rigidez muscular y finalmente la muerte en un plazo de 1 a 2 años desde el diagnóstico.
Demencia por cuerpos de Lewy
Es la segunda demencia degenerativa más frecuente después del alzhéimer. Su rasgo distintivo son las fluctuaciones del estado cognitivo y las alucinaciones visuales. También produce síntomas físicos similares al párkinson, como temblores o rigidez. Las terapias personalizadas permiten mejorar la calidad de vida y minimizar las crisis.
Demencia por enfermedad de Pick
Una variante de la demencia frontotemporal. Afecta a personas más jóvenes (entre 45 y 60 años). Los primeros síntomas suelen ser comportamientos desinhibidos, alteraciones del lenguaje y pérdida del control muscular. La evolución es rápida, con una esperanza de vida media de 6-7 años. En Sanitas adaptamos los cuidados según cada caso y fase.
¿Cómo cuidar a adultos mayores con demencia?
Cuidar a una persona con demencia requiere profesionalidad, empatía y planificación. El objetivo es mantener su bienestar, su seguridad y la máxima autonomía posible durante todo el proceso.
En las fases iniciales, es fundamental establecer rutinas claras y predecibles, ya que aportan seguridad y reducen la confusión. La comunicación debe ser siempre tranquila, sencilla y afectuosa, utilizando frases cortas y evitando correcciones bruscas que puedan generar frustración.
El entorno también cumple un papel esencial: los espacios deben ser seguros, bien iluminados y libres de obstáculos, con elementos visuales que faciliten la orientación. Incorporar actividades de estimulación cognitiva y sensorial, como la música, los ejercicios de memoria o las manualidades, ayuda a conservar las capacidades mentales y a mejorar el estado de ánimo.
En fases intermedias o avanzadas, los cuidados deben adaptarse a las nuevas necesidades físicas y emocionales. La asistencia en la vida diaria (alimentación, higiene, movilidad) requiere una supervisión constante por parte de profesionales especializados en demencias, capaces de reconocer los cambios de comportamiento o de salud a tiempo.
Por eso, en Sanitas Mayores ofrecemos centros libres de sujeciones, con planes de atención individualizados y un enfoque centrado en la persona. Cada paciente cuenta con un equipo multidisciplinar formado por médicos, psicólogos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas y personal de enfermería, que trabajan coordinados para preservar su dignidad, estimular sus capacidades y acompañar cada fase de la enfermedad.
Además, apoyamos activamente a las familias, ofreciéndoles orientación, formación y acompañamiento emocional, porque cuidar de quien cuida es parte del proceso.
En definitiva, el cuidado de una persona con demencia requiere experiencia, sensibilidad y un entorno adecuado y por eso, nos adaptamos a cada tipo de demencia y a cada persona, con el objetivo de mantener su bienestar y su conexión con el entorno durante el mayor tiempo posible.