Las pastillas anticonceptivas, popularmente conocidas como la píldora, son contraceptivos hormonales que se administran por vía oral y que constituyen el método más seguro para evitar el embarazo, ya que su eficacia se sitúa en torno al 99%, siempre y cuando se utilice correctamente. Están constituidas por hormonas femeninas, estrógenos y progestágenos, a diferentes dosis, según la presentación.
Básicamente, actúan regulando el ciclo menstrual e inhibiendo la ovulación, aunque para ello hay que tomar una píldora diaria. De hecho, uno de los factores fundamentales de la eficacia de las pastillas anticonceptivas es cumplir con la toma diaria, pues el no hacerlo así (los olvidos) es la principal causa de fallo de este sistema anticonceptivo. Para evitarlo, en la actualidad son no pocas las presentaciones que evitan el descanso de seis o siete días al mes que antes era preceptivo, pues incluya para esos días pastillas de glucosa con la misma apariencia, de modo que se mantiene una toma diría sin descanso.
Otras pastillas anticonceptivas
A los anticonceptivos orales tradicionales hay que sumar otras dos presentaciones:
- Minipíldora: solo contiene progesterona y por lo general se utiliza en mujeres de más de 40 años o que tienen diabetes, hipertensión o colesterol elevado. Está especialmente contraindicada si se ha sufrido algún embarazo ectópico.
- Píldora del día después: se utiliza como anticonceptivo de emergencia en las 72 horas posteriores a un coito sin protección, aunque su eficacia se reduce según aumenta el tiempo transcurrido.
Efectos secundarios de las pastillas anticonceptivas
El principal efecto secundario de las pastillas anticonceptivas es que incrementan el riesgo de formación de trombos, por lo que no se recomienda su uso en mujeres con factores de riesgo cardiovascular (tabaquismo, hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia) o con trastornos de la coagulación.
No obstante, existen otros efectos secundarios a tener en cuenta:
- Cambios en el ciclo menstrual.
- Aumento del sangrado menstrual.
- Incremento de la sensibilidad de las mamas.
- Náuseas.
- Cambios de humor.
- Dolores de cabeza.
- Aumento de peso.
Contraindicaciones de las pastillas anticonceptivas
Existen una serie de situaciones en las que el uso de la píldora como método anticonceptivo está contraindicado o no es recomendable.
1) Contraindicaciones absolutas
- Mujeres con flebitis, antecedentes de embolia pulmonar o enfermedades cardiacas que favorezcan la formación de coágulos (valvulopatías), ya que se incrementa el riesgo de formación de trombos en el sistema venoso y, por tanto, de sufrir trombosis o accidentes cerebrovasculares.
- Mujeres fumadoras, especialmente si son mayores de 35 años.
- Mujeres que hayan sufrido un cáncer de mama o útero, que en muchos casos son de origen hormonal.
- Mujeres con cefaleas fuertes, epilepsia o hipertensas.
2) Contraindicaciones relativas
- Mujeres con enfermedades hormonodependientes (fibromas en el útero, quistes benignos de mama, etc.)
- Obesas.
- Mujeres con varices.
- Mujeres que sufran migrañas.
- Algunos medicamentos alteran la eficacia de las pastillas anticonceptivas, por lo que deberá informarse al ginecólogo si está siguiendo algún tratamiento farmacológico.
- Se puede tomar en casos de diabetes, hipertensión leve o hipercolesterolemia moderada, siempre que estas patologías estén debidamente controladas.
- En caso de aborto, se puede tomar inmediatamente después de haberlo sufrido, pero se debe esperar al menos unos días después de un parto.
Pastillas anticonceptivas y cáncer
Mucho se ha hablado sobre la posibilidad de que el uso de anticonceptivos hormonales incremente el riesgo de sufrir algunos tipos de cáncer o proteja frente a otros. En la actualidad se aceptan los estudios realizados a este respecto establecen lo siguiente:
- Pueden aumentar ligeramente el riesgo de cáncer de mama, especialmente en mujeres jóvenes. Este riesgo se anula 10 años después de dejar de tomarlos.
- Hay un menor riesgo de sufrir cáncer de ovario y de endometrio. La protección es mayor cuanto más tiempo se tomen.
- Se incrementa el riesgo de cáncer de cuello de útero relacionado con la infección por papilomavirus.
- También se asocia a un mayor riesgo mayor de que aparezcan tumores benignos en el hígado, pero no está nada claro que se incremente el riesgo de sufrir un cáncer hepático.