La tartrectomía es el nombre técnico con el que se conoce a la limpieza dental que realiza el odontólogo, en la que se elimina el sarro, la placa bacteriana y las manchas superficiales. Pero lo más importante es eliminar los cálculos que se forman a causa de la mineralización de la placa dental (sarro) y que se adhieren a los dientes, ya sea junto a la línea de la encía, en los espacios interdentales o en el interior de la encía.
Aun cuando se mantenga una correcta higiene dental la formación de cálculos es inevitable, pues existen lugares de la boca a los que no alcanzan un buen cepillado y el hilo dental. Además, hay que tener en cuenta que existen factores que podrían acelerar el proceso, como es el caso de enfermedades bucales, predisposición genética, el tipo de bacterias que haya en la boca, aunque el más importante es la falta de higiene o una higiene inadecuada.
Cuando los cálculos se encuentran por encima de la línea de las encías la tartrectomía consiste en un raspado coronal y se contextualiza en una limpieza de boca rutinaria, que se recomienda llevar a cabo cada seis meses y en la que también se elimina la placa dental y algunas manchas superficiales.
Sin embargo, cuando los cálculos se forman por la parte interior de la encía (subgingivales), la tartrectomía se denomina raspado radicular y debe ser realizada por un periodoncista, al ser necesario un equipamiento especial e incluso el uso de aparatos de ultrasonidos. Los ultrasonidos emplean ondas sonoras de alta frecuencia para fracturar depósitos de cálculo, que luego se retiran mediante un proceso de lavado mecánico denominado cavitación.
La aplicación de ultrasonidos, además de no poder emplearse directamente sobre el hueso, tiene contraindicaciones específicas:
- Pacientes con marcapasos, ya que la frecuencia de sonido del aparato puede producir interferencias electromagnéticas.
- Osteomielitis locales.
- Diabetes grave no controlada.
- Existencia de metástasis locales secundarias a un tumor.
- Pacientes con el sistema inmunitario debilitado.
- Pacientes sometidos a tratamientos prolongados de antibióticos, corticoides e inmunosupresores.
En algunos casos la tartrectomía puede producir un aumento de la sensibilidad dentinaria.