El estreñimiento es un trastorno muy frecuente que puede alterar nuestro bienestar. En la mayoría de las ocasiones suele ser temporal, pero, en otras, puede ser un indicador de una enfermedad grave. En este artículo hacemos un análisis exhaustivo de esta alteración y de cómo combatirla. Y nos detenemos en mostrar cómo afecta a una persona con alzhéimer.
¿Por qué se produce el estreñimiento?
Cuando comemos, los alimentos se mueven a través del tracto digestivo para que los nutrientes se vayan absorbiendo en el intestino delgado. Los desechos se van moviendo a lo largo del intestino grueso (colon) mediante unas contracciones musculares (los movimientos peristálticos).
Mientras se forman las heces, el colon absorbe el agua de estos desechos, lo que crea una materia sólida. Las contracciones musculares empujan las heces hacia el recto y, cuando llegan, la mayor parte del agua se ha absorbido, lo que hace que las heces sean sólidas.
Si la persona tiene estreñimiento, es posible que las heces se muevan a través de colon muy lentamente, lo que provoca que se absorba demasiada agua. Entonces, las heces se vuelven secas, duras y difíciles de expulsar.
Estreñimiento en personas con alzhéimer
Para poder controlar el intestino, debemos tener la necesidad de vaciarlo. Esa sensación se tiene cuando las heces se mueven en el recto, provocando que se expanda y envíe mensajes al cerebro, mediante vías sensoriales, de que el intestino tiene que vaciarse. Unas terminaciones nerviosas afinadas son capaces de distinguir si las heces son sólidas, líquidas o se trata de gases, y reaccionar de acuerdo a estas sensaciones.
En la fase inicial o moderada del alzhéimer, esto puede que no sea un problema, pero, a medida que la enfermedad progresa, el cerebro está más dañado y, por tanto, aumenta la sensación de confusión. La persona puede comenzar a estar menos alerta a la sensación que acompaña cuando las heces están en el recto, provocando estreñimiento.
Las personas con problemas cognitivos severos son menos conscientes de sus hábitos intestinales. Dependen de sus cuidadoras para poder ir al baño o limpiarse, lo que puede afectar a sus hábitos.
En personas con alzhéimer, el estreñimiento puede empeorar su confusión y su irritabilidad. Se cree que es debido al dolor y a las molestias que provoca. Pero si no se diagnostica correctamente, los síntomas se pueden confundir como parte de la demencia.
El problema no es solo que no se aborde el estreñimiento, sino que al paciente se le prescriba un antipsicótico para tratar los trastornos de comportamiento. Como algunos de estos medicamentos provocan estreñimiento, la situación empeorará.
Además, el estreñimiento es responsable de muchas de las infecciones de orina que tan frecuentemente se diagnostican en los adultos mayores. Por eso, es conveniente llevar un riguroso registro de las deposiciones. Bastará con anotar los días y horas en que se producen.
Cómo prevenir el estreñimiento
A continuación, te damos los principales consejos para prevenir el estreñimiento:
- Comiendo alimentos con más fibra, como cereales integrales, frutas y vegetales. Es importante que, si se aumenta el consumo de fibra, se incremente la ingesta de líquidos para evitar el estreñimiento.
- Beber más fluidos para mantener las deposiciones húmedas. Al menos, 6 o 8 vasos de agua al día (aproximadamente 1,5 o 2 litros). Tomar gelatinas y sopas ayudará. Se puede probar a tomar líquidos tibios, especialmente, por la mañana. Una buena señal para saber si se está bebiendo suficiente agua es observar si la orina es de color amarillo pálido.
- Aumentar la actividad física contribuirá a que el intestino tenga más actividad. Los adultos mayores, que permanecen inmóviles la mayoría del tiempo, tendrían que realizar ejercicios sentados, caminar distancias cortas y levantarse de la silla de ruedas.
- Estar atentos a las señales que envían los intestinos. Si se siente la urgencia, ir al baño lo antes posible.
- Conocer los hábitos intestinales. Existe un momento del día en el que los intestinos están más activos, especialmente, después de que pase un tiempo al terminar las comidas. Concretamente, después del desayuno. Cuando comemos, estimulamos la actividad en el sistema digestivo, ayudando a mover las deposiciones a través de los intestinos. Ir al baño después de una comida puede ayudar a que este hábito sea más efectivo.
- Para las personas con demencia, que necesiten ayuda, es muy conveniente crear una rutina. Se debe intentar visitar el baño, todos los días, a la misma hora.
- Sentarse correctamente en el inodoro. Sentarse derecho puede facilitar la tarea de empujar sin esfuerzo. Colocar un pequeño taburete debajo de las piernas podría ayudar.
- A veces, un masaje estomacal puede contribuir a estimular los intestinos. Se puede probar con un movimiento circular sobre el estómago.
Remedios para combatir el estreñimiento en adultos mayores
Se puede utilizar la estimulación digital para facilitar la defecación. Para ello, hay que seguir los siguientes pasos:
- Introducir un dedo lubricado en el ano para hacer un movimiento circular que relaje el esfínter. Esta actividad puede llevar varios minutos.
- Después de realizar la estimulación, siéntese en el inodoro. Si permanece en la cama, use el orinal. Intente adoptar la posición más parecida a estar sentado. Si no puede sentarse, acuéstese del lado izquierdo.
- Tómese su tiempo e intente estar lo más relajado posible.
- Si en 20 minutos, no ha observado ningún progreso, repita la operación.
- Trate de contraer los músculos abdominales y presione mientras evacua. También puede probar a inclinarse hacia delante mientras presiona.
- Realice la estimulación con un dedo todos los días hasta que adopte un patrón regular en las defecaciones.
Fije una hora, diariamente, para defecar. El mejor momento suele ser entre 20 o 40 minutos después de una comida, dado que comer estimula la actividad intestinal.
Entrenamiento de los músculos pélvicos: el entrenamiento de biorregulación implica trabajar con un terapeuta los músculos de la pelvis para aprender a relajarlos y a contraerlos. Durante la defecación, ser capaz de relajar estos músculos en el momento correcto puede ayudar a expulsar las heces con mayor facilidad.
Tratamiento con laxantes para ablandar las heces
Existen distintos tipos de laxantes y cada uno funciona de manera diferente.
- Suplementos de fibra. Estos productos agregan volumen a las heces, lo que hace que sean más blandas y fáciles de evacuar. Entre los suplementos de fibra se encuentran: psilio, policarbófilo de calcio y metilcelulosa.
- Estimulantes. Sustancias, como el bisacodilo y los senósidos, hacen que los intestinos se contraigan. El bisacodilo crea dependencia, es decir, se vuelve inefectivo tras un uso prolongado.
- Osmóticos. Los laxantes osmóticos ayudan a que las heces se muevan por el colon porque aumentan la secreción de líquido de los intestinos, lo que ayuda a estimular la evacuación. Entre estos productos se encuentran hidróxido de magnesio oral, citrato de magnesio, lactulosa y polietilenglicol. Estos medicamentos son los más indicados para las personas mayores, especialmente, para las que sufren demencia, dado que facilitan la expulsión de las heces.
- Lubricantes. El aceite mineral permite que las heces se muevan por el colon con mayor facilidad. Antes de tomarlo, debe consultarlo con su médico.
- Los ablandadores de heces se encargan de humedecer las heces al extraer agua de los intestinos, como docusato sódico y docusato cálcico.
- Enemas y supositorios. Los enemas pueden ser útiles para ablandar las heces y estimular la defecación. Los supositorios de glicerina o de bisacodilo también favorecen la evacuación al ser capaces de estimular y aportar lubricación.
Aunque los laxantes se puedan adquirir sin receta médica, no implica que tomarlos carezca de riesgos. Por eso, es mejor consultarlo antes con el médico. Para indicar al paciente el tipo de laxante adecuado es preciso realizar antes una correcta historia clínica. Además, hay que tener en cuenta que un uso excesivo puede provocar que los intestinos pierdan respuesta muscular y nerviosa, y la persona termine dependiendo de ellos para poder defecar.
Por qué es importante comer fibra, tipos y cuánta consumir
La fibra es un tipo de carbohidrato que el cuerpo no puede digerir. Ayuda a regular el uso de los azúcares, lo que contribuye a que la persona se sienta satisfecha por más tiempo y tenga menos ganas de comer. Los alimentos ricos en fibra favorecen la digestión, al aumentar el volumen y la regularidad al expulsar las heces. Por lo tanto, combaten el estreñimiento.
El consumo de fibra ayuda a las personas con intestino irritable y diverticulitis (inflamación de las bolsas abultadas que, generalmente, suelen aparecer en el intestino grueso). También puede reducir el colesterol y el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria, un ictus, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.
La cantidad de fibra que se debe ingerir diariamente depende de la edad y del sexo. Los hombres de 50 años deben consumir, al menos, 38 gramos de fibra por día. Los mayores de esa edad, deben tomar 30 gramos al día. Las mujeres de 50 años o menos deben consumir 25 gramos al día. Y las mayores de esa edad, 21 gramos.
- Se recomienda tomar, al menos, dos tazas de frutas y dos tazas y media de vegetales por día.
- Se debe sustituir el pan blanco por pan y cereales integrales y el arroz blanco, por arroz integral.
- En cada porción hay que intentar obtener 5 gramos de fibra. Para ello, hay que consultar las etiquetas en las que viene la información nutricional.
- Se puede agregar un cuarto de salvado de trigo molido a los alimentos, mezclándolo, por ejemplo, con ensaladas, puré de manzana o un pastel de carne. El salvado de trigo es la parte externa, lo que cubre el cereal. Es una fuente importante de fibra insoluble.
- Se recomienda tomar media taza de legumbres (alubias, garbanzos, lentejas).
- No conviene aumentar excesivamente el consumo de fibra al día porque puede provocar que se sienta hinchado, sufrir calambres o gases. Para prevenir estos síntomas, se recomienda aumentar el consumo de fibra lentamente.
Los expertos aconsejan introducir uno de los cambios señalados anteriormente y esperar varios días o una semana hasta añadir un nuevo cambio. Si un cambio parece no funcionar, inténtelo con otro. Es muy importante beber más líquidos a medida que se aumenta la cantidad de fibra que se ingiere. Los líquidos ayudan a digerir la fibra. Se recomienda beber ocho vasos al día. Si no se toma suficiente agua, el estreñimiento puede empeorar.
¿Qué tipos de fibra hay?
La fibra se presenta en formas solubles e insolubles.
La fibra soluble se puede disolver en agua y crea una sustancia suave, similar a un gel, a medida que pasa por el sistema digestivo. Puede ayudar a reducir los niveles de glucosa, así como el colesterol en sangre. Entre los alimentos con fibra soluble se encuentran la avena, las semillas de chía, las nueces, las alubias, las lentejas, las manzanas y los arándanos.
La fibra insoluble, que no se disuelve en agua, conserva la mayor parte de su estructura cuando pasa por el sistema digestivo. Los alimentos con fibras insolubles son: productos de trigo integral, especialmente el salvado de trigo; la quinoa (una semilla); arroz integral; legumbres; verduras de hoja verde, como la col rizada; frutos secos, como las nueces y las almendras; semillas y frutas con piel que se puedan comer, como las peras y las manzanas.
Ambas formas de fibra se unen con las heces, aumentando su peso y tamaño y consiguiendo ablandarlas, lo que facilita su paso por el recto.
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